6-. Huidas.

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*Narra Elisa*

Sonó el despertador y por fin era viernes, por fin llegó el bendito viernes. Me encanta la escuela si, pero desde que no vive mi padre estoy muy agusto en casa y muchos días Amanda se venía conmigo a dormir siempre como escusa decía que mi padre trabajaba de noche y todo el mundo sabía que mi madre murió. De verdad era la persona mas feliz del mundo, incluso nadie se había percatado de la desaparición tan repentina de mi padre, nadie me molestaba. Era jodidamente feliz, que palabra mas fea para una niña de mi edad...

Maldito dolor de cabeza, ¿por qué me duele tanto?

Salgo corriendo por la ventana mientras el director me grita algo que no entiendo, solamente corro y no puedo parar, derrepente todo negro.

¿Qué ha pasado? ¿Por qué estoy en el suelo? Acaso fue una visión...no creo ¿por qué iba a correr?¿que tenía que ver el director ahora? Porque cuando las cosas me van tan bien...

Ignoré lo que había pasado y como mi rutina aunque algo más deprisa, porque aquella alucinación había ocupado diez minutos enteros de mi valioso tiempo; desayuné, me asé y me vestí. Después cogí la mochila y me metí en el autobús que ya me estaba esperando en la puerta cuando habitualmente era al revés.

-Vaya pequeña hoy te adelanté.- Comentó el conductor, era un hombre amable y simpático pero no sabía distinguir entre si tenías un mal día y no querías hablar, como el que tengo hoy, o entre si estas alegre.

Me senté en el sitio de siempre aunque Amanda no estaba y eso solo significaba que hoy la habían llevado sus padres, así que me puse en el lado de la ventana y miré por ella durante el trayecto, al parecer hoy llovería, desde luego hoy no era mi día. Transcurridos unos diez minutos de ruta que habían sido insoportables gracias a mis asombrosos y queridísimos compañeros, llegamos por fin a la escuela, aquel lugar santísimo. Antes de entrar como siempre busqué a Amanda pero ella no estaba por ningún lado. Podría haber llegado tarde, no eso no es muy usual en ella; quizá estuviera enferma, estabamos en pleno invierno era normal, pero ayer estaba muy bien... Por fin la vi a lo lejos entrando al colegio. Pero alguien tiraba de ella... Corrí hacía ellos con cierta distancia para que no escucharan mis pasos entre el murmullo de la gente, pero me vi obligada a ir frenando cuando los chicos que arrastraban a Amanda se metían por los pasillos menos transitados hasta llegar a uno en el que juraría que no pasaba nadie porque estaba abandonado. Una vez allí la pusieron contra las taquillas con un fuerte golpe mientras yo observaba desde una esquina. Ella no paraba de forcejear e intentar salir corriendo lo mas lejos posibles de ellos y fue en el momento en el que noté que uno se reía y levantaba la falda de Amanda cuando intervine haciendo el mayor ruido posible para que me vieran. Ella estaba rojísima y pidiendome ayuda desesperada con la mirada.

-Otra niñita con la que jugar jaja.- Gordo asqueroso te vas a enterar de quien soy y lo que pasa cuando tocas a mi amiga de esas maneras.

Cogí lo primero que encontre que me sirviera como arma, lo mas que encontre fue un bolígrafo. En ese tiempo los tres chicos que había me rodearon y colocaban a Amanda a mi lado para que fuera mas fácil controlarnos. O eso creían ellos. Abracé a Amanda contra mí y la protegí lo máximo que pude, cuando uno de los chicos se acercó a nosotras le asesté sin demora un golpe directo a su costado con el bolígrafo, este se hundió hasta la mitad haciendo que el chico soltará un grito ahogado. Eso también provocó que los otros se volvieran mas agresivos y me empujaran hasta caer al suelo alejando de mi el bolígrafo. Uno de ellos, al que había clavado el bolígrafo se tiro encima mia y con sus asquerosas manos toqueteo todo mi cuerpo como hacían los otros dos con el de Amanda. No parabamos de gritar y llorar. Al menos dio resultado y llamamos la atención de un profesor que alejó de inmediato a los chicos y nos tranquilizó a ambas mientras nos pedía que nos fueramos a clase que ya se encargaría él de esos chicos. Y así hicimos. Durante toda la mañana estuvimos calladas...muy calladas. Un silencio que solo se puede encontrar en una persona asustada que no quiere llamar la atención para estar protegido. Ni si quiera hablamos entre nosotras de nada de lo ocurrido o de cualquier otra cosa, nos limitabamos a estar sentadas la una al lado de la otra y mirar al frente aunque era obvio que ninguna escuchaba, que ninguna estaba presente aunque sus cuerpos se encontraran allí plantados. El caso esque llegó la hora de salir de clase y apesar de los niños que corrían a ambos lados porque ya era viernes, nosotras andabamos despacio cabizbajas hasta llegar a la entrada del colegio donde estaba el director esperandonos. Ambas levantamos la cabeza al mismo tiempo para mirarle.

¿ÁNGEL O DEMONIO?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora