Twenty-two

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Bailar había sido mi escape a todo desde que tenía memoria y en ese momento era lo único que podía lograr que mi mente dejara de ser un desastre. Podía estar a punto de sufrir un ataque de ansiedad, pero en el momento que ponía un pie en la sala de ensayo, todo parecía quedar afuera.

Al escuchar la música brotar de los parlantes, todo parecía disiparse, ya no quedaban preocupaciones, sentimientos que dolían ni mejores amigos que se alejan por culpa de estos.

Me gustaba la sensación que me causaba bailar, amaba las corrientes eléctricas que recorrían mi cuerpo cada vez que ejecutaba un paso, sentía paz interior cuando lograba hacer bien un paso al primer intento... Pero por alguna razón todo lo que quería que sucediera al momento de entrar en esa sala llena de espejos, no pasó.


Mis pensamientos parecían perseguirme con mayor fuerza, mi mente recordándome los momentos en los que pasaba tiempo con Yoongi mientras practicaba cuando estábamos en secundaria, los pasos no salían como quería y gritos de frustración salían desde el fondo de mi garganta, odiaba sentirme de esa forma.

La ansiedad parecía apoderarse de mí, sin notarlo las horas pasaban y cuando quise darme cuenta era pasado de la media noche, mi respiración era irregular y me temblaban piernas y manos, caí rendido al suelo, sin ser capaz de mover un solo músculo. La música seguía su curso hasta parar en la canción de mi primera presentación en secundaria, mis ojos se llenaron de lágrimas al instante, mi mente seguía llenándose de recuerdos que parecían perderse, sentía que estaba perdiendo hasta el más mínimo rastro de amistad con Yoongi.

Años de amistad parecían irse al carajo por culpa de los estúpidos sentimientos que resultaron ser más dañinos que cualquier clase de rumor que hubiesen inventado las antiguas relaciones de mi amigo.


De pronto la música se vio interrumpida por el tono de llamada, el teléfono se encontraba a pocos metros, si hacía un mínimo de esfuerzo era capaz de alcanzarlo sin problema, pero decidí dejar pasar la llamada, no me sentía en condiciones para hablar con nadie.

Pero mi sorpresa fue creciendo a medida que, apenas terminaba una llamada, empezaba inmediatamente otra. Me senté en el suelo y vi el nombre del insistente remitente.

Taehyung.

¿Qué podía ser tan importante como para no parar de llamarme a estas horas? Me encontraba mirando fijamente el celular, debatiendo en si debía devolverle el llamado, pero antes de siquiera poder mover un músculo, su nombre apareció en la pantalla una vez más.

– ¿Tae? –cuestioné extrañado mientras fruncía levemente el ceño al escuchar murmullos y música a alto volumen, estaba en la fiesta que Kookie me había invitado hace un par de días.

–Hasta que contestas Hoseok –parecía agitado, como si algo le preocupara–. Necesito que vengas, Yoongi y Jungkook...

– ¿Qué pasó con Jungkook? –pregunté al instante, no podía creer que al final si hubiese asistido a la fiesta.

–Ven lo más rápido que puedas –dijo rápido antes de cortar.


Me quedé mirando mi celular por segundos que parecieron eternos, si Jungkook y Yoongi estaban en la misma fiesta y se habían encontrado, podía temer lo peor. Tomé mis cosas y salí corriendo del lugar, no sin antes disculparme con el encargado y pidiéndole por favor que apagara las cosas y cerrara la puerta por mí. Supongo que mi rostro afligido lo asustó lo suficiente como para asentir sin preguntar nada.

Correr era lo mejor que podía hacer en ese momento, la casa de Taehyung quedaba a un par de cuadras del campus de la universidad. Eran casi la una de la madrugada y el cansancio en mi cuerpo ya no se dejaba mostrar debido a la preocupación que se apoderaba de cada uno de mis sentidos.


Llegué al fin a casa de Taehyung y logré percatarme del tumulto de personas que se formaba en círculo para ver lo que sucedía en medio, me abrí paso entre las personas del lugar y los vi.

Jungkook y Yoongi peleando como si no hubiese nadie intentando separarlos, lo cual era horrible de ver porque Taehyung y Namjoon intentaban separarlos pero puños lograban llegar a ambos inocentes. Con la mirada busqué a Jimin, se encontraba llorando en brazos de Jin que sólo acariciaba con cariño su cabeza, intentando calmarlo. Fruncí el ceño y dejé que mi bolso cayera al suelo, me acerqué rápidamente a los chicos que se encontraban peleando, no quería que se hicieran daño pero ya era tarde, el rostro de Jungkook ya tenía un par de moretones y el de Yoongi presentaba cortes en el labio y al lado izquierdo de su ceja.

Agradecí al cielo que mi ayuda fuera suficiente para ayudar a Taehyung y lograr separar a Jungkook de Yoongi. Mi mejor amigo me dirigía una mirada que no pude descifrar, su ceño se frunció y se soltó del agarre de Namjoon, reclamando que ya no daría problemas y se marcharía del lugar, todos se abrieron paso para dejarlo irse y Jimin lo siguió como si se tratara de un perrito faldero.

–Lo siento... –la voz de Jungkook me obligó a desviar la mirada y poner mi atención en él y sus heridas.

– ¿De qué hablas? –pregunté, fruncir tanto el ceño terminaría haciendo que me salieran arrugas, pero la verdad era lo último que me preocupaba– Kookie ¿Qué pasó? –lo tomé del mentón para que me mirara a los ojos.

–No me gusta verte triste por culpa de ese imbécil –la rabia parecía salir por sus poros al decir eso–... mucho menos me gusta que le haga daño a Jimin... –bajó su vista.

– ¿Por qué no me dijiste que vendrías Kookie? –suspiré y solté el agarre, me crucé de brazos y lo analicé, no parecía tan maltratado aunque era obvio que había recibido una paliza por parte de Yoongi.

–No quería que te preocuparas... Ni que te sintieras obligado a venir –parecía avergonzado, como si no quisiera que lo hubiese visto pelear contra mi mejor amigo– ¿No te duele?


La pregunta me tomó desprevenido, abrí mis ojos en sorpresa y separé mis labios para cuestionar el porqué de su pregunta.

– ¿Verlos no duele? –preguntó otra vez– Porque a mí me duele como la mierda –me miró y sus ojos estaban cristalizándose de a poco–, me duele que se vean felices... Me duele saber que Jimin lo prefiere a él aunque le haga daño –de sus ojos comenzaron a brotar lágrimas– Dime... ¿Por qué tiene que doler tanto?


Me quedé en silencio y sólo pude acercarme a él para abrazarlo. Sus sollozos se hicieron fuertes una vez que sintió mis brazos rodeándolo, él posó los suyos alrededor de mi cintura y su rostro se apoyó en mi pecho, llenando de lágrimas la sudadera que traía puesta.

–Me pregunto lo mismo Jungkook-ah –fue lo único que pude decir, olvidando por completo el ambiente que nos rodeaba, abrazando con fuerza al chico que parecía haberse quebrado después de años fingiendo ser alguien que no era.

–Me pregunto lo mismo Jungkook-ah –fue lo único que pude decir, olvidando por completo el ambiente que nos rodeaba, abrazando con fuerza al chico que parecía haberse quebrado después de años fingiendo ser alguien que no era

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No saben lo extraño que se sintió escribir esto. Muy poco es diálogo así que lo siento todo un logro dhsfshd

Espero que les esté gustando y no me quieran matar por hacer sufrir a estos pobres niños :c

Ustedes ya saben, después de la tormenta siempre hay un arco-iris~

War of Hearts || YoonseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora