Su vida parecía estar resuelta. Joven, apuesto, con una hermosa familia pero no todo lo que brilla es oro en esta vida. Su depresión lo llevó por diferentes caminos hasta que encontró a alguien que lo puso en el camino correcto, su vida cambió drást...
El despertador sonó a las siete, como cada día, abrí los ojos con pesadez volteando mi rostro y allí estaba él... el hombre que me hacía feliz. Dean dormía profundamente a mi lado, su rostro mostraba paz... algo que muchas veces estando despierto no encontraba.
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Cada día que sonaba la alarma maldecía pero como nunca, aquella mañana quería ir al trabajo como si pasaría algo que me cambiara la vida; antes de irme me acerqué a la cama para besar la frente de mi novio.
Había conocido a Dean en Rusty's, era un cliente habitual y suponía que estaba en Las vegas por ser "la ciudad del pecado, comenzamos siendo amigos y con el tiempo me enamoré de él, al principio era un poco extraño pero luego pude comprender que había perdido a su hermano en un accidente. Al salir de casa y caminar por aquellas calles no tan transitadas de la ciudad me hacía desear cada vez más mudarme de allí, pero me encantaba el espacio que tenía para mi así que esos pensamientos luego desaparecían, llegué a Rusty's más temprano de lo habitual para comenzar con mis labores cuando de repente veo entrar al famoso Dan Reynolds al local; era la primera vez que lo veía... siempre oía cuando mis compañeras hablaban de él tan entusiasmadas, seguramente era otra estrella de rock soberbia y egocéntrica.
Debía hacer mi trabajo así que me acerqué al rubio para tomarle su orden, observé hacia afuera unos segundos y noté que estaba cayendo nieve... rara vez nevaba en Las Vegas, al menos en este invierno al parecer así sería
-Bueno días señor ¿qué le sirvo hoy? -pregunté con mi anotador en mano, no me respondió entonces volví a llamarlo- ¿señor?- él pareció reaccionar ya que me contestó
-Lo siento, tráeme un café negro con waffles- lo hizo con una sonrisa mientras parecía estudiar mi rostro entonces asentí y me marché a la cocina para pedirle a George, el ayudante del cocinero, que hiciera el pedido, volví a observar hacia el exterior y parecía que tendría que decirle a Dean que pasara por mi; una vez listo lo que pidió me acerqué con la bandeja hacía él viéndolo muy metido en sus pensamientos
-Su orden, señor- le dije dejando las cosas frente a él, me agradeció entonces le pregunté si se le ofrecía algo más a lo que me respondió muy sincero
-Toma asiento, no quiero desayunar solo- me pareció un poco extraño aquel pedido de su parte
-Lo siento, estoy trabajando yo no... mi jefe va a... lo lamento- dije bastante nerviosa
-Toma asiento, si tu jefe dice algo... que hable conmigo -habló para que confiara en él, sus palabras fueron suaves y me dieron confianza a lo que tomé el asiento libre frente a él- mi nombre es...- comenzó a decir para presentarse pero lo interrumpí
-Se quien es, señor Reynolds. El líder de Imagine Dragons- respondí con total naturalidad, en los medios muchas veces pasaban noticias sobre él o la banda, después de todo era un ser humano como cualquier otro... con la suerte de ser un artista famoso
