Nine

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La flamante pareja volvía a estar junta después del rompimiento más largo en su historia: dos semanas sin verse ni dirigirse la palabra.

O al menos esa era lo que mi pequeño informante Jeon Jungkook había comentado en una de nuestras salidas habituales.

El joven estudiante de arquitectura era compañero de piso de Jimin, por lo que sabía todo lo que sucedía con su amigo, incluso antes de que sucediera. Y por alguna razón terminé confiándole todos mis secretos al chico, que al escuchar mi triste historia, se apiadó de mí y se ofreció a ser mis ojos y oídos en el lugar.

Pero no podía hacer eso, no podía vivir en una mentira de tal calibre. No podía ni quería martirizarme por algo que ni siquiera tuvo la oportunidad de empezar. Por lo que decidí que el resto de mis vacaciones ya no serían pasar tiempo en casa de Yoongi ni salir con la pareja del año. Decidí que era hora de hacer un cambio, por muy pequeño que fuera.


El resto de vacaciones me dediqué a salir junto a Jungkook, y mientras más tiempo pasaba con él, más me parecía un chico simpático, lleno de sueños por cumplir y alguien con quien disfrutaba pasar el tiempo, casi como si fuera un mejor amigo. Y no es que quisiera correr a Yoongi del puesto del que había sido dueño desde el inicio, pero no podía pensar en otra forma de alejarme de él sin que doliera (aunque sonara imposible).


Una de las tantas salidas junto a Jungkook nos llevó directo al parque de diversiones. Decidimos que se quedaría en mi departamento a dormir, así podríamos despertar temprano y pasar todo el día entre la diversión del parque que se encontraba en el centro.

Empiezo a reír con fuerza cuando veo al menor salir con su rostro pálido luego de entrar a la casita del terror del lugar.

– ¡Te dije que era horrible entrar solo! –me burlo entre risas.


Sigo riendo y lo tomo de la mano para seguir caminando, aún era temprano y habían muchas atracciones a las que todavía no subíamos. Para cuando llega el medio-día siento desde el fondo de mi corazón las ganas de matar a mi acompañante. La montaña rusa estaba frente a nosotros y todavía me preguntaba cómo había sido que Jungkook me había convencido de subir junto a él.

El asistente del juego nos ayuda a ponernos los cinturones y las protecciones de la atracción, juego con mis manos nervioso cuando siento que el carrito empieza a moverse lentamente por el tramo recto que hay antes de la gran caída. Cierro los ojos con fuerza a medida que nos acercábamos al punto más alto.

– ¿Qué haces? ¡No vale si no miras! –se queja mientras ríe y puedo jurar que es el más feliz con la situación.

– ¡Quiero que sepas que te odio Jeon! –me quejo en voz alta y entonces siento las cosquillas en mi estómago por culpa de la caída.


Y en cuanto el recorrido termina, siento que todo mi cuerpo duele y que fui un poco duro con los insultos hacia el menor, pero ambos reímos cuando bajamos y estamos un poco más relajados, caminando de la mano hacia el siguiente juego.

– ¡Hyung! ¡Apresúrate o no alcanzaremos a subir! –escuché exclamar al castaño.

–Jungkookie-ah , ya no quiero subir a eso –me quejé al ver la montaña rusa que estaba frente a nuestros ojos, parecía peor que todas las que habíamos visto hasta el momento– ¡Es muy alta! ¡Voy a morir allá arriba! –añadí aterrorizado.

–No seas gallina... ¡Auch! –golpeé la cabeza de Jungkook al escucharlo llamarme así–. Será el último, lo prometo.

–Dijiste lo mismo hace tres juegos –me crucé de brazos e hice un mohín con mis labios, ya no me encontraba de ánimos para seguir poniendo a prueba mi aguante.

War of Hearts || YoonseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora