Twenty-three

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–Hoseok, por favor abre la puerta –el imbécil que aún se hacía llamar mi amigo llevaba cerca de media hora golpeando la puerta de mi habitación.


Después de la fiesta no dejé de recibir llamadas y mensajes por parte de Yoongi, claramente no había respondido a ninguno de sus intentos por comunicarse conmigo. Una cosa era hacerme daño, lo odiaba por eso, pero haberle hecho daño a Jungkook también traspasaba los límites imaginarios que tenían nuestros problemas.

Quiero fingir que estoy durmiendo, que no lo escucho golpear la puerta de manera incesante, pero era inútil, la música proveniente de mi habitación decía lo contrario y mi roomie ya le había comentado que estaba en pie y que podía esperarme en el living de nuestro departamento.

Nota mental: matar a mi compañera de piso por dejarlo entrar.

–No quiero hablar contigo imbécil –pausé la música para decir aquello y escuchar lo que tenía que decir al respecto.

–Mira, no me importa que no quieras hablar conmigo –era gracioso, ¿qué era eso que sonó? Ah sí, mi corazón rompiéndose por escuchar lo que el imbécil tenía que decir–. Solo quiero que escuches.

–Bueno, suerte con hablarle a la puerta –si bien, el orgullo lo era todo, puse de nuevo la música a reproducir y sigilosamente me dirigí a la puerta, la curiosidad me mataba por saber cuál era su excusa para todo lo que había estado pasando.


Y mentiría si dijera que no estaba feliz de escuchar su voz después de tantos malos entendidos, tantas peleas de por medio. No me agradaba ser siempre yo el que cedía y se disculpaba (aun cuando no era mi culpa), al menos esta vez Yoongi era capaz de ver sus propios errores, o al menos era lo que quería creer porque, ¿a qué más se debería su visita si no era para disculparse por haber golpeado al pobre Jungkook?

–Eres increíble –lo escuché reír, imaginé su sonrisa torcida, se veía guapo cuando hacía eso–. Lo que viste no es lo que parece... –toda mala excusa empieza así, de a poco voy perdiendo el interés–. Jimin quería que volviéramos, intentó hacer su mierda de jugada, pero no sentí nada –no podía caer...


Pero, ¿a qué se refería con eso? ¿Estaba hablando de la vez que lo vi besándose con Jimin? ¿Eso no había pasado hace un mes? ¿No había pasado mucho tiempo de eso? ¿Por qué se estaría disculpando por algo que pasó hace un mes cuando la semana pasada había golpeado a Jungkook?

–Eres increíble Min Yoongi –dejé escapar un bufido de molestia al entender lo que estaba intentando hacer–. ¿En serio eso es de lo único que quieres hablar? –me dirigí de nuevo al reproductor de música y bajé su volumen para que Yoongi me escuchara al otro lado de la puerta.

–Agh... Hoseok... –podía imaginarlo poniendo sus ojos en blanco y exasperándose por mi "falta de colaboración"–. Sé que... sé que no he sido el mejor novio...

–Amigo –le corté al instante, quería dejar en claro que lo de ser novios había sido un error, por más que me doliera admitirlo–. Somos amigos Yoongi –lo escuché suspirar.

–Lo arruiné ¿ok? –sentí un leve golpe en la puerta–. Siempre es lo mismo contigo... nunca sé cómo actuar contigo porque eres distinto a todos... –quizás me convertiría en uno más de la lista si seguía escuchando sus palabras con atención, lo escuché suspirar una vez más–. Él... Jimin lo sabe... Le dije de lo nuestro.


Eso bastó para que abriera la puerta y estampara mi mano contra su rostro. Nunca había hecho eso, sólo lo había visto en películas y leído en los libros, en ninguno de los dos decían lo mucho que dolía la mano luego de hacerlo... O quizás era yo y mi débil cuerpo.

War of Hearts || YoonseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora