1.-Valeri.

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Era una mañana como otra cualquiera, en la casona del campo se respiraba la misma tranquilidad de siempre y ahora me tocaba encontrar a mi hermano. Por cierto, me llamo Valeri y tengo cinco años. Tengo unos llamativos ojos rosados y una melena larguísima y blanca con un mechón negro, soy algo menuda y la verdad dicen que soy mas rápida que una mariposa en primavera, y para que entendáis estoy buscando a mi hermano Ander. Él me sacará como cuatro años es un chico muy guapo, con un pelo rubio rojizo que no para de quedarme embelesada y unos ojos azules profundos que envidiaría cualquiera. No le digáis que le he dicho estas cosas. En fin seguiré buscando.

-Papá, papá, ¿has visto a Ander? estabamos jugando al escondite pero no le encuentro.- Wilson era mi padre, aun que todos le llamaban Will. Se parece mucho a Ander, cosa que yo no porque salí a mi madre, rubio con esos ojos azules que era imposibles que no te recordaran a la inmensidad del océano, siempre con una sonrisa que alegraría el día mas triste, en definitiva eran personas maravillosas no sé como conseguían ser así, ¿las demás personas serían iguales? Nunca había tenido la oportunidad de ir a la ciudad con Will para comprar cosas siempre me quedaba en casa con Ander jugando como ahora.

-No, lo siento cariño, pero me da la sensación de que esta por aquí cerca.- Otra vez esa sonrisa cautivadora y tan juguetona, me encantaba.

Como mi padre no fue de gran ayuda yo seguí buscando por las diferentes habitaciones de la casa que parecían no tener fin hasta llegar a una parte de ella que me resultaba raro no haber pisado antes y la verdad no me extraña el no saberlo, aquella zona apenas tenía luz no podías distinguir que había más haya de quince centrímetros, las puertas habían desaparecido no había decoración y el pasillo no tenía fin, eso o a mi estar allí se me hacía eterno.

-¿Ander?- Pregunté en un intento de que mi hermano estuviera allí y me sacara de ese horrible lugar ya que ni yo misma me atrevía a darme la vuelta por mi propia voluntad.-Ya no quiero jugar más, ¿me oíste?-nada no estaba allí, o eso creía. Derrepente sentí que alguien me acorralaba entre unos brazos y me levantaba del suelo y lo mas que pude hacer fue gritar de miedo pidiendo ayuda y patalear.

-Hey, tranquila soy yo.-Por primera vez en mi vida su voz no me tranquilizó hizo que me enfadara aún más, le grité un monton de barbaridades no propias de una niña de mi edad ni mucho menos, estaba muy enfadada me había asustado un montón y lo único que hizo él fue agachar la cabeza y pedir disculpas un millón de veces.
Después de estar como cinco minutos reprochandole lo que había hecho como si fuera un adulto riñendo a un niño que acaba de romper un jarrón porque no estaba quieto, paré y respiré hondo relajandome por completo y haciendo que el susto se me acabase de pasar. Él estaba casi llorando sabía que no me había gustado esa pequeña "broma". Ahora la que sentía mal era yo me había pasado bastante con él asique lo mejor que se me ocurrio hacer fue abrazarle.-Lo siento.-Le escuché susurrar y de admitir que me sentía tan mal que empecé a llorar.

-Lo siento, me pasé mucho.-me acarició el pelo, su respiración ya era más relajada y cuando paré de llorar me miró y me besó en la frente, de verdad era adorable no, lo siguiente. Cada vez que me hacía eso me daban ganas de ser un koala, abrazarle y no soltarle jamás.

-Te quiero,-me dijo te quiero me estoy muriendo.-hermanita.-y adiós a mi sueño. Después de esto me secó las lágrimas que aún estaban en mi cara y me cogió en brazos.-¿Sabes qué?-¿Que?-Tengo algo que quizás te anime un poco espero que te guste.

Me bajó de sus brazos, aunque me resistí lo suyo, me agarró de la mano y volviendo sobre mis anteriores pasos, pero esta vez con Ander, fuimos a su habitación. La verdad era muy sencilla una cama, algunas estanterias, el armario y el escritorio. Se arrodilló frente su cama y me hizo una señal para que hiciera lo mismo, cuando me senté a su lado sacó una caja de debajo de la cama, esta estaba bien atada con un nudo que no duro ni treinta segundos bajo las manos de Ander, abrió la caja y de ella sacó un colgante bastante bonito. Era una cadena de oro de la que colgaba como una piedra preciosa azul, se parecía al color de ojos de Ander, él la abrió y dentro se encontraba una foto de él, will y mi madre...pero no se parecía nada a mi como dijo Will, no me parecía a nadie. Aquello me creó muchas dudas, y quizás solo eran paranoias mias pero que pasaría si aquella no era mi familia de verdad, ¿quien lo era entonces?

-Valeri, ¿estas bien?-Asentí casi en otro mundo.-Te lo puedes quedar así si algún día nos separamos podrás recordarnos.-Me sonrió y me puso el collar mientras yo seguía formulandome mil preguntas sin respuestas que quizás ni si quiera valía la pena formularse. Ander me volvió a besar la frente y me invitó a tumbarme con él en la cama, al poco rato noté que estaba dormido y oí también entrar a Will para arroparnos, después de eso solo recuerdo olvidarme de las preguntas y quedarme dormida abrazada a mi hermano, o mejor dicho, a Ander.

¿Será esa la verdadera familia de nuestra pequeña?

No se olviden de darle a la estrellita y comerntar mis demios ;}

¿ÁNGEL O DEMONIO?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora