Capitulo 21

220 23 1
                                    


Disclaimer:

LOS PERSONAJES NO ME PERTENECEN, YA SABEN A QUIEN SI JK, LA HISTORIA ES DE ALISSA BRONTE YO SOLAMENTE

Adapto esta historia para el disfrute de los dramioneros


CAPÍTULO21


A pesar de que el dolor por los golpes persistía, Draco no quiso tomar nada más para aliviarlo, pues necesitaba sentirlo, saber que todavía podía notar algo porque, después de la reacción de Hermione, su corazón había dejado de latir unos instantes y había alcanzado la misma temperatura gélida del exterior, por lo que en ese momento su pecho era tan sólo un témpano de hielo.

De vez en cuando la miraba, aunque no deseara hacerlo. Tenía que comprender que había sufrido mucho, que no era nada más que una reacción normal; no estaba enfadado con ella, sino con ese mundo cruel que se la había arrebatado y se había adueñado de una parte de ella para siempre.

Odiaba a los que la habían convertido en un recipiente vacío que él necesitaba llenar, el problema era que su castaña parecía apagarse igual que el astro al llegar el ocaso.

Suspiró con fuerza al tratar de cambiar la postura que ya resentía su espalda. Había perdido la noción de las horas que llevaba pisando el acelerador tratando de dejar muy lejos ese maldito y hermoso país tan aprisa como pudiese.

—¿Estás bien, Draco? —preguntó Hermione al percibir que estaba incómodo.

—Sí, no te preocupes; duerme un poco.

—No podría.

—¿Por qué?

—Por qué, ¿qué?

—Sí, ¿por qué no podrías dormir?

—No estoy cansada.

—Tus ojos dicen otra cosa.

—Para el coche, duerme un rato y yo lo haré también.

—No puedo permitirme descansar. Ahora, no; cuando estemos a salvo.

El silencio se extendió entre ambos como una pesada manta ansiosa por envolverlos y darles calor, aunque Draco sentía que nunca más iba a sentir esa calidez en su pecho que sólo despertaba su castaña.

—Háblame de lo que sucedió después de que me fuese.

—¿De que te fueras?

—Suena mejor, ¿verdad? —preguntó con la voz entrecortada.

—Bueno —comenzó Draco—... los primeros días fueron un verdadero infierno. Nunca olvidaré cuando tus padres llamaron a casa para ver si estabas allí, conmigo. No sabía nada, no tenía ni idea de que no habías llegado, de que te habías... ido. ¿Sabes? Siempre había pensado que, cuando se está unido a alguien, si le sucede algo grave, se activa una especie de instinto; sin embargo, no fue así. Realmente no sentí nada y eso...

—¿Y eso? —lo animó a continuar.

—Eso todavía me reconcome.

—No tuviste nada que ver, en todo caso fue culpa de...

—¿Marcus?

—Mía, por no haberme alejado lo suficientemente rápido ni lo bastante lejos.

—Pagó con su vida, al final se arrepintió.

—No me importa, ya nada importa. Lo que pasó me cambió y ya nunca volveré a ser la misma.

Desde el Infierno con amor (adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora