Sunshine [Sophia Lillis]

T w e n t y f o u r

Dedicado a: CELYCUPID , por hacer esos hermosos edits sin yo ni siquiera pedirlos.
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Narradora

Estaban a apenas a dos cuadras de la casa de la ojiazul-verde, pero Sheyla se detuvo en seco con mucho miedo y abrazó con fuerza a su compañera.

Sheyla se fue calmando poco a poco, pero eso no impidió que la pelirroja se sintiése la peor persona del mundo por haberla dejado sola con sus padres. Sintió que fue solo culpa suya.

-¿Quieres venir a mi casa? Yo ya acabé las clases.-Sheyla se separó y negó repetidas veces con la cabeza.-Pero... Shey, tus padres...-

-Lo sé, pero no serás capaz de convencerlos.-Sophia mostró una mueca y bajó la cabeza.-Sophie, estaré bien.-La chica suspiró y volvió a abrazar a la pelinegra.

Tenía mucho miedo de que le vuelva a pasar lo mismo, tenía miedo de que a los LeBlanc se les fuera la mano.

-Ten mucho cuidado, por favor.-Dijo en súplicas separándose un poco y pegando su frente contra la de ella.-No dudes en llamarme, ¿si?-Sheyla asintió lentamente y Sophia besó su frente, reconfortandola y sacándole una pequeña sonrisa al hacerlo.

-Adiós, rojita.-Dijo LeBlanc mientras caminaba a la puerta de su hogar.

-Mañana nos vemos, Husky.-

-Claro.-Sonrió y cuando vio que Sophia se había alejado lo suficiente, la borró al instante.

La chica tragó saliva y abrió la puerta enseguida.

-¿Que hacía aquí tu amiga?-Preguntó su padre nada más abrir la puerta.

-Quería acompañarme...-Habló con la voz temblorosa.

Sus padres la miraron, infundiendo mucho miedo a la menor. Cuando Luke LeBlanc hizo un movimiento con su cabeza indicando que subiese a su  habitación, la pequeña, tembló y notó el sudor frío por su espalda.

-P-pero...-Luke frunció el ceño y Sheyla se calló al instante para luego comenzar a retirarse.

Subió a su habitación y cerró despacio la puerta. Temblaba y deseaba con toda su alma que Sophia estuviera ahí, con ella, diciéndole que todo iría bien, aunque fuese mentira.

Luke entró y cerró de un portazo, causando que Sheyla se tensara y cerrara los ojos con fuerza, a la vez que una lágrima salía de su ojo verde.

Volvería a pasarlo mal y lo sabía.

Mientras, Sophia no dejaba de dar vueltas en su habitación. No le dieron buenas vibras ver el rostro del señor LeBlanc y que Sheyla no la haya llamado aún, la desesperaba aún más y sus uñas lo sabían perfectamente.

La llamó repetidas veces, pero el contestador sonaba una y otra vez, y hasta sentía que el teléfono se burlaba de ella.

«Tengo que ir.» Pensó cuando la llamada fue cancelada una vez más.«Tengo que ir, tengo que verla.»

Luego de una lucha mental, decidió ir. Tomo una mochila y metió varios objetos.

-Sophia Lillis, ¿a dónde crees que vas?-Preguntó la Sra Lillis agarrando el pomo de la puerta, impidiendo que la pelirroja saliese.

-Esto... Voy a casa de Sheyla, quedamos para hacer un trabajo.-Su madre alzó una ceja.

-Estudias en casa, Sophie.-Sophia palmeó su rostro internamente.-Pero bueno, ve.-La pequeña sonrió y besó la mejilla de su madre.-¿Volverás tarde?-