Su vida parecía estar resuelta. Joven, apuesto, con una hermosa familia pero no todo lo que brilla es oro en esta vida. Su depresión lo llevó por diferentes caminos hasta que encontró a alguien que lo puso en el camino correcto, su vida cambió drást...
Me desperté porque el sol me daba en los ojos, quise moverme pero el cuerpo desnudo de mi novia me lo impidió. La observé unos momentos y era tan hermosa que parecía un sueño todo lo que estábamos viviendo; toqué su espalda suavemente como si delineara parte de su cuerpo, tenía una piel muy tersa y suave al tacto como si estuviera tocando terciopelo; Selene se quejó bajo el tacto de mis dedos y me hizo sonreír, si me daba vuelta me caía del sofá ya que le dio su cama a Arrow así que traté de quedarme quieto pero recordé que debíamos viajar a Los Ángeles así que me levanté y me coloqué los pantalones que habían caído en el piso mientras dejé que la castaña duerma un poco más.
Fui hacia el cuarto para despertar a Arrow pero era un angelito así que dejé que descanse un poco más entonces fui a desayunar, Selene se había empeñado en que cuando me quedase en su casa pueda desayunar lo que a mi me gustaba entonces comenzó a comprar avena, leche de almendras y otro cereales; estaba distraído viendo la alacena cuando de pronto oí que ella habló
—Mmm ¿qué hora es?— sonreí mientras salía desde la cocina, entonces vi el reloj en la pared
—Son las diez— dije momentos después; al verme se quedó en silencio como si estuviera estudiándome
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—Buen día —dijo cuando se percató de lo que estaba haciendo luego rió, tomó la camiseta que tenía puesta la noche anterior y su ropa interior para vestirse entonces se acercó a mi— ¿dormiste bien?— preguntó con una leve sonrisa, la cual me provocó acercarme a ella y robarle un beso
—Sí, dormí bien... solo opté por no moverme demasiado— dije después y toqué la punta de su nariz con mi dedo índice
—Perdón por hacerte dormir en el sofá... otra vez —habló con una sonrisa— realmente te vez muy bien sin camiseta— agregó al final, yo sonreí ya que sus palabras me hicieron sonrojar como nunca antes
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—Bueno, gracias... aunque a ti no te queda nada mal mi ropa— respondí y luego regresé a la cocina detrás de ella, comenzó a prepararse un café mientras yo comía una manzana. Opté por una fruta en vez del cereal.
