Diez Últimos Días | malec-jimon au

Jace Herondale

Sé que el capítulo se llama "Jace Herondale", sin embargo, quien sigue contando la historia es nuestro pequeño Alec <3

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Día uno, primera parte

El internado es aburrido y muy estricto, eso nadie puede negarlo, por ello todos buscan diversas entretenciones. Jace y el resto de Los Americanos se divierten intimidando a la escuela y les fascina tenerla bajo sus pies. Su poder llega a tal punto que hasta más de un profesor les teme y obedece.

Hoy no doy más de aburrimiento, pero siempre pasa los fines de semana. Extraño ¿no? Porque todos aman los fines de semana, ya que no hay escuela; y sí, no hay clases, pero yo debo permanecer aquí en el internado por la sencilla razón de que a mi familia no le interesa en lo más mínimo el viajar todas las semanas para venir a buscarme, ni tampoco se toman la molestia de enviarme los pasajes para viajar yo.

"Con lo despistado que eres...", suele decir mamá las pocas veces que nos vemos.

"Podrías perderlos, o tu pasaporte, o alguna maleta, o...", apoya siempre mi padre, como si las palabras de mi madre no fuesen suficiente para hacerme sentir un inútil.

No importa, la verdad no importa en absoluto. Así es la realidad y no puedo hacer nada por cambiarla. No es como si no lo hubiese intentado cambiar por años.

Lo bueno de todo esto, es que los edificios quedan prácticamente vacíos y puedo estar tranquilo en mi soledad, cosa que en la semana es algo imposible.

Junto a mí, deben de quedarse también, a lo mucho, unos veinte chicos. Número insignificante, si contamos que este establecimiento acoge a más de ciento cincuenta alumnos de entre doce y diecinueve años. Y dentro de aquellos que se quedan encerrados conmigo, está mi grupo.

Primero hablaremos de Jace, el líder del grupo. ¿Quieren conocer su vida? Pues entonces vengan conmigo.

Me dirijo a la biblioteca, donde, como supuse, encuentro a Jace durmiendo en uno de los pasillos.

–Hola –saludo.

Su desordenado cabello rubio me impide ver bien sus ojos, pero es su respiración es la que lo delata: acabo de despertarlo. Torpemente se levanta para sentarse en el suelo con mayor comodidad. Peina su cabello hacia atrás, dejándome, al fin, ver por completo su rostro. Sus ojos heterocromáticos me miran somnolientos.

–Hola –bosteza tratando de despertar en un cien por ciento–. ¿Qué haces aquí?

–Algo mucho más productivo que tú, te puedo asegurar –bromeo y él ríe.

–Sí, creo que es lo más probable. Pero ¿para qué es esa cámara de video? –apunta dicho objeto, que tengo en mi mano derecha.

–Pues–

–Grabarme dormido es muy raro, ¿no crees? –bromea–. Entiendo que soy muy guapo y todo, pero contrólate, Alec.

Le regalo una mirada de soslayo y hago como que no lo he escuchado.

–Hago un video para la clase de psicología –respondo.

–¿Y de qué tratará?

–"Adolescentes dominantes, la verdad tras la máscara de un bravucón" –respondo.

–Buen título –dice sincero.

Me siento frente a él y comienzo a ubicar la cámara, cosa que los contrastes con la luz solar que se cuela por las ventanas de la biblioteca no impidan obtener una buena imagen; Jace de por sí ya es muy blanco. Una vez bien ubicado, le hago una seña a mi amigo de que voy a comenzar el video, a lo que me mira sorprendido. Creo que nunca le avisé que él sería parte de mi mini documental, pero asumí que lo descifraría por sí solo.