Baekhyun está enamorado de Sehun, y ha intentado que el maknae le corresponda durante tanto tiempo que está cansándose.
Sehun se niega rotundamente a enamorarse, pero cada vez se le hará más difícil controlar los sentimientos que su hyung despierta...
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Capítulo XXVI
Entre la comida y las películas que habían visto, el tiempo pasó sin que lo notaran. La noche cayó y el par se disponía a descansar.
Sehun estaba en su habitación, mirando hacia su amplia cama. Aguardaba que Baekhyun saliera del baño y esperaba que su ropa le quedara. Deslizó su palma sobre su rostro, sintiéndolo caliente.
¿Por qué no había adornado su recámara? Sacudió su cabeza, no entendía porqué pensaba en eso porque lo más probable era que Baek ni siquiera recordara lo acontecido hace dos años.
No le importaba que fuese así, él sí lo hacía y por eso le había pedido a sus padres dejarle la casa sola. Al parecer su madre estaba muy contenta con que saliera con su hyung ya que aceptó sin cuestionar sus motivos.
Por más que se esforzaba su cerebro en hacerle creer a toda su persona que no celebraba nada especial, su corazón le dictaba todo lo contrario, haciéndole sentir una extraña emoción.
Metió sus manos en las bolsas de la pijama al escuchar al mayor entrar, dio media vuelta, observando al otro acercarse a él.
-Dejé mi ropa en el baño- comentó Baekkie-. Espero que no haya ningún problema.
-Para nada- aseguró el maknae-. ¿Te quedó la mía?
-Tuve que dar un par de vueltas aquí pero está bien- contestó, señalando la parte superior del pantalón-. Y la camiseta es excelente.
-Tú me la regalaste el año pasado- le recordó Sehun, jalando suavemente de la prenda.
-Lo sé- aseveró Baek, viendo divertido cómo su acompañante se perdía en las letras grabadas en ella: You first.
Estaba claramente en su memoria el momento en que se lo había dado como presente de cumpleaños, cuando tenía la esperanza de que Hunnie aceptara primero lo que sentía por él, incluso cuando su compromiso con Taeyeon seguía vigente.
Sus ojos se enfocaron en los labios ajenos mientras su mente se cuestionaba si el maknae acaso recordaba lo acontecido hace un par de años, cuando se besaron por primera vez. A pesar de no conocer la respuesta, y con la idea de hacer lo que aquella noche él impidió, juntó sus bocas.
Los brazos de Sehun abrazaron su cintura y eliminaron la distancia entre los dos. Sus manos se colocaron en el pecho impropio, haciendo que Hun retrocediera hasta que ambos terminaron encima de la cama.
El par había disfrutado del día completo, ansiando en secreto el momento en que oscureciera, porque en ese preciso instante sólo existían ellos dos, sin sus compañeros, sin sus padres, sin Vivi...
Terminó sentado sobre la pelvis del maknae. Mientras continuaba robándole el aliento, las yemas del otro bajaron suavemente por su espina dorsal, capturando su camiseta cuando llegaron al final, y trayéndola consigo cuando ascendieron.