Aless sigue dándole vueltas a lo que su novia le dijo antes de entrar en el comedor. Ahora están todos cogiendo sus cámaras, móviles y demás accesorios para lo que será, un día entero de visitas por Roma. Él ya está preparado para bajar, pero espera a que todos sus compañeros de habitación también lo estén. Observa los movimientos de su novia, que parece estar inquieta por algún motivo… De nuevo, un pensamiento de su subconsciente lo amenaza “Quizás si ella aún no siente ningún rastro de quererte como algo más que un amigo, puede ser porque haya... ¿otro?”
-¿Te pasa algo?- El tono apático de Aarón aleja a Aless del pensamiento provocado por su propio subconsciente llevándolo de vuelta a la realidad.
-No encuentro mi móvil.- Responde con un tono preocupado Noemí, mientras agachada busca por todos los rincones dónde lo pudo haber dejado.
Aless se avergüenza por no haber prestado atención a lo que le ocurría a su chica y evadirse en sus propias inquietudes. Este se pone a buscar el móvil de Noemí junto a Aarón, que al parecer lo hace desganado.
-¿Aquí?- Aarón sujeta el móvil de la chica en su mano. ¿Por qué últimamente Aarón se le adelanta en todo?
-Sí.- Dice Noemí con cierta euforia tras ver a su pequeñín sano y salvo.- Gracias.
Quizás esté paranoico y ve cosas que no son ni por asomo, pero viendo el comportamiento de su novia y de su mejor amigo… ¿hay algo entre ellos? Puede apreciar unas miradas entre los dos que lo hacen desconfiar, ayer pasaron la noche juntos ¿y si…? No, por muchas miradas que le resulten extrañas y por muchos cambios de comportamiento que tengan el uno con el otro, es imposible. Ellos dos jamás se fijarían el uno en el otro.
-Hey chicos.- Ainhoa entra en la habitación encontrándose con un increíble silencio.- Vamos, ya están todos abajo.
Aless al ver a Ainhoa recuerda lo que le pidió la noche anterior. Este dice que Ainhoa y él irán bajando al ver que su amigo y su novia aún no están listos. El chico sale al pasillo con su amiga y cogen el ascensor hasta llegar abajo dónde esperan junto a Iago, los cuatro profesores que los acompañan en el viaje y todos los demás alumnos menos los nueve que aún faltan por bajar.
-¿Nos sentamos?- Pregunta Ainhoa a un Aless que parece estar en cualquier otro sitio menos allí.
-¿Has averiguado algo?- Dice el chico a la vez que se sienta junto a su amiga en las escaleras.
-No, no tuve la ocasión…- Ainhoa se siente mal por él, por lo inseguro que se ve sobre si su relación con su mejor amiga tiene algún futuro… Lo mira a sus ojos, Aless es tan dulce y tan bueno con todos, por eso le gusta. A pesar de que en las últimas horas no se pudo quitar de la cabeza a Gael ya que causas no faltan… Alessandro le sigue gustando.- Hoy lo intentaré, ¿vale?- Dice la chica pasando su mano por la mejilla del joven.
-Gracias por ser como eres, Ainhoa.- Su nombre entero, sin ser abreviado a “Ainho” le produce una sensación tan parecida a cuándo Roberto lo hacía.- Otra cosa…- Aless se aclara la garganta haciendo un leve rugido.- Es igual, olvídalo.- Dice él mismo moviendo la cabeza en señal de negación.
-No, dímelo.- Insiste Ainhoa.
-¿Decir el qué?- La voz de Aarón suena cercana. El chico llega junto a ellos y se sienta a su lado.
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Lo imposible es nuestro
Teen Fiction-Te quiero.-Susurró en su oído creyendo que dormía, haciéndole un efecto tan deseado por su ser como sólo él podría causar con esas dos palabras. Todo lo que les rodea se basa en discusiones, inseguridades, en el miedo a no encajar en la sociedad y...