Mientras pasaba cada canción sentía como la mirada de Ana se encendía más y no abandonaba el cuerpo de Lucía y mío; mucho más pegados aún.
Si no estuviera loca por esa gilipollas, ahora mismo seguro que hubiera terminado por algún espacio de aquel local comiéndole la boca, o haciendo mía a aquella chica rubia; pero no. Algo dentro de mi había cambiado, aunque no quisiera notarlo, no era la misma Mimi que entró a OT. Ana Guerra me había hecho cambiar; o ¿era el amor? Aunque cabe destacar que seguía siendo igual de tonta, en toda regla.
Aunque mientras tanto, me encantaba hacerla rabiar de aquella manera. Lograba que mis hormonas se revolucionaran, me ponía muy cachonda; demasiado. Era una adrenalina difícil de explicar...era saberla mía aún estando tan lejos de mi cuerpo físicamente. Era esta locura que siempre habíamos experimentado aún a la distancia.
En un cambio musical, Lucía se acercó a mi oreja, y colocó su manos en mi cadera, mucho más abajo de lo establecido.
- Vamos fuera... - susurró y luego, la succionó. Aquel contacto hizo que mi cuerpo se estremeciera. Aunque no sabía si era por el gesto de Ana de toda la noche, lo que había logrado todo eso en mi, o simplemente por cómo era aquella mujer. Porque no había que obviar lo guapa que era, y lo puto bien que bailaba.
- Mejor no... - dije, aunque imité su gesto porque Ana aún observaba.
Luego, cuando vi que se retiró en dirección al lavado...
- Ahora regreso. - dediqué una última mirada a mi repentina compañera aquella noche, y salí de mi amarre.
Caminé un poco, mientras dirigía mis pasos hacia aquella dirección tan estresante. No sabía porque lo hacía, porque volvía a rebajarme ante ella; pero la necesidad que había provocado todo este tiempo en mi, acompañada de aquel chico, y después sola observándome con aquellos ojos que me mataban, habían logrado que mi cuerpo actuara solo.
Podría haberlo pensado más, seguramente, pero el alcohol y las ganas que mi cuerpo iba creando; eran mayores.
Al llegar al baño, pude observarla mediante el espejo. Su cabeza estaba recostada a sus manos, que se colocaban justo donde terminaba el lavado. Dediqué mis ojos a observarla y a adorar cada parte suya, toda; completa. Era jodidamente perfecta.
- ¿Celosa? - la vacilé.
Aquello hizo que se sobresaltara y nuestros ojos volvieran a hacer contacto, como durante toda la noche.
- ¿Perdona?. - frunció el ceño. Hasta así, con un poco del maquillaje corrido, la cara de borde y aquel vestido; me ponía.
- Qué si estas celosa.
- rió. - Ya te gustaría a ti. - protestó, y dirigió su mirada al grifo que abría para lavarse un poco las manos. Aunque conocía aquella estrategia, quería evitarme.
- Sinceramente no. - paró el movimiento unos segundos. - Eres muy borde cuando te pones celosa, mi amor. - enfaticé las últimas dos palabras, mientras mordía mi labio inferior.
- Y tú muy gilipollas. - siguió con el contacto con sus manos.
- Nada nuevo, Banana. - me fui acercando poco a poco a ella, hasta llegar a estar muy pegada detrás suyo. - Dios! Podrías hacerme la pregunta otra vez; - me miró. - la que me hiciste antes; que te respondería que si. Joder; te follaba aquí mismo. - tras decir aquellas palabras, hubo unos segundos donde sus labios sonrieron, y ella se sonrojó. Y después evito cualquier contacto.
- ¿Nerviosa? - seguí insinuando.
- Déjame en paz. - a pesar de saber el sentido de la frase, su voz sonó muy pausada.
- Tu cuerpo no me pide eso. - me volví a acercar, y acaricié sus hombros. - Míralo como tiembla cuando le toco...
- Egocéntrica. - No cambió de posición.
Quería besarla en aquel momento, incluso recuerdo sentir el movimiento de mi cuerpo para ello. Pero después, todo paso muy rápido, porque sentimos un ruido en la puerta, así que la atrapé del brazo y la llevé a unos de los baños. En cuestiones de segundos la volvía a tener a milímetros de mi, con su respiración agitada pegada a la mía y sus ojos divagando entre mis labios y los míos. Pura adrenalina me hacía experimentar siempre.
- ¿Qué haces? - volvió a protestar, y se separó un poco, aunque en aquel lugar cualquier separación aún seguía siendo estar muy unidas.
- Cállate jdoer. - sentí unos pasos, que luego se desvanecieron.
Y sin más, aprisioné sus labios a los míos, los cuales respondieron al instante a mi caricia. Se compenetraron tan bien que cualquier pensaría que llevábamos toda una vida compartiéndolos.
El beso fue intenso, fue lleno de rabia y de deseo; y sobre todo fue salvaje. Fue mezcla de el sabor nuestro, junto a nuestras lenguas deseosas de más, el residuo del alcohol, y nuestra lujuria. Era tormenta formada en aquellas paredes, con lluvias en nuestros interiores y relámpagos pidiendo salir.
Sus manos abandonaron su cuerpo y se hicieron parte del mío, con un recorrido entre mi pelo y mi culo. Los gemidos que disparaba mi boca eran incontrolables, eran gemidos de placer que solo ella tenía el poder de provocar. Era fuego con ganas de hervir y explotar.
Las piernas me temblaron cuando decidí pegarla de un tirón a la pared y acortar todo aire que quisiera invadir nuestra privacidad.
Yo, sin embargo quería más, necesitaba sentir más su piel, más su aroma en mis fosas nasales y en mis entrañas. Mis manos hicieron contacto con su piel mediante su espalda descubierta y la arañaron. En aquel instante un gemido ahogado salió de su boca que fui acompañado por un jalón de pelo. Parece que ella también necesitaba más cuando sus piernas se enredaron en mi cintura y pude sentir el roce de su sexo con mi ombligo.
Me estremecí al notarla.
- Me vas a matar... - susurré y bajé unas de mis manos a su muslo para después entrar en zona peligrosa.
Aunque, cuando quería tener más contacto, ella deshizo su amarre y se acomodó el vestido, si más. No me dio a procesar nada de lo ocurrido.
- No vas a terminar conmigo lo que has empezado con ella; tenlo claro. - y volvió a su posición anterior; y se marchó de aquel lugar que agrandaba su tamaño por segundos sin su presencia.
Juro que en aquel momento podría haberla seguido y haberla matado. Sin mentir. Me había dejado con el mayor calentón de toda mi vida.
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Chiquets!
Sorry por no publicar tan amenudo, pero estoy con mucho jaleo, con mil cosas y no tengo tiempo existencial para ello. Así que os dejo esto por aquí, ya que va a ser difícil volver a publicar estos días. Aunque; lo intentaré.
Promise.
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Déjame Quererte
FanfictionEn esta vida, experimentamos sentimientos, a veces aleatorios, otros que nunca pensaste llegar a sentir; y que aparecieron sin más. Esos son los mejores. Te deshacen por dentro, te invitan a luchar; o no. Pero sobre todo, te invitan a vivir.