19.- Vuela.

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-¿Sabes volar?

-Sí.

-¡Vuela!

Saqué mis alas y comencé a volar, realmente ahora mismo me importaba poco quien nos pudiese ver en nuestras formas reales pues el coche nos pisaba ya los talones. Se escucharon tiros desde el coche que atentaban contra nosotros rozandonos varias veces cosa que se sumaba a las quemaduras, volábamos como nunca lo habiamos hecho aun que Deil tiraba de mí, aun no se como podía ser tan rápido en todo.

Se oían gritos desde el coche maldiciendo varias veces y después de eso comenzamos a escuchar un tercer aleteo de uno de los hombres que iban en el coche que nos había alcanzado demasiado pronto. Deil sin pensarlo tiro por última vez de mí consiguiendo que con la inercia acabase tras de él para que pudiera disparar sin peligro alguno al tipo que nos seguía. Acertó dos de los tiros en los huesecillos de ambas alas haciendo que este empezara a perder fuerza y acabara cayendo al suelo, nosotros seguimos nuestro camino incluso mas rápido que antes alejandonos todo lo posible de la carretera.

Poco a poco fuimos bajando el ritmo agotados hasta que aterrizamos de una forma un tanto violenta por no decir que paramos de volar en seco y nos estampamos contra el suelo de un descampado haciendonos alguna que otra herida que se sumaban a las que ya teniamos, sobretodo Deil. Concretamente tenía prácticamente toda la piel de sus brazos quemada y en carne viva sangrando un poco, en la mejilla tenía un largo corte quizás por alguna piedra que se clavó ahí y le arañó toda la mejilla; al menos eso era lo mas grave, no parecía tener nada roto, torcido o lesionado lo que, de cierta manera, era tranquilizador. En cuanto a mi no tenía nada mas allá de arañazos o pequeñas heridas gracias a que Deil me había cubrido, lo único malo era que me ardía todo el cuerpo sobretodo los codos los cuales seguro también se hubieran quemado al rozar contra el asfalto. Pero supongo que esto es mejor que estar muerta.

Nos quedamos un rato en el suelo sin decir nada, ni si quiera nos quejamos al chocar contra el terreno hostil, estabamos cansados de todo aquella noche y preferimos coger y guardar aliento antes de quejarnos. Escuchaba nuestras respiraciones rápida y pesadas e incluso nuestros latidos, sentía la tierra del suelo entrar en mis heridas y hacer que estas quemaran aun más, supongo que en Deil igual. Lo miré por un momento, esestaría completamente inmóvil de no ser por su pecho que subía y bajaba varias veces. Se le notaba pensativo como si tratase de analizar toda la situación en la que estabamos o que acababa de acontecernos, pero ni un pestañeo, ni ningún movimiento por sus heridas, parecía como si no sintiesen que estaban ahí. Al rato yo también decidí mirar en su dirección, hacia arriba, allí volvían a estar las estrellas, todo esto acababa como empezó, mirando las estrellas aunque de una manera dolorosa.

Al rato Deil se incorporo quedando sentado, la sangre de sus brazos se había secado y se había quedado pegado a ella la arena del suelo. Tan rápido como se incorporó habló.

-¿Y ahora qué?- Debió de leer la expresión de confusion en mi cara porque luego especificó. -¿Qué vas a hacer ahora? ¿Dónde irás?

-Supongo que al Instituto. ¿Y tú?

-Realmente eso da igual, además,- se giro hacia mí algo apenado -no creo que te vuelva a ver, ¿no? Quiero decir, esto te está prohibido, ¿no?

-Si pero...iba a proponerte que vinieses, si quiera esta noche para limpiarte y curarte las heridas, he visto que no tienes muy buena capacidad de regeneración.

-Ni loco entro ahí, ¿quieres que me asesinen?

-No lo harán, mas que nada porque tú eres el único que me puede ayudar a encontrar a mi hermana, supongo que, no sé, habrá alguna manera de sacarla de allí y eres el único demonio que conozco y en el que confio un poco.

¿ÁNGEL O DEMONIO?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora