Alex 11.

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-No puede ser... -ella se tapó la boca- ¿Ibas a salir con Alice?

-María, ¿por qué estás siempre en todos lados? -cogí a Alice del suelo y la levanté riendo

-¿Os conocéis?- cuestionó Alice

Ambos reímos

-Algo -reí-  de toda la vida vamos. - miré a María para echarla de la situación

-Oh bueno...-comenzó María- voy al baño y eso...adiós Alex -desapareció dentro de la habitación-

-Adiós-reí y miré a Alice- ¿Me darás tu número ahora?

-No -río- aún te queda muucho -se acercó a mi y sonrió cerca de mis labios- buenas noches idiota-me besó la mejilla y se giró

-Buenas noches niñata -reí y me fui a mi habitación

Los días pasaron y volví a encontrarme con Alice unas cuantas veces pero los exámenes parciales estaban por venir y el estrés llegaba a mi como agua de mayo. Me pasaba las tardes en la biblioteca o encerrado wn mi habitación.

Estaba en mi habitación estudiando lo ultimo para el examen de mañana cuando me taparon los ojos.

- Te va a explotar el cerebro idiota

-¿Cómo has entrado niñata?

- Asegurate de cerrar la puerta, te concentrarás mejor -rió Alice acostandose en mi cama-

- ¿Tan de menos me echas que vienes a verme? -reí

-Encima que te hago el favor de alumbrarte con mi presencia... Si quieres me voy -se levantó y fue hacia la puerta.

Me levanté de la silla y la cogí del brazo pegándola a la pared.

-Ni se te ocurra.

Cogí su cara y junté mis labios con los suyos en un beso salvaje.

-Wow -expresó ella al separarse- mejor de lo que esperaba

-Pues aún no he terminado.

La junté del todo a mi y volví a besarla mientras ella pasaba sus manos por mi pelo. Le quite la camiseta de forma urgente y ella hizo lo mismo con la mía. Estábamos necesitados el uno del otro. La cargué subiéndola encima de mi haciendo que me rodease la cadera fon sus piernas y la pegué a la pared.

Besé sus pechos por encima del sujetador e hice algún que otro chupetón en su cuello mientras de sus labios escapaban gemidos. Quité su sujetador y comencé a besarselos de nuevo. Pegué mi zona íntima a la suya para que notase como estaba y volvió a gemir.

De un momento a otro estábamos desnudos y yo dentro de ella sin control. La habitación estaba inundada de nuestros gemidos y el ambiente se sentía realmente bien.
Alice, me hacía bien.
Terminamos a la vez y apoyó su frente en mi hombro, respirábamos pesadamente.
-Increíble- dijimos los dos a la vez y reímos.
La puerta de un momento a otro se abrió. Anna. Esta vez, sí que era Anna.

Hiciste realidad mis sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora