#QuedateConmigo11
Era domingo, a las nueve de la mañana, demasiado temprano para ellos. Amaia se retorcía en la cama. Algo la había despertado y cuando se dio cuenta de que era su teléfono sonando se levantó deprisa y contestó. Era Rubén, le avisaba de que ya estaba en casa y que le habían tenido que operar la nariz porque aquel chico se la había roto con el golpe. No quiso hablar mucho más porque el ruido podía terminar de despertar a Alfred así que se despidió prometiéndole que iría a verle.
Cuando dejó el móvil en la mesa vio una nota que no pudo evitar leer.
- Se ha acabado. - Alfred, que estaba despierto, la había visto leer la nota y le dijo eso sorprendiendo a Amaia, que dejó lo que estaba haciendo y se giró.
- Lo siento, soy una cotilla, no debería haberlo leído.
- Tranquila, no pasa nada. Tarde o temprano te ibas a enterar. - Alfred salió de la cama y se sentó a su lado.
- ¿Te ha dejado? - Amaia no sabía si lo preguntaba debido a su vena cotilla o porque realmente le interesaba aquello.
- No, he sido yo. Ya no sentía lo mismo. Alguien me ha cambiado todo. - Alfred estaba más serio de lo que Amaia estaba acostumbrada a ver. Pero ella podía ver que le brillaban los ojos de una forma especial. Entonces dejó ver una sonrisa tímida y le cogió la mano.
- Alfreed... Yo... Tengo novio y le quiero.
- Sí, Amaia, eso ya lo he oído. Pero no puedes negarme que entre nosotros dos hay algo. ¡Joder! Si hasta estuvimos a punto de follar. Y no creo que fuera por tu borrachera ni por un calentón. El beso de anoche fue especial. Y los besos del río... Eras consciente de todo lo que hacías. ¿A qué estás jugando?
- Yo no estoy jugando a nada.
Y con las mismas Amaia se cambió de ropa, le dio dos besos y se fue. No mediaron muchas palabras más, él la invitó a desayunar pero ella se negó. Sentía una tensión y angustia horrible y no quería seguir allí.
Decidió que sería buena idea ir a ver a Rubén. Este al verla le dio un abrazo y le pidió perdón por lo que había ocurrido. Amaia prefirió no volver al tema, no quería malos rollos, pero a él todavía le quedaba una duda.
- ¿Por qué estaba Alfred contigo en el hospital? ¿Qué tenía que ver él allí?
- Es mi amigo y le pedí ayuda.
- Ah, que ahora es tu mejor amigo y te acompaña a todos lados.
- Me cae muy bien, Rubén. Y no sé por qué te pones así. Él por lo menos hizo algo bueno por mí anoche. - Hasta Amaia se sorprendió de lo que acababa de decir. Aquella conversación no le estaba gustando nada y eso lo había dicho sin pensar.
- Sí, claro... Uno tiene un fallo y ya le reemplazan.
- Yo no te he reemplazado. No sé que estás diciendo. - Amaia, que ya había llegado tensa a aquella casa, se estaba volviendo rígida como el hierro.
- Lo que escuchas, Amaia. Que tú no te haces amigos así tan rápido.
- ¿Estás insinuando que estoy jugando a dos bandas? - Dijo Amaia, a la que parecía salirle humo de las orejas.
- Sí.
- Eres un idiota. Me voy.
Amaia, que no llevaba ni media hora en aquella casa, cogió sus cosas y se marchó dando un portazo. En menos de una hora había escuchado dos veces que estaba jugando con los sentimientos de personas muy importantes para ella. Eso hizo que empezaran a deslizarse unas cuantas lágrimas por sus mejillas. Se las limpiaba como podía para que nadie, durante el trayecto a su casa, la viera llorar. ¿Estaba jugando con ellos realmente? Pero ella nunca había pensado ni querido eso. Era cierto que había engañado a Rubén, porque se había besado varias veces con Alfred. Pero no pretendía tener nada con aquel chico. ¿O sí?
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Quédate conmigo || Almaia
FanfictionEn un mundo paralelo dos personas están destinadas a encontrarse. Cada uno tiene su vida pero ambos comparten la misma pasión por la música. ¿Qué les deparará el futuro?