Twenty-eight

544 84 5
                                    

No había pasado mucho tiempo desde que decidimos intentar de nuevo tener una relación, una parte de mi aún tenía miedo porque no era fácil confiar en alguien como Yoongi, pero la otra estaba encantada por la atención que recibía del chico del que estaba enamorado.

Habíamos tenido un par de citas en cafeterías y otras en su departamento, me gustaba pensar que nuestra relación era solo una evolución de lo que había sido nuestra amistad, al final hacíamos lo mismo solo que teníamos permitido ser más cariñosos con el otro sin que se sintiera extraño.


Estába sentado en el sofá de la sala de estar viendo un programa de televisión sin prestarle atención realmente, esperaba a que Yoongi terminara de ducharse para poder salir al fin, se suponía que nuestra "cita" era hace media hora pero la puntualidad nunca había sido el fuerte de Yoongi.

–Estuve buscando entre mis cosas viejas –dije levantando la mirada para observar a Yoongi en cuanto lo vi saliendo ya vestido pero con su cabello aún húmedo– Y encontré la cámara que usábamos en el instituto.

– ¿En serio? –preguntó sorprendido mientras secaba su cabello– ¿Aún sirve?

–No lo sé, no quise probarla hasta que estuvieras tú... –oculté mi rostro entre mis manos avergonzado, a veces era extraño admitir en voz alta que me gustaba compartir momentos importantes con él.

–Que tierno –sonrió a la vez que se acercaba para abrazarme, sin importarle mis quejas por quedar mojado gracias a su pelo– Podríamos ir a tu departamento y ver si funciona bien.


Me gustaba estar así. Me gustaba la cercanía que teníamos en ese instante, me agradaba esa sensación cálida que se apoderaba de mi cuando él me abrazaba.

–Deberíamos quedarnos así por siempre –suspiré cerrando los ojos y acurrucándome a su lado.

– ¿Ah? –lo escuché confundido pero no deshizo el abrazo– ¿Cómodo?

–Si... no te muevas –podía sentir la vergüenza llegando a enrojecer mi rostro, sin embargo, no me importaba.


Pero como Yoongi y el mundo me odian, deshizo el abrazo y se levantó del sofá para así terminar su tarea con el secador. Lo observé enojado y quise protestar, pero antes de poder hacerlo sentí una frazada que caía encima de mi cabeza, lo miré extrañado.

–No sé tú, pero yo tengo ganas de ver esa vieja cámara –bromeó y entendí a dónde iba– Si quieres quedarte aquí, estás en tu derecho –siguió con su deplorable actuación.


Rodeé los ojos y después de un minuto quejándome, decidí levantarme y tomar mis cosas, no sin antes golpear el hombro de mi novio. Salimos de la casa de Yoongi y nos dirigimos a mi departamento. Un pequeño desvío no sería problema, después de todo no era como si el parque fuera a moverse de donde estaba.

A pesar de haber pasado ya algunas semanas desde la declaración de Yoongi, aún venían a mi mente algunas de las situaciones que sucedieron en ese último tiempo, a veces creía que habían pasado años desde que lo vi besando a Jimin, o desde que golpeó a Jungkook.

Gracias a todo lo bueno que existía en el mundo, había logrado que ellos hablaran y que Yoongi se disculpara por haberlo golpeado sin razón, y aunque no fuera una disculpa sincera, agradecía que al menos hiciera el intento. Pero Jungkook no parecía feliz.

– ¿En qué piensas Hobi? –preguntó tomándome de la mano.

– ¿Por qué decidiste hacer todo esto? –pregunté casi sin pensarlo y lo miro de reojo.

–Creí que nunca lo preguntarías –sonrió– Pero no te lo diré.

–¿Por qué no? –no es que fuera curioso y él se aprovechara de eso. Para nada.


Y una vez más su silencio apremiaba y su sonrisa brillaba como siempre. Seguimos el camino en silencio, yo caminando un poco más adelante debido a la indignación de que mi novio no quisiera contarme sus razones para empezar con este circo. Porque no era el único afectado por su actuar y eso, de cierta forma, me hacía sentir que era un tarado.


Al llegar a mi departamento pudimos notar, gracias a una nota para nada pequeña, que mi compañera de piso no llegaría hasta la tarde.

–Así que... solos –sonrió a la vez que me abrazaba por detrás y rozaba su nariz en mi cuello.

–No te hagas ilusiones –su respiración hacía cosquillas que llevaba tiempo sin sentir.


La cercanía de Yoongi no era extraña, pero nunca iba más allá. Siempre era ese coqueteo que no llevaba a nada real, ni siquiera a un beso que pudiera escalar hacia un resultado más comprometedor. Por un lado quería pensar que era su forma de cambiar, que iría lento por primera vez en su vida, pero también el pequeño insecto de la inseguridad decidía picarme y me hacía pensar que probablemente tenía a alguien más que le pusiera las cosas más fáciles. Y mis deducciones me llevaban siempre al mismo punto, pero se volvía nulo cada vez que recordaba que pasábamos la mayoría del tiempo juntos y que era presa de los celos irracionales y la paranoia de ser primerizo en una relación seria.


Luego de entrar a mi habitación fui a buscar la caja con la cámara a mi clóset, no era la gran cosa, era una de las cámaras instantáneas que se habían puesto de moda cuando estábamos en secundaria y llevaba años sin verla.

– ¿Qué dices? ¿Se ve bien? –pregunté mientras Yoongi observaba minuciosamente la instax que llevaba tiempo sin ser usada.

–No tengo idea –rió– Aquí el experto eres tú –se rindió dejando la cámara sobre la cama luego de darse cuenta que ni siquiera tenía baterías.

–Sería genial que funcionara –la observé con melancolía– Hace tiempo que no tomo ninguna foto –la tomé y me dirigí hasta el escritorio.

–No me digas que... –lo sentí sentarse en la cama y asentí ante su cara de asombro.

–Busqué si quedaba algo de papel y encontré unos cuantos –sonreí– Aunque estoy bastante seguro de que esto se vence –dejamos escapar risas que llevaba tiempo sin escuchar.


Puse el papel en la cámara, recordando las veces que lo había hecho durante nuestro paso por el instituto y las locuras que habíamos capturado con ella. Tenía un par de baterías que podían servir, intenté encenderla y lo hizo a la perfección.

–Bueno, posa como una de mis francesas –bromeé llevando la cámara a mi rostro hasta poder ver desde el visor.


Yoongi solo sonrió y esa fue la señal para pulsar el botón. La cámara comenzó a funcionar y la instantánea comenzó a salir. Ambos la esperamos ansiosos hasta que se reveló completamente.

– ¿Y? ¿Cómo salí? –sonrió levantándose hasta llegar a mi lado.

–Guapo, como siempre –reí mostrándole la foto, definitivamente no dejaría que él se quedara con ella.


Me quitó la foto para verla con detenimiento. Entonces aproveché el momento para sacar una foto de su perfil, que desde siempre me había parecido guapo.

Al sentir el sonido de la cámara, Yoongi me miró. Estuve a punto de sacar otra foto cuando él detuvo mi mano y se acercó a mí.


Nuestros labios se unieron en un beso delicado que hizo mi corazón latir con rapidez.

War of Hearts || YoonseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora