War of Hearts || Yoonseok

Eight

Todavía recordaba que nuestro primer año en la universidad había sido un reto, ambos decidimos entrar a un bachillerato pues no queríamos defraudar a nuestros padres, que querían que estudiaramos algo que nos hiciera felices y nos ayudara a tener un futuro estable. Yoongi no tenía idea de lo que quería estudiar, le comenté más de una vez que lo suyo era la música, sin embargo él parecía no interesarse en eso y terminamos decidiendo que haríamos un bachillerato mientras decidiamos qué estudiar. A ojos de nuestros padres, eramos unos excelentes estudiantes, pero la realidad era que solíamos faltar a todas las clases posibles y vagábamos por todo el campus. Solíamos caminar por las instalaciones, buscando algún lugar libre de mucho ruido, parecido a lo que hacíamos en la secundaria, pero con mucha más libertad.

Por lo general nos quedábamos en nuestro "lugar especial", una sección de césped donde muy pocas personas iban a pasar el rato, por lo general solo nos encontrábamos Yoongi y yo disfrutando del tranquilo ambiente. Solía hacerle fotos con mi celular porque era lo que hacía desde que nos conocíamos, todo con tal de tener recuerdos de los que reírnos cuando fueramos mayores.

Y ahí fue cuando lo vio.

Jimin, en ese entonces tenía el cabello negro, facciones rozando la perfección y un cuerpo impresionante. Yoongi quedó embobado con solo verlo una vez y me arrastró a seguirlo para averiguar qué estudiaba.

Lo seguimos por todo el campus hasta que lo vimos entrar a un salón. Nos acercamos hasta la puerta para ver qué clases se impartían ahí, y sin ser descubiertos volvimos a escondernos en un salón vacío.

–Danza... Estudia danza –la sonrisa de Yoongi no tardó en aparecer– Yo también quiero estudiar danza Hobi.

– ¿Puedes pensar con la cabeza alguna vez en tu vida? –me limité a rodar los ojos y cruzarme de brazos.

–Es una broma –rió–. Pero el chico parece un buen reto.

– ¡Min Yoongi! –exclamé con tono enojado– ¡Ya hablamos de esto! ¡No puedes seguir haciendo esto a cualquier chico que te caliente! –empiezo a golpear su brazo realmente molesto.

–Estoy seguro que él es diferente –apartó la mirada hacia la ventana, reteniendo una risa.

–Dijiste lo mismo con la última –rodé los ojos una vez más– y con el anterior, y con todos y todas desde la escuela media.

–Que buenos tiempos... –ahora no había nada que borrara su estúpida sonrisa.

Y fue así como Park Jimin se convirtió en el nuevo objetivo del tarado que llamaba amigo. Estuvimos siguiendo al chico por más de una semana, hasta que conocimos a Kim Namjoon, estudiante de segundo año de la facultad de filosofía. El chico era amable y Yoongi lo consideró un aliado en cuanto se enteró de que conocía muy bien a su nueva "presa".

Fue entonces cuando su pequeño juego empezó, siguió a Jimin como si se tratara de un perrito faldero, se enojaba cuando no le hacía caso o pasaba de su compañía en las fiestas. Por alguna razón, que Jimin lo rechazara, hacía que Yoongi intentara con más esmero acercarse a él.

Por meses creí que Jimin era inmune a los "encantos" de mi mejor amigo, y realmente esperaba que así fuera, todo con tal de que nadie más saliera lastimado luego de tener una relación con Yoongi.

Pero, en contra de todo pronóstico, un día lo logró. En la fiesta organizada por Kim Taehyung, el chico más fiestero del campus, personalidad que contrastaba un poco con la tranquila personalidad que mostraba durante sus clases en la facultad de artes. Aún recordaba lo extraño que había sido ver a Jimin y Yoongi tan acaramelados sin los efectos del alcohol, y también recuerdo la asquerosa borrachera que tuve ese día luego de haberlos visto besándose.

–No me digas que te gusta –se rió Namjoon cuando me vio beber un vaso de vodka tras otro.

Y al ver mis ojos cristalizados silenció su risa y me miró como si fuera un ser delicado, como si con tan solo hablarme me fuera a romper.

Recuerdo haber empezado a odiar un poco a Min Yoongi después de eso.