Dan y Wilkel, asombrados por la proeza del soldado se miraron y se dijeron al mismo tiempo.
—Mielda, perro.
El muchacho de la gorra, tomó su arma y se aseguró que estuviera bien cargada. Era hora de salir de ahí, con Chad o sin él, y lo sabia perfectamente. Despues de lo que habían visto no podían hacerles frente a estos tipos, y mucho menos, con el lugar llenándose de zombis.
—Es hora de irnos, Walkel —dijo Dan, guardando la pistola en su cinturón y tomando el AK que había conseguido anteriormente—. Con estos locos ya no podemos. Lo lamento mucho por Chad, pero si no nos vamos ahora, moriremos todos.
—Pero, menol —replico el Wilkel—. No podemos dejarlo.
—¡Malditasea, Walkel! ¡Mira! ¡Todo el lugar se esta llenando de zombis! Además, tu no puedes usar armas, así la tenemos mucho mas difícil si seguimos esperando.
—¡Sé que soy un estolbo, pero de igual forma, no puedo dejal a un convive morir! Si él no estaríamos aquí, tenemos que devolverle el favol.
Dan suspiró, él no quería pelear, el sólo quería irse. Pero su compañero no quería dejar atrás a Chad, y lo entendía muy bien, ¿pero que debía hacer? ¿Esperar que sucediera un milagro?
—Walkel...
Dijo Dan, pero el frío metal de una Scar en su nuca le cerró la boca.
—Pero mira que nos encontramos aquí, Hawk —dijo Blackov—. Unas putas venecas.
•••
Mientras tanto, Chad seguía peleando con el ser manos de cuchillo. No importaba donde lo hería, el bicho no moría y menos se dejaba matar tan fácilmente el condenado. ¡Carajous!
—Shit! —dijo el gringo.
Ya solo le quedaba un cargador, de los dos que había usado con él, pero no había logrado nada, solo abujerearlo varias veces nada más. Y eso, no funcionaba para nada.
La bestia corrió hasta nuestro protagonista, pero Chad lo esquivó fácilmente disparando al talón de la criatura, reventandole el tendón, y provocando que este se cayera estúpidamente enfrente de sus amigos zombis.
Vaya vergüenza sintió el ser mocha cabeza, pero solo eso lo enfureció mas, ósea, no dejaría que este simple humano lo dejara en ridículo frente a los demás zombis. No, claro que no.
El zombi cojo volvió a la carrera, pero Chad disparó al otro talón provocando que cayese de nuevo. Al parecer el gringo ya había encontrado el punto débil de la criatura. Sus patasas.
—¿Ahora que hacer, putita? —vocifero Chad.
La criatura de sus espalda saco cuatro tentáculos, mas bien, unas patas de insecto que uso para incorporarse de nuevo. Vaya, eso no me lo veía venir.
—Ah, eso.
La criatura dio al carrera, lazando zarpazos con sus nuevas extremidades. Chad, como podía las esquivababa, pero en uno de los ataques no le dio tiempo de reaccionar, recibiendo un corte del pecho hacia su cintura dejándole su camisa Nike original en perdida total. ¡Mierda!
—Maldito, bicho —musitó Chad terminado de romper su camisa, la camisa que le había regalado su hermana, y amarrandola en su brazo—. ¡Esto no te lo perdonaré!
Chad, tomo dos granadas de humo que le habían sobrado y las lanzó alrededor de la criatura. El humo empezó a salir llenando todo el lugar, e imposibilitando la visión de ambos. Pero Chad cargaba con una herramienta muy útil.
El humo había llenado todo el lugar. La criatura, con un poco de frustración empezaba a dar zarpazos a todas direcciones sin darle a nada. Prefirió quedarse quieta y esperar a que sus instintos la ayudara, pero el humo no dejaba olerlo, pero aun tenia su sentido del escucha.
Un ruido sonó a su derecha, corrió en esa direcciones lanzando zarpazos pero de repente recibió un tiro en la oreja derecha destrozándola y aturdiéndolo, luego otro mas en la izquierda, luego una mas en el centro de su nariz. Pero el ser por instinto cubrió su cabeza con ambas cuchillas. Pero no sirvió de nada cuando un chorro de sangre salia de su cabeza como una fuente de chocolate.
Chad, había clavado su cuchido en la parte posterior de la cabeza del zombi, mientras este se distrajo. A aprovechó el humo quitándole los sentidos como la visión, el olfato y la escucha. Para el no fue difícil, ya que cargaba consigo unos lentes de visión nocturna que había tomado tiempo atrás, y que una de sus funciones era la visión térmica. Lo cual, había sorprendido a Chad que la criatura tuviera calor en su interior, ya que a diferencia de los otros que son tan fríos por dentro como por fuera este emanaba calor.
Chad, sopuso que no estaba muerto, pero eso era imposible.
La criatura toda atontada cayó de rodillas al suelo, y empezó a gritar. Su pecho empezaba a abrirse y a salir tentáculos, junto con un enorme ojo amarillo. Chad, estaba sorprendido ante lo que sucedía. Tenia un muy mal presentimiento, todo se empezaba a ir a la mierda. ¡Oh, no! ¿¡Qué podía hacer nuestro héroe ahora!?
—Oh, shit! Shit! Shiiiiit!
Pero de la nada un tiro le voló, mas bien le reventó, la cabeza al zombi acabando con el y su transformación.
Despues una figura encapuchada hizo presencia con una Barrel en sus mano.
—¿Qué tal? —dijo la figura, con voz femenina—. Me llamo, Samantha. Pero tus amigos me conocen como Josefina. Tal vez deberíamos ir a buscarlos, amiga, y salir de aquí. ¿Qué dices?
—¿Amiga? —repitio Chad.
ESTÁS LEYENDO
The Walking Dead (Versión Venezolana) (EDITANDO)
Ficção CientíficaDaniel Barrios, es un joven estudiante de la ciudad de Maracay. Que tras golpear a un tuki en las bolas e ir a su casa y ver una mamaweba cadena del presidente, se da cuenta que un supuesto virus mandado por un tal Donal Trun (según el presidente)...