~No quiero hacerte más daño~
Alex es un idiota y un imbécil. Tengo que seguir intentando localizar a Michael, se lo tengo que explicar.
Operadora: El móvil al que llama está apagado o fuera de cobertura en esta momento si lo desea puede dejar un mensaje de voz al oír la señal, piii.
Yo: Michael, por favor, llámame, tenemos que hablar.
Nina: Anna estás bien?
Yo:No, Nina, no estoy bien. Llevamos dos días aquí y Alex me ha besado y se me ha declarado, Michael no me coge el teléfono y tengo que dormir en la misma cabaña que ese imbécil.
Nina: Anna, estaba equivocada.
Yo: ¿Con respecto a qué?
Nina: Con respecto a ti, con respecto a Michael y con respecto a Alex.
Yo: No te entiendo, explícate.
Nina: Cuando nos viniste con que tenias dudas entre Alex y Michael te dije que estaba clarísimo que te gustaba Michael, y que a él le gustabas tú.
Yo: Si, ¿y?
Nina: Pues que no es así. Tú en realidad de quien estás enamorada es de Alex.Sí, te gusta Mikel, pero tu corazón pertenece a Alex.
Yo: ¿Qué estás diciendo? No! No estoy enamorada ni me gusta Alex.
Nina: Anna, no te engañes más, vamos piénsalo. He visto como le miras, como hablas de él, como os comportáis cuando estáis solos y como os comportáis cuando hay gente. Estáis enamorados.
Yo: Joana, ¡que no!
Nina: Bueno tu piensa lo que quieras, yo te estoy diciendo lo que se ve por fuera, esta noche lo piensas y si necesitas hablar ya sabes, cruzas de calle y me lo cuentas.
Yo: Gracias.
Nina: ¿Por?
Yo: Por estar ahí cuando te necesito.
Nina: ¿Para qué están si no las amigas?
Me dio un abrazo y se fue.
Llegó la noche, cenamos, reímos y nos fuimos a la cama. Alex había estado todo el día sentado en un rincón y ni siquiera cuando se apagaron las luces se movió.Yo, tonta de mí, me preocupé y fui a verle.
Yo: Alex, vamos dentro.
Alex: No, no me apetece.
Yo: ¿Qué piensas? ¿Quedarte aquí toda la noche?
Alex: No, ya veré lo que hago.
Yo: Venga vamos.
Alex: ¡Que no! No quiero entrar, no quiero hacerte más daño.
Yo: ¿Daño? Ni que me hubieses pegado.
Alex: Perdóname, lo siento no quería que te enfadaras lo siento.
Y mientras se le escapó una lágrima lo abracé.
Yo: No pasa nada, todo olvidado ¿vale?
Alex: Vale.
Entramos dentro, cada uno se fue a su cama. Me quedé pensando en lo que me había dicho Nina pero, no, no era amor, era pena.