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- Ahora...ahora vengo. - le dije a Will y la seguí.

EL PUTO DÍA QUE FUERA DE FELICIDAD PLENA CON ELLA, ESE DÍA MONTABA UNA FIESTA.

Vi como se había ido al mismo lugar de antes, y que descansaba en una fuente que estaba en el centro. A decir verdad, el jardín era grande, demasiado para pertenecer a una discoteca, y estaba alumbrado con unas farolas algo elegantes. Realmente era precioso.

Ana estaba sentada en la esquina de ella, mientras suspiraba pesadamente y se quitaba un par de lágrimas.

Mi cabeza era un caos real, nunca sabía cómo actuar con ella, con nosotras; cuando el paréntesis se iba de nuestras vidas, porque por más que quisiéramos evitarlo cualquier error, aunque fuera el más mínimo, nos hería por dentro; porque principalmente teníamos mucho miedo y tan poco confianza entre nosotras. Queríamos basar algo, en la nada, en el querer y el ya vemos que sucede, y no podía ser. Nos heríamos cada vez más.

- Ana... - susurré a su lado.

- Eh Mimi. - se levantó y se limpió las pocas lágrimas que quedaban en su cara, rápidamente. - ¿Qué haces...Yo es que he venido...eh...necesitaba un....un poco de aire.

- Ana... - Ella hablaba muy rápido, y no lograba organizar una oración completa.

- Dime. - me miró, y se levantó.

- ¿Qué pasa?

- Nada, de verdad...solo necesitaba...nada; está todo bien; disfruta de tu noche, pequeña. - me acarició la cara.

- No puedo disfrutar, - respondí inmediatamente . - si se que a ti esto te afecta; el hecho de que él esté... - me mordí el labio porque sabía que en cualquier momento iba a comenzar a llorar yo también. Era la hora de la verdad, era la hora para decir todo. - Porque es que mírate, te conozco... y...no podemos seguir creyendo que aquí, - Nos señalé. - No pasa nada; seguir pensando...

- No, no tengo derecho. - trató de sonreír con más calma.

- No, no lo tenemos; pero aquí no estamos hablando de derechos, Ana. Estamos hablando de lo que sentimos, de que esto no entiende de derechos; solo se deja llevar por el corazón.

- Ya, pero... - me dio la espalda unos segundos. - No puedo venir a recriminarte que seas feliz, que vayas y le beses, que sonrías y que vivas. Porque no puedo, porque hemos quedado en que esto era mejor así, en quedarnos como somos, por mucho que sintamos; porque yo no puedo ofrecerte nada...

- No te estoy pidiendo nada. - elevé un poco la voz. - Siempre me ha bastado contigo. - suspiré ante de continuar, porque el efecto del alcohol y de emociones me estaba sobrepasando. - A pesar de todo la mierda que tuvimos siempre, era mirarte y que el mundo se volviera otro.

- No, pequeña, no. - acarició mis mejillas. - Mereces mucho más; - se acercó un poco más a mi; y me desnudó con la mirada. - que te lleven por la calle de la mano, te presenten en su casa como su pareja, que te sonrían, que le digan al mundo cuanto te quieren... Coño! - suspiró y se volvió a alejar. - necesitas tantas cosas, que no puedo darte... - quité las lágrimas que se le amontonaban, a pesar de la distancia que ahora nos separaba. - Y es que ahora mismo - volvió a disparar su mirada a mi. - me siento muy egoísta, porque a pesar de todo eso te quiero a mi lado, no quiero verte con él o con nadie que te saque esos hoyuelos y te diga lo guapa que eres en las mañanas, no quiero verte con nadie que no sea yo...

- Yo...

- No quiero ni imaginarte haciendo planes de futuro, de peli y mantas, de ir por la calle haciendo cualquier gilipollez o salir a correr como lo hacen dos críos por ver quién llega primero... - bajó la mirada.

- Ana... - le sostuve la cabeza. - Te quiero, y me importa una mierda todas esas cosas, - parpadeó un par de veces. - porque no las veo si no es contigo, porque aún en esta situación, en esta hermandad, o lo que sea que es esto; lo único que quiero es besarte todo el rato, pero me contengo por ti y por mi, por no vivir lo mismo y por no sufrir; porque contigo lo quiero todo, no a medias, no como antes. Lo quiero todo, Ana. Y me da igual que el mundo no sepa que eres Mía, porque para mi lo sigues siendo aún aquí, sin ser nada; porque contigo aprendí que no necesito un cartel que nos defina, solo vivirlo. Y es que me da igual que esté el puto gilipollas ese ahí, haciendo el payaso, que este Will esperando por mi; porque para mi nunca será algo más que un amigo. - cogí sus manos, que no hacían más que dar vueltas entre ellas; y besé su frente. Me dediqué a mirarla, a observarle la cicatriz de su ojo, sus pecas, cada rasgo de su cara, cada huella. - Ana, porque contigo conocí el amor. - sonreí. - conocí lo que son las ganas de verte feliz siempre, de ser egoísta si al final puedo estar contigo, de meternos en nuestro mundo de burbujas de vez en cuanto; y te lo juro, ahora mismo me da igual todo lo demás. - reí. - Sí, soy la persona más celosa del mundo, y me jode tener y no tenerte; pero es que contigo...contigo me sobra todo lo demás. - Su cuerpo volvía a ser arropado por el mío, sus manos descansaban en mis hombros; mientras las mías hacían caricias en sus caderas.

- Mi pequeña. - juntó nuestras frentes. - Te amo, juro que te amo. - atrapó mis labios con los suyos, e hizo que el frío que quedaba en aquel lugar se desvaneciera por completo. Porque éramos dos personas inmersas en una fantasía, en una mundo paralelo.

- Pero Ana... - Me separé un poco de ella, aunque juraba que no era lo que realmente deseaba en ese instante. - Aún debemos hablar de tantas cosas. No podemos seguir construyendo esto arriba de nada, tenemos que aclarar uno a uno nuestros fallos, y tener mucha confianza en esto.

- Sí, - se volvió a acomodar en la fuente, y me atrajo hacia ella para que yo la imitara. - porque odio mucho tener que siempre dudar de lo que sentimos. Y se que hacemos todo este lio para picarnos, y para evitar los problemas; pero es que yo también quiero ser tu escape, tú no quiero discutir de eso ahora, solo besarte, y...todo.

- Lo sé! Si es que somos un cuadro juntas. - reímos, y le robé un pico. - Yo prometo tratar de no volverme loca cada vez que Jadel te puede llevar por el mundo como su novia...

- Por favor. - rió. - aunque te ves muy guapa cuando te cabreas. - rodeé los ojos. - pero no cuando te cabreas conmigo. - sonreí, y me besó.

- Ahora en serio, tenemos que cumplir eso de contarnos todo, por muy malo que sea, la verdad ante todo. Quiero saber todo lo que te pasa, me la suda si me pongo neurótica y celosa, porque en el fondo siempre te pondré por encima de todo; y eso no lo dudes nunca.

- No lo dudo, pequeña. Prometo que no lo dudo, por mucho que nos separemos, se que tú amor es mío, como el mío es tuyo. Pero me jode tanto verte con alguien...arg. - mordió mi labio.

- Ay Ana. Eres una bestia.

- No sabes tú. - la miró pícaramente y la besó.

- Bueno, me voy, ya tendremos tiempo para hablar calmadamente de todo esto, que sino me van a echar de menos en mi fiesta. - sonreí, y le saqué la lengua.

- Tú churri, ¿no?

- ¿No serás tú la más celosa? Pregunto. - negó. - mi única churri aquí eres tú, reina mía. - volví a aprisionar nuestros labios por unos segundos, donde nuestras lenguas hicieron un contacto único.

- Amiga eh... - me señaló con el dedo, y yo rodeé los ojos.

- No te soporto. Me voy. - al girarme, me dio una palmada en la culo. - Eh...

- Te quiero. - sonrió.

¿Qué iba a ser yo con ella?

Y sí, ahora la noche se había quedado mucho más especial.

~~~

Este es mi regalo de Reyes! 😂

No se realmente cuando pueda volver a publicar, por lo que os dejo este cap; espero tener un tiempo pronto y actualizar.

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⏰ Última actualización: Jan 04, 2019 ⏰

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