Capítulo 23: ¡Playa!

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No tenía claro a dónde íbamos pero el rubio dijo que los gastos que me pertenecían también corrían por su cuenta y eso era algo que sabía que aprobaba en lo absoluto; me dijo que tuviera todo listo pero que me esperaba en el aeropuerto. Recogí más o menos lo que podía usar en la playa ya que comenzaba a cambiar el clima por uno más cálido y también caluroso, así que me dirigí hacia el aeropuerto con mi pequeña maleta.

Al llegar al lugar me dirigí hacia la parte donde nos íbamos a encontrar, al verlos de lejos me apresuré un poco y pude oír a la pequeña decir

—¿Mamá no vendrá?— bajé la mirada justo al momento que llegaba a ellos y dije

—Hola —la niña no parecía muy feliz con mi presencia allí, entonces saqué un oso blanco que me había regalado mi madre, me arrodillé y con una sonrisa le hablé a aquella niña de los cabellos dorados— mira, este es un oso que me regaló mi mamá cuando tenia tu edad. Tiene un valor sentimental para mí y yo quise regalártelo para que le entregues todo tu amor— se lo entregué mientras la observaba y por primera vez la niña sonrió ampliamente cambiando completamente su humor. Abordamos el avión luego de  hacer el proceso correspondiente, Dan se sentó junto a su hija mientras yo me sentaba en el asiento que daba en la otra ventana; en verdad no sabía a donde estábamos yendo ya que el rubio no me lo dijo... solo mencionó que el viaje duraba entre tres o cuatro horas, aunque me moría de intriga dejé que él me sorprenda. Había pensado en llevar un libro para leer en el viaje, estaba un poco indecisa sobre cual llevar, así que tomé el primer libro de mi estantería que era una recopilación de cuentos de Edgar Allan Poe; mientras mantenía mis ojos en aquellas páginas alguien a mi lado tomó el lugar libre

—Te ves muy compenetrada en ese libro ¿es interesante?— preguntó de pronto el rubio tocando el grueso papel del libro, entonces lo cerré para verlo

—Edgar Allan Poe, siempre fue interesante.... es literatura clásica. Además es el padre del terror, deberías leer El Corazón Delator— dije emocionada hablando de aquellos cuentos que tanto amaba, él acarició mi rostro dejando su mano en mi mejilla para acercarse y besarme, seguramente porque no quería oírme hablar de algo aburrido como la literatura clásica entonces se lo correspondí hasta que me percaté de que estábamos en un avión así que me separé de él y dijo

—Suena interesante el libro— luego me tomó de la mano

—¿Y Arrow?— pregunté cambiando de tema, él se hizo a un lado y pude ver como la niña dormía abrazada al oso blanco que le había regalado antes de subir al avión

—Está muy feliz con el peluche, hasta le puso nombre— habló el hombre con una sonrisa, y aquello me sorprendió enormemente 

—¿Cómo se llama? A decir verdad me sorprende que lo conserve... creí que iba a deshacerse de él en el primer tacho de basura que encontrara— dije acomodándome mejor en el asiente

—Bueno, dijo que se llamaría Sky. No creo que lo haga, le encantan los regalos. Verás que ella te querrá— me respondió con total seguridad

—¿Me dirás a dónde vamos?— cuestioné cambiando de tema nuevamente 

—Bien, estamos viajando a San Francisco. Tengo una casa cerca de la playa— habló Dan contándome algo que no sabía

—Me emociona ir a la playa contigo y Arrow— dije entrelazando nuestros dedos

—Serán las mejores vacaciones— dijo el rubio de ojos claros

—Deberías volver a tu asiento— susurré en su oído, besé su mejilla y liberé su mano.

Llegamos al aeropuerto de la ciudad, volvimos a pasar por los controles y nos dejaron pasar luego en la puerta nos subimos a un taxi que nos llevaría a la casa de Dan

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