Capitulo 1

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Disclaimer:

LOS PERSONAJES NO ME PERTENECEN, YA SABEN A QUIEN SI JK, LA HISTORIA ES DE ALISSA BRONTE YO SOLAMENTE

Adapto esta historia para el disfrute de los dramioneros



Estaba harto de todo. A veces sentía ganas de tirar la toalla como habían hecho todos, pero no podía; se lo debía a ella y a sí mismo. Lo frustraba no haber conseguido todavía una pista fiable, ese dato que le asegurase que la banda detrás de la que andaba era la que estaba también tras la desaparición de Hermione hacía ya tanto tiempo... Pero no desistía; nunca se había rendido y no iba a empezar a hacerlo en ese instante. No podía permitirse ese lujo, y menos cuando era incapaz de dejar de pensar en ella, perdida y sola en algún prostíbulo de carretera en cualquier parte, sin importar el sitio, pues fuera donde fuese sería horrible, ella había confiado en las personas menos indicadas, su nobleza la llevo a lo que sería un infierno para ella y una carrera para encontrarla para Draco.

De repente vio al sujeto al que hacía varios días que seguía; no estaba seguro de lo que tramaba, pero lo había estado vigilando y no le gustaba nada su actitud. Sospechaba que se traía algo entre manos con la banda que tenía en su punto de mira y, de momento, era su única pista consistente. Salió del coche, aparcado en un callejón oscuro donde pasaba desapercibido, y comenzó a seguirlo. No estaba de servicio, eso iba más allá de sus funciones como teniente de Scotland Yard; por eso, no llevaba su arma reglamentaria, sino una que había conseguido a través de un vendedor poco recomendable pero que los ayudaba a mantener el tráfico de armas bajo control, a cambio de permitirle la venta de otros objetos de dudosa procedencia.

Fue tras él en medio de la noche, a una distancia prudencial; el sospechoso caminaba nervioso, su paso rápido y el movimiento de sus manos se lo indicaban. Se llevó una de ellas al bolsillo y eso le hizo estar más alerta; conocía a los de su calaña y ese gesto y su manera de proceder no presagiaban nada bueno.

Avanzó hasta colarse en los callejones aledaños a los muelles. A esa hora de la madrugada apenas había nadie por allí y eso era un punto más a favor de su teoría: no tramaba nada bueno.

De pronto, el hombre se detuvo y sacó un arma mientras apuntaba a otro, trajeado, que parecía... ¿asustado?, ¿sorprendido?

—¡Vas a pagar por todo! —gritó a la noche.

—¿Quién te envía? —exigió saber el tipo del traje sin perder la calma.

No estaba seguro de lo que se había encontrado, pero no podía permitir que matasen a alguien a sangre fría delante de sus narices.

—No voy a dejar que salgas de esta, ¡maldito cabrón! ¡Ella no entraba en el trato! No entraba en el trato... ¡Sois unos hijos de puta!

Malfoy escuchaba y observaba la escena en estado de alerta, oculto en las sombras que le daban el cobijo necesitaba saber con qué había topado.

—Vamos, baja el arma, no merece la pena. ¿Quieres perder la vida tú también?

—Ya nada me importa... ¡Nada! —bramó amartillando el arma cerca de la víctima.

Malfoy se vio en la obligación de salir, no podía dejar que la cosa se le fuera de las manos. Había algo en la presencia y actitud del hombre trajeado que hizo que su instinto lo avisara de que estaba frente a uno de los peces gordos.

—Baja el arma —ordenó al sospechoso al salir de su escondite, colocándose junto a él sin perder la calma. Al fin y al cabo, era algo que hacía muy a menudo.

Desde el Infierno con amor (adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora