Entran los cinco en el ascensor, Aarón, Iria, Alessandro, Noemí y él. Una pareja de italianos se incorpora también con ellos. Marc presiona el número 1, botón que los llevará al comedor. Sin querer ha mirado donde no tenía que mirar, lleva una camiseta ajustada que marca su cuerpo, antes en la entrada también los vio y se fijó. Percibe como se le suben los colores y sigue mirando la perfecta figura de la persona que tiene delante. Su corazón se acelera, quiere salir ya de ese maldito ascensor... entonces asciende su mirada hacia arriba y se encuentra con sus ojos, son azules con cierto tono verde, los dos quietos se miran, es Marc quien sonríe primero y gira su cara para mirar hacia otro lado. Siente una gran atracción sexual, no es que le pase muchas veces y no le gusta que nadie lo note.
-Cris, anda, pásame la tarjeta de la habitación que la guardo yo.
-Toma.-Responde. Así que se llama Cris y además no es de Italia, sino de España. Tiene un marcado acento andaluz. Oh dios, le pone mucho. El ascensor hace un pitido que indica que han llegado y que lo saca de sus sucios pensamientos, la puerta se abre y se separan, “chao”, sonríen. Junto a las demás personas que iban en el ascensor, sus compañeros y él acceden al comedor.
En el hotel hay buffet libre, por lo que antes de dirigirse a la mesa donde Aless y Noemí se sientan y donde guardan el sitio a los demás, Marc va a elegir la que será su cena, coge cubiertos, avanza por el pasillo mirando lo que hay y se detiene en seco al ver trozos de una deliciosa pizza, su pizza favorita, que lleva tomate, mozarella, anchoas y orégano ¡cuánto tiempo hace que no la come! Se le hace la boca agua y desesperado, se da cuenta de que no cogió plato, ¿y si alguien coge los dos trozos de pizza que quedan? Los platos no están demasiado lejos, pero ir danzando con un trozo de pizza en la mano, no le parece demasiado… ¿cortés?. Decidido, se dirige rapidamente a coger un plato, pero para su desgracia, cuando regresa sólo hay un trozo y esa persona, con ese increíble cuerpo que antes había visto en el ascensor, Cris, está decidiéndose en si coger ese trozo o optar por una pizza margherita.
-Ejem.-Marc hace un pequeño ruido con la garganta para captar la atención de Cris.- Perdona, ¿vas a coger esa porción de pizza?- Pregunta Marc señalando el trozo que ansiaba comer.
-S... no, puedes cogerlo.-A Cris se le dibuja una sonrisa en la cara a la cual Marc responde sonrojándose.-¿Gallego, no?
-Sí.- Marc ni siquiera es capaz de mirarle a la cara, tiene un cuerpo… esa camiseta es demasiado ajustada, le marca… ¿en qué está pensando?
-Yo soy de Andalucía, bueno, supongo que ya se nota.- Cris suelta una leve carcajada y prosigue la conversación sonriendo.- ¿Estáis de excursión?
-Sí… esta es nuestra primera parada en Italia. Es todo muy bonito.
-Vaya si lo es. Yo estoy aquí de vacaciones, nunca viene mal cambiar de aires. Bueno... me tengo que ir, que me están esperando allí.- Dice señalando a unos jóvenes muy escandalizadores que están en una mesa cercana a la suya.
-Vale, hasta otra.-Dice Marc un poco incómodo.
-Adiós, Marc.
¿Marc? ¿Cómo demonios sabe que se llama así? Si no recuerda mal, en el ascensor sus amigos no habían dicho su nombre… o quizá sí. En fin, si es así, no lo recuerda y si no es así, le preocupa un poco que lo sepa, pero le deja de dar importancia, puede ser mera coincidencia.
Sólo desea poder encontrar a Cris más veces en esos días, le atrae físicamente, es una sensación extraña en su interior, quizá… ¿nueva? Una sensación que empezó a nacer hace un tiempo y que ahora está en pleno desarrollo. Él está cambiando y con él, todo lo que le rodea.
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Lo imposible es nuestro
Teen Fiction-Te quiero.-Susurró en su oído creyendo que dormía, haciéndole un efecto tan deseado por su ser como sólo él podría causar con esas dos palabras. Todo lo que les rodea se basa en discusiones, inseguridades, en el miedo a no encajar en la sociedad y...