Yo no me enamoro

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Me suena el móvil indicándome que tengo un nuevo mensaje, y no puede ser de otra persona que de él.

«En cinco minutos estoy en tu casa»

¡¿PERDONA, QUÉ?! ¡CINCO MINUTOS! La que hemos liado. Me levanto de la cama tan rápido como puedo y abro el armario esperando encontrar el conjunto que me voy a poner ya preparado sin tener que pensármelo, pero como es normal, no está, así que decido ponerme una falda corta negra con una camiseta blanca con letras en medio del pecho y unas botas negras altas con plataforma. Me miro en el espejo y me hago un sencillo recogido y justo que me iba a maquillar, suena el timbre.

-¡Voy!- grito sin sentido, pues no hay nadie en casa.

Abro la puerta y me lo encuentro con unos aires más bien roqueros cuando me envuelve por la cintura y me eleva del suelo.

-¿Vamos?- me dice cuando vuelve a dejarme con los pies en el suelo pero aún enganchada a su cuerpo.

-Hmm... la verdad es que no me ha dado tiempo de maquillarme...

-No te hace falta- me corta él enseguida- eres guapa así, al natural- niego con la cabeza.

-Te lo pido por favor- suspira y me coge de la mano arrastrándome hacia fuera.

-Siendo bella, ¿para qué maquillaje?- niego con la cabeza molesta y cierra la puerta y luego pasa la llave una vez me la ha quitada de las manos.

-Te odio por eso.

-En realidad, los dos sabemos que mientes.

-Cómo...

-Xxxt, no discutamos antes de empezar- niego con la cabeza y sonrío.

-¿A dónde vamos?

-A un lugar... especial.

-¿Especial?- digo con voz más bien sarcástica.

-¿Y por qué no?

-¿Y por qué sí?

-Porque... tengo una sorpresa para ti.

-¿Para mí?- asiente con la cabeza- ¿y eso?- se encoge de hombros.

-Por aguantarme, si te parece- me echo a reír.

-La verdad es que, con eso, me bastaría- me mira de reojo y me recorre todo el cuerpo.

-Estás muy guapa.

-Sí ya, deja la pelota en el suelo.

-¿Cómo?

-Que la pelota empieza a botar demasiado- niega con la cabeza.

-¿Por qué no te crees ninguno de los cumplidos que te hago?

-Los dos sabemos las intenciones que buscas con estos cumplidos.

-Enamorarte.

-Vas tarde.

-¿Ya estás enamorada de mí?

-Ni de ti ni de nadie, yo no me enamoro.

-Sí, claro, todas decís lo mismo- paro en seco.

-¿Me estás igualando a las otras?- digo incrédula.

-¡No!- dice temeroso.

-La que acabas de liar- me tiro encima suyo para pelear, pero su fuerza superior a la mía me coge y me inmoviliza.

-Yo de ti no lo intentaría.

-No te tengo miedo.

-No es por eso.

Necesidad de ti. *Reescrito*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora