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POV PERIDOT

Hoy desperté abrazándote Lazuli, pienso en lo que paso anoche y no puedo evitar esconder mi rostro entre tus pieles intentando escapar de lo vergonzoso que se me hace haberme
mostrado tan vulnerable, pero a pesar de todo estoy feliz, muy feliz, ¿Cómo no estarlo, Lazuli? Recuerdo tus palabras y como si de una cinta se tratara las rebobino una y otra vez en mi mente. Me gusta sentir el vaivén de tu respiración, se me hace relajante, sugerente, casi hipnotizante, tan calmada y aun así creo encontrar sorpresas entre cada una de ellas, me fascinan.

Quizás por eso es que aún no deseo despertarte, quiero disfrutar un poco más de este extraño show al que solo yo estoy invitada, y no noto cuando despiertas, me miras ingrávida, sonríes y yo te respondo del mismo modo.

- ¿Cómo dormiste emm P-peridot? – Preguntas, noto como dudas el llamarme por mi nombre, hace tan solo unas horas aun te obligaba a tratarme de un modo más formal y ahora podría escucharte mencionarme las veces que sean necesarias, me gusta cómo suena mi nombre cuando tú lo dices. Me siento como una adolescente enamoradiza.

- Dormí perfecto, ¿Y qué tal tú Lapis? – No iba a quedarme atrás, “Lapis, Lapis, Lapis” me hace feliz decirlo, se siente tan natural el hacerlo, lo mejor es que veo que te hace feliz el escucharme nombrarte, creo que es la primera vez que te llamo así. Pero ten por seguro que no será la última. Podría volverme adicta a nombrarte. Ten cuidado.

- Peridot – Bajas la mirada – Sobre estos días… - Te detuve, ya no tiene sentido hablar de aquellos dias en los que equivocamos nuestro camino.

- Shhh, no importa, tonta dije sujetándote de la mandíbula, mis dedos no pueden evitar ponerse a jugar con tus labios, tan suaves, tan cálidos, tan mágicos. Tu mano, se dirige hacia mi rostro y me paraliza sentirte cada vez más cercana, me paralizas Lapis, y aprovechas esto para acercarte lo más posible y solo dejarme sentir tu respiración a milímetros, Hazlo de una vez, no creo poder aguantar más, me tienes tan ansiosa. Al fin nos juntamos, no es nuestro primer beso, pero si es en el que más nos dejamos, nos perdemos en cada detalle, en cada movimiento, en el lento goce solo inhibido por lo inevitable de respirar, quisiera dejar de respirar para poder seguir entre tus labios, adivino un pensamiento similar en tus ojos – Lo único que importa es que nos tenemos la una a la otra – dije, y no mentía.

Los días siguientes podrían ser llamados “tortura” para muchos, no parecemos estar acostumbradas a este tipo de felicidad, escondemos nerviosas nuestras miradas evitando que se crucen por demasiado tiempo, pero no podemos evitarlo, acabamos perdiéndonos en la otra demasiado a menudo y esto solo termina en un cosquilleo que conmueve nuestros
cuerpos, y un sonrojo que nos obliga a desviar la vista, es una pequeña tortura.

También está el cómo nuestras manos se rozan por error (al menos la mayoría de las veces) y esto hace como sienta que la presión en la nave ha aumentado (la primera vez incluso tuve que revisar en el monitor de la nave, para estar segura si la presión no había cambiado en serio, notaste esto y solo reíste tiernamente), o como a veces solo te acercas por detrás y me abrazas, solo cierro los ojos y dejo que esta sensación me adormezca, esto solo lo has hecho
muy pocas veces, así que debo abstenerme aunque sea solo un poco, no podría solo pedirte que lo hagas más a menudo, si intentara hacerlo lo más probable es que acabara trabándome y tú burlandote por lo bajo, probablemente después haría un berrinche y tu sabrías el como calmarme.

Ni una de las dos dice nada sobre lo que ha estado pasando, al menos no directamente, por ahora nos basta con estas miradas, estos roces, estas caricias confidentes, no necesitamos
nada más, estos pequeños juegos que solo tú y yo conocemos se han convertido en una bien preparada arma para derribarme en cuestión de segundos, eres maligna Lapis, y no te
detienes, algunos besos empiezan a aparecer entre nuestros acercamientos y no pienso detenerlos, cada vez te siento mas cerca.

¿Quién lo diría? Hemos estado durmiendo juntas desde hace varios días, cada vez que me retiro a mi habitación para descansar pasan unos minutos y apareces por aquella puerta, la primera vez me tomo por sorpresa y por tu mirada podía saber que al igual que yo también tenías dudas sobre esto, así que solo tomaste un lugar en la cama a mi lado y te quedaste viéndome y yo podría simplemente quedarme abstraída por lo absurdo de poder ver estrellas en tus ojos, pero ambas sabíamos, no podría, el magnetismo se encargaría de evitarlo, nuestras pieles tan sensibles al roce de la otra se encargarían de evitarlo, así que acabe
recostada entre tus brazos sin nada que decir, no era necesario. La primera vez me tomo por sorpresa, ahora era uno de mis momentos preferidos en lo que ya se convertía en nuestra nueva rutina, esto y un susurrado “Te quiero” seguido de un “Yo también” y es divertido, nunca se si serás tu o seré yo quien lo diga primero, pero al final de la jornada siempre escuchamos aquella frase y su respuesta, solo después de aquello puedo dormir con la certeza de que tenderé un buen sueño, creo.

¿Cambiara algo entre nosotros cuando acabe la misión? Me gustaría no tener que volver y poder perdernos por siempre solo tú y yo…" susurre creyendo que no me escuchabas. Ohh Peridot, tonta romántica.

Space Oddity (Lapidot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora