Space Oddity (Lapidot)

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POV LAPIS
Ella simplemente se encerró por varios días, esa pequeña tonta ni siquiera me dio la oportunidad de responderle, aunque admito, no sabría cómo responderle.

¿Quién fue el genio que permitió que los tripulantes se alimentaran en sus propias habitaciones?, ella ni siquiera saldría por la necesidad de alimentarse o de nada, simplemente no había excusas para verla (debo admitir que la nave es un lugar bien diseñado, lleno de comodidades a diferencia de las condiciones de vida en la que debían viajar los antiguos tripulantes).

Y lo peor es que yo tuve que controlar todo en la nave sola desde entonces, me dejaste todo el trabajo Peridot, bien hecho. Si bien la mayoría de las funciones eran automatizadas, siempre había alguna pequeña cosa que regular.

No… lo peor no era aquello, debo serme sincera, lo peor es no poder verla, sentirse sola en una lata a kilómetros de casa, sentir la culpa por haberla lastimado aun sin ser mi intención, sentir que cometí un gran, gran error, aún recuerdo el cómo me grito.

Ahh Peridot, ¿Por qué tienes que complicar tanto las cosas? Yo lo siento, y debo admitir que me siento halagada e incluso algo feliz de aquel “te quiero”, he tenido tiempo de pensarlo estos días y ella en verdad me agrada… en verdad me gusta, pero esto es una tontería, solo
una ilusión creada por aquel viaje y eso es algo que ambas debíamos comprender.

¿Cómo no llegar a sentir algo, si no hay nadie más cerca, si convivimos siempre juntas?

Además, está el asunto de Jasper, la salve cuando estaba realmente voluble, creo solo está confundiendo, las cosas, la experiencia fue traumática y ella solo esta agradecida, me dijo que me quería cuando aún estaba en shock al fin y al cabo.

No miento, me gustaría que nuestros sentimientos sean reales, creo que me hace feliz el solo pensarlo.

Como sea, hoy tendremos conexión con la tierra, una pequeña conferencia que será pasada en algún canal de televisión y por internet, no importa que Peridot quiera callar, debo decirle a la gente lo que paso, de otro modo sentiría que la estoy desprotegiendo, que la vuelvo a abandonar.

Estoy lista, frente a una cámara, detrás de mí se ven los paneles de control y una pantalla verde en la que podrán imágenes del espacio (no les basta con real, quieren que se vea más glamoroso supongo, bueno, al menos ya se abandonó el horrible gusto de poner publicidad en ella), fue entonces cuando escuche como la puerta se abría. Al fin la vuelvo a ver, Peridot se ve cansada, bastante seria, no me dirige la palabra, y siento mi pecho aplastado por varias emociones contradictorias, tontamente solo digo:

- Creí que no vendrías – No responde nada y esto me pone cada vez más nerviosa, contaba con que no estuviera cuando les revelara el asunto del astronauta ruso, tenerla aquí lo hace más difícil, pero debo hacerlo… debo hacerlo por ella. La señal de que pronto empieza se enciende, una tonta cuenta regresiva empieza, ¿creyeron que nos divertiría aquello después de haber partido de la tierra con una similar? Que mal gusto.

Un tonto comentarista aparece en pantalla y nos saluda, las típicas preguntas y me sorprende como la actitud de la rubia cambia, responde a la cámara con una sonrisa virtuosa y una naturalidad increíble, me cuesta creer el cómo callaba hace tan poco, parece que llevara actuando para la cámara por años, aquello me fascina.

Y yo no puedo evitar notarme algo estresada, algo lejana, cuando el presentador lo nota, me excuso con que la vida aquí no es fácil, pero que lo vale (finjo una sonrisa), él pregunta sobre cómo nos llevamos y siento todo temblando, de repente siento sus brazos rodeándome y ella dice que somos las mejores amigas, quiero llorar, es el abrazo más frio que me han dado, pero el presentador parece creérselo.

Entonces él pregunta si ha habido algo interesante aquí arriba, algo fuera de lugar. Es hora de la verdad, debo decirlo, siento un nudo en la garganta, se valiente Lapis.  Miro a Peridot una última vez, sus ojos parecen decirme que no me perdonaran si digo lo que ya sabemos, pero lo hago por ella, aunque me duele su mirada.

- Pues… - Me disponía a relatar lo que sucedió aquel día, Peridot. De improviso me callas, te veo a un milímetro de mi con los ojos cerrados, tus labios sobre los míos, y creo que mi mente colapsara en aquel instante, pierdo el control y te correspondo, en mi mente esto dura por horas, quiero gozar cada movimiento tuyo. Me tienes.

Para cuando reacciono ya es demasiado tarde, todos lo vieron, corro hacia la cámara y la apago.

Demonios Peridot, acabas de besarme ante millones de personas.