Capítulo 42

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-Atrápalo, quedan pocos y quiere ser saboreado por ti, quiere ser transportado a un sueño a través de tu cuerpo y convertirse en algo dentro de ti.-Dice una voz italiana totalmente reconocible para sus oídos a su espalda.- Vamos, coge las pinzas y lleva ese fabuloso croissant a tu plato.

-Eres idiota.-Dice entre risas Ainhoa, girándose y encontrándose con Gael. Lleva una camisa blanca y encima de ella un delantal negro, y está más atractivo de lo normal.

-Lo sé Ainhoa.-Dice sonriéndole y coge la bandeja ya vacía de croissants, depositando los dos que quedaban en el plato de la chica, y la sustituye por una llena.-Buenos días bella, ¿cómo has dormido?

-Buenos días italiano, como un lirón, ¿y tú?

-Poco pero bien. ¿A dónde vais hoy?

-Creo que hoy iremos al Vaticano y alrededores si da tiempo.-La chica levanta su plato y mira hacia las tortitas dudosa de coger una.

-Quizás me apunte a vuestra excursión.-Dice a la vez que agarra el plato de la chica y le pone una tortita a la que echa sirope de chocolate dibujando un corazón.-Aquí tienes.

-¡Oh gracias, qué bonito!-Dice mirando con cariño el plato.- ¿Cómo vas a venir si tienes que trabajar, loco?

-Todo sea por pasar un día en buena compañía española y no me refiero a tus amigos, además mi padre es… digamos que gente importante de este hotel.

-Oh.-Ainhoa mira hacia las mesas un poco incómoda ya que no sabe que responder.

-No te sientas incomodada, si no te agrada mi compañía solo tienes que decirlo.-Dice el chico mirando al suelo después de ver la reacción de Ainhoa.

-No, no es eso, por favor no pienses que no me agradas, me encan… es decir, me caes muy bien.

-Entonces, ¿te gustaría que pasara el día contigo? Bueno, con vosotros.

-Claro.-Ainhoa afirma encontrándose con la mirada del italiano y sonrojándose sin poder evitarlo.-Voy a la mesa con los demás, nos vemos después Gael.

-Espera.-La detiene agarrando su brazo.-Cuando acabes de desayunar búscame allí.-Señala con el dedo unas puertas.-Solo tienes que decir mi nombre a quien esté.

-Mmm...

-¿Por favor?-Ruega él poniendo ojitos y las manos juntas.

-Está bien.-Suspira.-Allí iré, ciao Gael.

-Ciao bella.

         Gael mira como la chica se aleja con su plato en la mano y se sienta con sus compañeros. Ella tiene algo, tiene algo que la hace diferente a las demás, es muy bonita, es preciosa, pero hay algo más. Viste unos pantalones granates con unos botines bajos color beis, arriba lleva una camiseta azul clara con un pájaro dibujado en medio y una chaqueta vaquera remangada que deja ver una esclava de plata y unas pulseras de cuero, su pelo negro cae liso un poco abajo de sus clavículas y como maquillaje se ha pintado una fina raya que solo marca un poco sus preciosos ojos pardos. Pero esa chica, esa bonita chica española tiene algo que lo atrapa y le hace querer más. ¿Qué demonios es eso que lo atrae tanto?

         Sabe que la está mirando pero no se siente tan incómoda como debería, es más quiere que la siga mirando y espera que no le disguste lo que ve. Coloca su plato al lado de Marc y este le sonríe y comienzan a hablar sobre como creen que será el día, no encuentran el Vaticano como el lugar más divertido del mundo pero seguro que será bonito e interesante, Marc tiene su réflex preparada para sacar todas las fotos posibles y Ainhoa quiere posar para ellas. Poco después todos terminan de cenar y los chicos se levantan.

Lo imposible es nuestroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora