8

162 34 8
                                        

POV LAPIS
Estaba realmente furiosa, acababa de discutir con los altos mandos de la agencia, y esos idiotas se negaban a darle la suficiente importancia a lo que había pasado, “No podemos dejar
que esto se sepa, esto va más allá de nuestro control y sería una muy mala imagen para la agencia si los medios se enteran, sería un escándalo” dijeron los malditos. No lo soporte, simplemente empecé a gritarles, y al no recibir respuestas positivas exigí hablar con mi padre, no suelo recurrir a algo así, pero no tenía la mente nada clara en aquel momento, solo quería ver a ese maldito astronauta ruso sufriendo.

Para mi sorpresa, me dijeron que mi padre no deseaba entrometerse, que estaba demasiado ocupado ¿Qué a nadie en esta maldita agencia les importa un carajo nuestro bienestar? Les basto con decirme que me tranquilizara, que me encargara de velar por el bienestar de Peridot y continúe la misión como estaba acordado.

Repasemos los hechos, me sentía algo culpable por haber discutido con Peridot, no era totalmente mi culpa, pero en parte sentía que debía arreglar las cosas con ella, sería bastante incomodo continuar el viaje de aquella manera, así que después de discutir conmigo mismo por lo que me pareció ser una hora, de sobre si debía buscarla o esperar a que ella me buscara… ¡Maldita sea, Lapis!, porque tenías que ser tan jodidamente orgullosa, si hubieras ido a buscarla antes… si no hubieras discutido por tonterías, nada de esto habría pasado.

Como sea, escuche voces en una habitación en el ala norte así que abrí la puerta lentamente con la intención de disculparme… no esperaba encontrarme a aquel cabrón cósmico ruso moviéndose como animal en celo, y debajo de él encontrarme a una Peridot semi-desnuda que
lloraba mientras me miraba, demonios, me quede parada como tonta, hasta que escuche un débil “ayúdame” salir de su boca.

Por fin volví a la realidad y me lleno una furia ciega, ni siquiera recuerdo bien exactamente como paso, solo recuerdo mis puchos clavándose en el rostro de aquel idiota (creo haberle
roto la nariz), y luego de algún modo logre sacarlo de la nave. Mi mente era una cosa caótica, por suerte recordé separarnos de la estación y zarpar, ya habíamos cargado el suficiente combustible creo.

Ahora venía la parte difícil, ir a por Peridot, me sentía y aun me siento tan culpable por lo ocurrido, no sé cómo la vería a los ojos, pero no era momento para dudar debía ayudarla.

La encontré donde la deje, no sabía qué hacer, así que en contra de toda expectativa mía solo la abracé, no soy alguien que suela hacer ese tipo de cosas, ni siquiera recuerdo la última vez que lo hice pero lo hice y fue tan extraño, solo podía sentir como mi hombro se llenaba de lágrimas, todo tipo de pensamientos pasaban por mi cabeza, un gran rencor, tranquilidad de habernos alejado ya de la estación, una gran tristeza que se me contagiaba de aquella rubia, y una culpa que hizo que yo también soltara algunas lágrimas, sentí la atufada respiración de Peridot acercándose a mi oreja. “Lazuli, te quiero”, eso dijo. ¿Qué demonios significaba eso? Peridot, reacciona de una vez, todo esto es demasiado para mí, lo juro.

Space Oddity (Lapidot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora