12.- No me llames ojitos.

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Me desperté y adivinad quien dormía a mi lado. Elisa. Ella tenía su habitación pero prácticamente vivía conmigo. Se negaba a dormir en su habitación, no porque tuviera miedo ni nada por el diablo tenemos dieciseis años. Pero según ella se sentía más cómoda durmiendo a mi lado. En su defensa decía que la cama era muy grande y que no me molestaría pero siempre me despertaba con ella abrazada. Bueno ahora que lo pienso era muy mona. Va da igual podía quedarse conmigo todas las noches que quisiera.

-Elisa, despierta ya es de día.

Sabía perfectamente que me había escuchado porque al momento se movió dándose la vuelta y arrastrando la sábana con ella. Se iba a levantar por mis narices.

-¡Elisa! Vamos levanta tenemos entrenamiento, hoy luchamos las dos.-  Otro movimiento perezoso. Ya me estaba cansando así que la enrollé en la sábana y tiré de ella hasta el baño. Al menos ahora decía algo aunque fuesen quejidos y maldiciones hacia mi persona. -Lavate vamos.

-Voy, voy. Es mucho más fácil para alguien a quien no le pegan una paliza diaria, me duele todo.

-Defiendete.

-Para ti es muy fácil decirlo, llevas mucho tiempo yo no llevo ni una semana.

-Que sí, que sí. Lavate.

Vi que por detrás hacía como que me clavaba algo en la espalda exasperada y yo me fui a poner mi uniforme con la sonrisa mas espléndida del mundo. Ella se aseó un poco y luego se vistió también. Como castigo a mi "tan mal comportamiendo hacia mi hermana" me obligó a ir al comedor donde todos esos pequeños hijos de p estaban desayunando. Eso sí, fue verme entrar por las puertas y dirijirse todos hacia mí. Incluso me gritaron barbaridades de las suyas. Lo normal. Me senté al lado de mi hermana y al rato se sentaron en frente Ander y su gran amiga que tan bien me caía.

-Buenos días Valeri.- Saludó Ander con su tan grande sonrisa que me volvía aún loca. Amanda simplemente se quedó paralizada mirando a Elisa y esta hizo lo mismo. Me estaba perdiendo algo.

Y efectivamente. Amanda pegó un brinco que hizo que se saltara la mesa y abrazó a Elisa como una loca llenándola de besos. Mi hermana no pudo reaccionar simplemente se quedó ahí llorando y moqueando como una estúpida. Ander y yo estabamos igual de confusos mirandolas. Bueno y quien no las estaba mirando, esto ya era vergonzoso incluso para mí. Y cuando las dos señoras decidieron parar de llorar nos informaron de lo que estaba pasando.

-Amanda y yo fuimos amigas hace mucho, es mas, Valeri cuando te dije que me tuve que ir porque sino me meterían en un orfanato fue a ella la cosa más importante de mi vida a la que dejé atrás. Creí que nunca la volvería a ver, y mucho menos pensaba que fuera un ángel como yo.- Genial, la tía a la que más envidia tenía por pasar tanto tiempo con mi hermano era la cosa mas importante para mi hermana. Genial, solo me estaba hirviendo la sangre. Quería cargarmela.

-A-ah...que bien. Si me disculpáis yo ya me voy a entrenar.- Me dirigí a la salida del comedor con todas las miradas clavadas en mi espalda, casi dolía. Al salir noté una mano en mi hombro. Era Ander. -¿Si?

-Mira Valeri no sé lo que te pasa con Amanda, pero me gusta, y ya te dejé claro lo que tu y yo llegaríamos a hacer y a ser. No quiero que me montes ninguna que te conozco, ¿entendido?

Asentí apretando la mandíbula y con una horrible sensación en el pecho. De nuevo fuego quería subir desde mi estómago hasta mi pecho pero lo retuve y me fui lo más rápido que pude a las pistas de entrenamiento y allí desaté toda mi ira contra un saco de boxeo que había por ahí colgaldo. No había durado ni dos minutos cuando estaba jadeante apoyada contra la pared para poder pensar o dejar de hacerlo, no estaba muy segura de lo que necesitaba en ese momento, sólo sé que me relajé con el tiempo y por fin vino mi hermana mas feliz que nunca. Empezó a notarme molesta e intentó entablar una conversación pero no quería hablar con nadie de nada, así que estuve en silencio todo el rato intentando dejar de pensar en el tema y me limité a luchar. Me pasé con la paliza.

¿ÁNGEL O DEMONIO?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora