Twenty-five

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Sentir los latidos de Yoongi era definitivamente lo único que necesitaba para ser feliz.

Y quedarme acostado a su lado, mientras sus brazos rodeaban mi cintura y mi rostro quedaba enterrado en su pecho, era como estar en el mismísimo cielo.

Anhelaba que el tiempo se detuviera, sólo quería perderme en el aroma de mi mejor amigo, sin pensar que era el chico al que conocía hace tantos años y que había empezado a querer como más que un simple amigo o confidente. Quería olvidar los malos entendidos y todas las cosas malas que sucedieron luego de haber aceptado mis sentimientos. Si tuviera un solo deseo, sería ese.

Volver el tiempo a lo que era, a cuando sabía que ciertas cosas nunca iban a pasar, cuando podía soportar lo mucho que doliera guardar en absoluto secreto mis sentimientos y mi relación con Yoongi no pendía de un hilo tan delgado como para aferrarme a situaciones tan ínfimas como en la que nos encontrábamos ahora.

–Me confundes –terminé soltando después de horas de ameno silencio.

– ¿Mh? –no estaba seguro si ese sonido representaba confusión o era una expresión para que siguiera mi oración.

–Un día estás con Jimin y al otro decides que quieres que... –tan sólo decirlo hacía que todo mi sistema dejara de funcionar correctamente–... que sea tu novio. Y al otro vuelves con Jimin en cuanto nos alejamos –y en un acto reflejo, apreté mi agarre en contra de Yoongi.

–Te dije que contigo todo es complicado... –lo escuché exhalar pesado, apoyó su barbilla contra mi cabeza y entrelazó sus manos por detrás de mi cintura–. Te amo, pero... A pesar de todo, siento que no puedo dejar a Jimin así como así... –volvió a suspirar e imaginé que había cerrado sus ojos para poder ordenar mejor sus ideas.

–Pero tiene a Jungkook –no quería decir eso, pero haber escuchado a Yoongi decir que me amaba de esa forma tan repentina, merecía que mi cerebro dejara de funcionar y quisiera ser egoísta y tonto.


Sólo escuché la risa de Yoongi como respuesta, lo sentí moverse de su lugar, haciendo que la calidez de su cuerpo se alejara de mí y mi sonrojado rostro quedara al descubierto.

– ¿Te he dicho ya que me encanta cuando te sonrojas? –sonrió corriendo un mechón de cabello que caía sobre mis ojos.


Desvié la mirada sin emitir sonido alguno, deseando que la tierra me tragara o que mi amigo me dejara volver a la seguridad de su pecho.

–Creo que esto es lo mejor... –dijo luego de segundos que parecieron eternos, logró captar mi atención con aquella frase así que dirigí la mirada hacia sus ojos en busca de respuestas–. No tienes idea de cuánto odio estar haciéndote daño de esta forma... Soy un monstruo –suspiró y cerró sus ojos por unos segundos, dirigí una mano hacia su mejilla, haciéndole ver que lo entendía, que para mí él no era ninguna clase de monstruo a pesar de todo lo que había pasado.

–Eres un desastre Min Yoongi –murmuré con una sonrisa burlesca, quería hacerlo sentir mejor y sabía que eso podía ayudar.

– ¿Me permites ser tu desastre Hobi? –abrió sus ojos en el momento justo que intenté quitar mi mano para cubrir mi rostro.


El silencio era grato a pesar de la pregunta que acababa de formular el chico de cabellos negros que se encontraba acostado al lado mío. Odiaba ver su rostro tan tranquilo, odiaba saber que él era la razón por la que sentía que mi corazón se saldría en cualquier momento por mi boca.


Pero también amaba esa sonrisa tan característica que aparecía cada vez que conseguía algo que anhelaba, amaba cómo sus ojos se volvían pequeños y sus encías se mostraban, dejando ver a un chico que solo quería ser feliz.


Capítulo corto, lo sé

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Capítulo corto, lo sé. 

¿Y ahora qué? 

War of Hearts || YoonseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora