La Huésped.

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El día que llegamos a su casa me presento a su padre, era un señor en sillas de ruedas pero era amable y divertido. Me sentía cómoda viviendo en este lugar, había descubierto algo ya… mi magia había desaparecido y mi barita jamás había aparecido. Tenía más de dos semanas aquí, yo nunca salía de la casa de los Black, además de que no tenía nada que hacer fuera de esta casa. Conocía muy bien a la señora Clearwater, Sue Clearwater.

Ella me enseñaba a cocinar en esta casa, y se sentía feliz en estar aquí con nosotros, decía que tenía dos hijos pero que ninguno de ellos estaba jamás en su casa, uno de ellos era Seth, su hijo menor y la chica era Leah, me dijo que era algo distante con la gente. Bueno a pesar de eso me sentía cómoda con todos ellos, era como estar con una familia, claro que una familia rara.

-Creo que necesito salir a comprar más comida, además aprovechare para salir a buscar empleo-

-No te preocupes por eso, la gente de aquí también ayuda en eso y no creo que necesites trabajar-

-Quiero pagar aunque sea un poco de lo que me están ayudando ya, no quiero ser una molestia además de que quiero ganar mi propio dinero- trate de ser lo más amable posible con el señor Billy.

-Bueno, si es así está bien, pero de una vez te digo que yo no aceptare tu dinero… ¿Ok?-

-Entendido- le di una sonrisa. - Bueno si no me ocupará en la tarde, me iré por ahí a buscar un trabajo y traer las compras-

-Claro, no te preocupes-

Me despedí de Billy y tome las cosas, el monedero y la lista del mandado, Billy me había dejado unas llaves para mí por si acaso, así que hoy me las llevaría por si él salía. La verdad es que todos aquí era muy amables, y bueno, como había dicho Jacob la primera vez, nunca estaba por casa, era raro que el llegara a dormir o comer.

¿Quién iba a pensar que Hermione Granger, bueno mejor Mimí, quien iba a pensar que yo, Mimí se iría de compras para solo comprar comida humana y no para pociones o alguna barita o capa nueva, o tal vez un libro de hechicería nueva, no sé.

No sería tan difícil llegar a una tienda donde consiga todo lo de la lista.

(Salto espacio- temporal)

Estaba saliendo de la tienda con unas cuatro bolsas, dos en cada mano, y la verdad no tenía ni idea de cómo llegar, bueno si pero quedaba un poco lejos. Además de que las nubes amenazaban con caerse encima de mí, el viento fresco se empezó a soltar más fuerte y una suave brisa de agua me mojo un poco el rostro.

Empecé a caminar por el camino que había tomado de primero, la verdad sería bonito caminar así con lluvia… creo que nunca había caminado en un día lluvioso, seria genial hacerlo ahora, solo que corría el riesgo de que las compras se mojaran y se echaran a perder.

Camine lo más rápido que pude, casi corrí diría yo, estaba cerca, podía ver la casita roja en la que ahora vivía yo.

Al acercarme escuche risas dentro de la casa, ¿Sue y Billy? No, ellos no eran, esas voces se escuchaban más fuertes y graves.  Me apresure a llegar porque me estaba empapando toda con esta lluvia que se había soltado, estaba a nada de abrir la puerta cuando alguien más la abrió y todo fue silencio.

-¡Por dios, estas empapada!- era Sue que estaba parada en la puerta.

-Lo siento, se me hizo tarde y cuando estaba a mitad de camino empezó a llover-

-Tranquila, ve y cámbiate y…-

-Hola Mimí- era la voz de Jacob, lo busque con la mirada viendo a varios chicos en su casa, todos enormes y guapos como Jacob. Genial, mas tentación.

-Hola Jacob, pensé que jamás llegabas a tu casa-

-Pues aquí me tienes, ya que algunos de los chicos querían conocerte-

-¿A mí? ¿Por qué?- dije poniendo las bolsas en la mesa y volteándome a la pequeña sala.

-La curiosidad mato al gato, ya lo sabes-

-Bueno, espero que no sea un chasco el verme ahora, no soy nada fuera de lo normal- me encogí de hombros.

-Yo diría que si- un chico más bajo que todos pero aun así mucho más alto que yo hablo.

-¿Y porque dices eso?- levante una ceja escéptica.

-No saliste corriendo o te escondiste detrás de alguien-

-¡JA! Por favor, ¿Tenerle miedo a un par de fortachones? Ni lo sueñes pequeño, serán más altos que yo pero no soy la indefensa princesa-

Todos se soltaron a reír, menos dos personas que estaban ahí.

-Veo que ya conociste a mi hijo, Seth-

-¿Él?- señale al chico que me había hablado. Sue asintió. - Pues me cae muy bien tu hijo, es divertido-

-Oh, y es un hablador de primera-

-¡Mamá!- se quejó Seth.

-Bueno, yo me despido de ustedes que tengo que irme a cambiar, creo que me…- y no pude terminar la frase porque estornude.

-Salud- me dijeron todos a coro.

-Gracias… creo que ya me enferme- talle mi nariz con mi mano derecha y sorbí por la nariz.

-Ve a cambiarte y date una ducha con agua caliente, tal vez así mejores un poco-

-Claro, adiós a todos- me despedí y me fui directo a la habitación que era mía.

Pov. Jacob Black.

Vi como ella se alejaba a su habitación. Cuando ella apareció por la puerta fue como ver de nuevo la luz en vez de solo oscuridad, tenía semanas que no la veía y cuando yo estaba cerca, sólo la escuchaba hablar, y la verdad ya tenía hartos a todos los chicos, era por eso que querían conocerla para saber quién era la persona que me torturaba de esa manera.

Además de que tenía que ir y venir a la casa de los Cullen, era por eso que no podía estar mucho en casa,  además de que  los patrullajes y otros deberes me dejaban acabado. Era por eso que no llegaba a casa y me quedaba en casa de los Cullen y con… Renesmee, ella era una bebé que estaba a punto de matar. Bella ya había despertado y ella disfrutaba de su hija, además de que  yo quería regresar a casa porque sentía que cada día que pasaba me sumía en una profunda oscuridad.  ¿Qué es lo que me está pasando?

-Jacob, esa chica es bonita-

-¿Qué?-

-Que es bonita, además de divertida… ¿Qué sabes de ella? ¿Qué edad tiene? ¿De dónde viene? ¿Tiene familia? ¿Tiene novio?-

-Seth, es mejor que te calles porque no tengo paciencia para eso ahora- le dije molesto, pero no sabía el porqué de mi molestia.

-Si Seth, ¿No ves que es la chica de Jacob?- dijo Quil.

-Cállense idiotas- rodé los ojos.

-Bien, si no quieres que te molestemos… danos de comer- hablo Embry.

-¡Chicos a comer!- Sue nos habló.

No hizo falta que repitiera dos veces ya que todos corrimos a la mesa. Mañana nos esperaba un día lleno de patrullaje, hoy solo disfrutaríamos.

Hermione Granger ¿En Crepúsculo? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora