Arepa XVIII: La PATRIA

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Mientras tanto, Wilkel y los demás rezaban y miraban por unos pequeños orificios tras la pared en la que se escondían.

—¿Qué mierda son esos? —se preguntó Dan.

De la nada salió un hombre calvo vestido con traje y unos lentes, y se acercó hasta el grupo de los Rojos con una sonrisa en su rostro.

—Ya era hora.

—¡Chigüire, señor! —saludó el hombre de rojo poniendo su mano en la frente como señal de respeto.

—El Objetivo no debe de estar lejos —mencionó el llamado Chigüire—. Recuerden que es un gringo, y si me lo traen vivo mucho mejor, a los otros dos que andan con él no necesariamente, pero si pueden traermelos con vida pues bien. Ahora hagan un grupo que se concentre en llevarse a la gente de aquí y otro que se encargue de la búsqueda. ¿Entendido?

—¡Sí, Chigüire señor!

Los hombres de rojos empezaron a separarse en tres grupos. Uno se concentraba en la búsqueda de rehenes, el otro en esos tres forajidos, y el último en hacer las arepas. En pocas palabras eran una unidad especial bien organizada por lo que se podía ver.

Mientras tanto, los chicos seguían viendo con atención por los orificios mientras se ocultaban de los rojitos.

—¿Qué mierdas? ¿Te buscan a ti, Chad? —le preguntó Dan.

El Gringo suspiro, y luego volvió a ver por el agujero.

—Eso parece —respondió.

—¿Y puedo saber por qué?

—No sé —tomó una pausa pensando si debia decirselo o no—. Quizás sea por mi antigua misión.

—¿Misión? ¿WTF?

—Yes —admitió—. Soy un agente especial, o era, de la SDM: Suck my Dick Maduro. Un grupo de fuerzas especiales creado para eliminar a escorias dictadoras como Maduro. Yo y mi sister fuimos enviado hacia acá en una misión de entrar y salir, pero, repentinamente las personas se empezaron a convertir en zombies. Después eso idiotas con mascaras nos empezaron a disparar y... se llevaron a mi sister. Llamé a la estación en busca de refuerzos, pero nadie respondió. Ahora solo soy un hombre sin nada, pero quizás ellos crean que aun quiero matar a Maduro. Perdón por no habérselos dicho antes, bros.

—Nah, está bien. Eso explica tu agilidad para matar. En tal caso eso ya es cosa del pasado, no te sulfures, ahora concentremos en escapar.

—Okey, dude.

Chad volvió a echar una ojeada por el orificio para encontrar una forma de escapar, y porque no, estudiar a los de Rojo.

—La Patria —leyó Chad.

—¿La patria? —repitió Dan.

—Yes. Eso decir en los uniformes de eso tipos.

—Entoces eso significa que...

—Que confirma lo que crei —completo el Gringo—. Vienen de parte de Maduro.

—Mierda. Ese maldito nunca para de joder.

El Gobernador salió de su escondite con una cara de arrechera. El hombre con pene en la cara se paró enfrente de Chigüire, y lo tomó del cuello del traje, pero uno de los de La Patria los separó y luego amenazó con disparar si lo volvía a hacer.

—¿Que mierdas es esto, weon? —exclamó Rafael—. ¿Cómo van a entrar asi y matar a mis hombre?

—¿De que hablas? —replicó Chigüire.

—Sabes perfectamente de lo que hablo, maricon. Teníamos un trato. Le guarde devoción al supremo comandante intergaláctico. ¡Hasta me tatue su cara en el muslo!

—Pues el trato expiró, pendejo —dijo y le disparó en toh el coco—. Saquen a esta mierda de aquí. No soportó vele el hueco que tiene en la cara.

Dan y los muchachos se exaltaron. Ese tal Chigüire era un hijo de puta hasta con su propia gente, y lo menos que querían era acabar en sus garras. Debían escapar, y rapido.

Se encontraban en una vieja tienda de joyas. Era un lugar estrecho pero lo bueno es que había una ventilación detrás del mostrador.

—Hey, chicos, por aquí.

Dan fue el primero en entrar en la ventilación, luego Wilkel y por ultimo el Chad. Después de que todos ya estaban adentro, empezaron a gatear sin una dirección ni un mapa pero lo importante era alejarse lo mas posible de los de La Patria.

—Mano, estoy cagao.

—Walkelson... por favor no te vayas a tirar otro peo, ¿sí? Te lo pido de corazón —le suplicaba Dan.

—Ya me lo tiré...

—¡Coño e' tu madre! ¡Maldito podrio!

Dan empezó a gatear lo más rápido posible para escapar del olor, pero era imposible, el olor había invadido toda la ventilación. Morirían.

Por el movimiento uno de los soportes se rompió e hizo caer a los chicos en medio centro comercial. Los de La Patria enseguida empezaron a disparar mientras los chicos corrían to' cagaos a cubrirse.

Dan tuvo que ayudar a Chad ya que estaba algo ciego y mareado por el peo de Wilkel.

El Chigüire estaba decepcionado de sus tropas, esos bichos eran más malos apuntado que los malos de Star Wars. Corrió hasta sus hombres y gritó.

—¿Qué hacen, malditos imbéciles? ¡Vayan por ellos!

—¡Lo siento, señor!

—¡Callense y matenlos!

—¡Sí, señor!

Los de La Patria empezaron a correr en dirección a los chicos. Mientras tanto, ellos empezaron a correr en dirección al Arcade. Las personas que habían en la zona empezaron a esconderse mientras que los rojos luchaban por correr entre la muchedumbre.

Ya en el Arcade los chicos se ocultaron detrás de las maquinas. El Dan tenia una idea, y si funcionaba podían acabar con varios sin revelar su ubicación exacta.

Los rojitos llegaron minutos después, y empezaron a revisar el lugar. Uno de ellos camino hasta el Zombi Marico y lo miró de arriba a bajo con indignación.

—Miren esto —dijo el de La Patria—. Que falta de respeto hacia el comandante Maduro.

—Zombi Marico —leyó otro al acercarse—. Ja, malditos escuálidos.

Dan en su escondite jaló una cuerda que sujetaba los brazos del Zombi Marico, haciendo que este se soltara y mordiera a uno de los de La Patria.

—¡Mierda! —gritó el hombre—. ¡Aaaah!

Su compañero disparó a la cabeza del Zombi Marico a quemaropa. Mientras que él suspiró aliviado, sosteniendo su herida.

—Gracias —agradeció el hombre jadeando.

—¿De qué? —dijo su compañero y después disparó al hombre en la cara.

Otro se acerco, y miró a su amigo.

—Buen trabajo —le dijo, y después le disparó en la cabeza.

Otro más vio todo, y se le acercó.

—¿Por qué hiciste eso?

—Le disparo al Zombi que tenia la mascara de Maduro, era un escuálido.

—Entiendo —dijo, y luego disparó a la cabeza del hombre—. Pero el era mi amigo.

Dan y los demás se quedaron viéndose las caras. El plan habia salido mejor de lo que esperaban, y todo porque esos bichos eran unos pendejos.

The Walking Dead (Versión Venezolana) (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora