Space Oddity (Lapidot)

16

POV PERIDOT

Aquel “Pumpkin” en el que nos encontrábamos era el absurdo símbolo de que nos dirigíamos directo al olvido. Escapamos de la nave a tiempo, sobrevivimos y ahora nos alejábamos, pero… ¿Por cuánto tiempo más? ¿Acaso solo atrasábamos lo inevitable? ¿No acabábamos de subirnos en una lenta tumba que jamás seria encontrada? Ningún viajero está listo para algo como esto, eso lo tengo claro y Lapis llora. Y no puedo hacer nada. Y siento que estamos jodidamente solas en el universo. Y no puedo hacer nada.

La observo, ni una se atreve a decir palabra alguna y realmente no hay nada que podamos decir en un momento como este, podría decirle que todo saldrá bien, pero ella sabría que miento, podría decirles que quizás nos crucemos con alguna otra nave en nuestro viaje… ¡Deja de decir idioteces Peridot!! El espacio es tan grande que pasaran décadas, cientos de años para que algo así pase, demonios.

NI siquiera tenemos explicaciones ¡Maldita sea! ¡Qué demonios podría haber fallado!!?? Si hace unas horas todo parecía estar bajo control, hace unas horas el riesgo de que algo fallara era mínimo, casi nulo, si hace unas cuantas jodidas horas… Lapis y yo, Lapis y yo nos besábamos y veíamos con esperanza el futuro, hace solo unas horas me recostaba en su pecho y pensaba como seria nuestra vida de vuelta en la tierra, maldita sea ¿Que sería de nuestras amistades enterándose de nosotras? ¿Cómo sería llevarla a aquella pequeña plaza que tanto me gusta, a tan solo caminar, y ver su sonrisa y pensar, que fue el día perfecto para caminar ¿Cómo demonios iba a perderme ver películas bobas apoyada en su regazo? ¿O solo ir por un café en una pequeña tienda? Y aunque nos aceptaran o no ¿Nos perderíamos los nervios de decirles de lo nuestro a nuestros padres? ¿Nuestras primeras peleas? ¿Nuestras reconciliaciones? ¿Nuestros riesgos? ¿Adoptaríamos quizás? ¿Viajaríamos a la playa y te diría que te robaste el azul del mar? ¡maldita sea!! En un solo instante todo parece haberse perdido, y Lapis aun llora y no puedo… no puedo hacer nada por ella, no puedo hacer nada por nosotras, no puedo hacer nada.

Me derrumbo, una lagrima se escapa y por la misma fisura le siguen más y más, hasta que no puedo detenerlas, ni detener mis golpes de frustración a estas paredes que me oprimen, llegados este punto ¿Que me queda?
Ella solo se sienta a mi lado y apoya su cabeza en mi hombro, tampoco puede detener el descenso por sus mejillas, así que tomo su mano con la mía en un acto reflejo, quizás no lo cambiaría nada, pero es lo único que puedo hacer, ella se merece algo mejor que esto.

Al final el cansancio pudo más, sin poder decir nada caímos rendidas ahí mismo donde estábamos, ni una hizo el esfuerzo de ponerse cómoda, no era momento de fijarse en esos detalles supongo. Lo primero que note fue que nuestras manos no se habían separado, me sentía algo feliz por aquello, pero es difícil realmente sentir algo como eso en esta situación.

Sin los equipos adecuados, ni los conocimientos exactos sobre esta pequeña nave no podría asegurarlo realmente, pero calculaba que nos brindaría de aire por un tiempo aproximado de 2 semanas quizás, luego… bueno eso no importa, también había alimentos ahí y todo lo básico para sobrevivir un tiempo, y… un par de botellas de vodka, ¿Por qué Lapis las pondría aquí?

Como sea, al menos mi mente estaba más clara que antes, debía disfrutar este tiempo con Lapis y después… pues eso es algo en lo que es mejor no pensar. Así que la desperté.

Me miro con sus ojos rojizos llenos de miedo y solo me dio un abrazo que yo correspondí, ambas necesitábamos de esto. Y esta vez no había lágrimas, quizá era que ya hemos aceptado este
nuestro duelo o que estamos tan perdidas que no tenemos ya ni la lógica para llorar, como sea, ya no había más lágrimas, y lo prefería así.

Los días siguientes se han pasado entre constantes abrazos, caricias y “te quiero” susurrados en el oído. No encontramos de que más hablar, no encontramos como empezar a sentir menor esta carga, como volver a reír y a decir tonterías como lo hacíamos antes. ¿Es acaso porque decir un chiste en un funeral nos parece de tan mal gusto? Los días siguientes se han pasado entre constantes abrazos, caricias y “te quiero” susurrados en el oído, me preocupa demasiado
sentir esta rutina cada vez más mecánica.

Lapis, cuando me crees dormida noto que bebes de aquellas botellas y lloras en silencio, y yo... no hago ni un movimiento Lapis, no me siento capaz de hacer algo. Quisiera de algún modo poder alegrar lo que nos queda.

Pero... no se cómo