Thirteen

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La base de una relación se supone que es la confianza mutua, la nula necesidad de querer saber qué hace el otro porque se quieren lo suficiente para estar seguros de sus sentimientos y la confianza que se crea entre las dos partes es fuerte porque así es como funciona una relación sana.

Pero con Yoongi nada era seguro ni como debía ser.


Los días pasaban como si nada hubiese cambiado, elinicio oficial del periodo de evaluaciones estaba a la vuelta de la esquina y yo lo único que quería era pasar todo el tiempo posible junto a Yoongi.


Odiaba tener esa sensación de angustia cada vez que me despedía de él, o cada vez que lo veía contestar el teléfono a más de dos metros de distancia. Me estaba convirtiendo en esa clase de novio que había jurado nunca ser.

Sabía que estaba mal, que nada de esto tenía sentido, que estar en una relación con mi mejor amigo era la peor idea concebida y que tener celos de algo que no sucedía era mucho peor de lo que podía imaginar.

Pero era un idiota enamorado. No podía decir que no a su sonrisa, mucho menos podía negarme cuando, con solo un toque (por muy inocente que fuera), lograba que estuviera a su merced.


A unos días de volver a nuestra rutina de clases, decidimos pasar el último fin de semana libre en mi departamento. Mi compañera de piso estaba de vacaciones con su novio, por lo que teníamos todo el departamento para nosotros solos.

El primer día nos dedicamos a comer comida chatarra y reír mientras intentábamos cantar o cuando intenté enseñarle un par de pasos de baile a Yoongi.

Para el día siguiente habíamos despertado tarde, debía admitir que no había nada mejor que despertar sintiendo la calidez del cuerpo de Yoongi en la misma cama. A las tres de la tarde mi novio se ofreció a hacer el almuerzo mientras que yo me senté a observarlo desde la isla de la cocina mientras intentaba leer un libro que tenía pendiente para uno de los ramos que Yoongi se había saltado en su semana en Daegu.

Pero no podía concentrarme ni siquiera en una palabra porque todos mis pensamientos recaían en las dudas que tenía sobre mi relación con Yoongi.

–No sabes cuánto te odio Min Yoongi –murmuré mientras lo observaba desde mi lugar.

– ¿Uh? –se volteó a verme, se veía guapo hasta con ese estúpido delantal– Creí que me amabas Hobi –una sonrisa ladina apareció en su rostro.

–Claro que no te amo –mi rostro ardía e intenté desviar mi atención al libro que estaba frente a mi.

– ¿Ah sí? –por su tono de voz, podía apostar que seguía sonriendo– ¿Estás diciendo que no te importaría si algo me pasa? –fingió una voz dolida.


Y no presté atención a sus quejas, simplemente deseé que el libro me absorbiera y dejar de vivir en este plano de la realidad. Quería olvidarme por un segundo de todas las inseguridades que volvían a aquejarme, de la horrible sensación de celos poco saludables que volvía a invadir mi mente.

"Mierda" escuché quejarse a Yoongi. Detuve mi lectura y volví a dirigir la mirada hacia el rubio. Con una de sus manos sostenía cuidadosamente el corte que se había hecho en un dedo de la contraria.

–Mierda Yoongi, te dije que yo cocinaba –dije al momento que me levantaba del lugar y me dirigía al baño para buscar la pequeña caja de primeros auxilios.

–Es tu culpa –cuando llegué a su lado suspiró e hizo un mohín.

– ¿De qué hablas? –me hice el desentendido a la vez que ponía un poco de agua oxigenada sobre un trozo de algodón y lo dirigía a la herida de mi amigo.

–Dijiste que no te importaba –observé su rostro detenidamente, en verdad se veía adorable.


Volví mi vista a su herida y pese a sus quejas, seguí con el trabajo de limpiar el corte superficial. Puse una curita en su dedo y di por terminada mi misión.

– ¿En qué estabas pensando estúpido? –lo reprendí como si de un niño pequeño se tratase.

–En lo mucho que te amo –y estaba seguro en que no había pensado antes de hablar, pero su mirada era pacífica, como si estuviera diciendo la verdad absoluta.

–No digas estupideces –corrí su rostro para que no me viera sonrojarme por milésima vez.

–I'm only a fool for you –cantó esa canción emo que tanto había sonado en la radio.

–No empieces... –reprimí una risa y sentí como mi cuerpo se relajaba.

–And maybe you're too good for me... –siguió cantando y posó sus manos alrededor de mi cintura, acercándome a él y dejando su rostro en el espacio entre mi cuello y hombro.

–Creí que eras más de rap –bromeé intentando controlar el desastroso descontrol de mis latidos.


Sentí su sonrisa y su aliento chocando contra mi piel. Yoongi era el único que lograba causar esa clase de estragos en mí con un toque tan superficial y simple.

No quería alejarme de él por ningún motivo. A pesar de que fuera la decisión más estúpida que podía tomar en mi vida.

War of Hearts || YoonseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora