21 Maneras de decir «Te Amo». [Bakugou Katsuki | BNHA]

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No te dejaré sola.

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—¿¡Dónde está mi hija!?

Un grito por todo el pasillo se escuchó, desde el ascensor salió una mujer adulta mirando a su alrededor. Bakugou suspiró al ver como su suegra notaba su presencia y avanzaba hacia él.

—¿Quién la invitó? —susurró Bakugou antes de que llegara la madre de [Nombre] a la par de ellos.

—Bienvenida, [Apellido]-san. Qué bueno que pudo ver mi mensaje.

Katsuki miró mal al bicolor, era su culpa que su suegra estuviera allí. Apenas habían llegado hace unos minutos y llevaron a la chica a una sala aparte de ellos; esperaban la llegada del doctor, que por suerte estaba de turno ese día.

—Muchas gracias por avisarme, Todoroki. —Agradeció la mujer al chico. Miró al rubio y su rostro cambió a uno serio—. ¿No te da vergüenza?

Bakugou no entendió— ¿Vergüenza de qué?

—Por tu culpa mi hija adelantó un mes a su fecha de parto, eres un inconsecuente e irresponsable. Lo único que tenías que hacer era cuidarla. —Posó sus brazos en forma de jarra—. No entiendo que es lo que vio mi hija en ti.

La rabia acumulada del rubio iba a explotar, pero la puerta al frente de ellos se abrió dejando ver al doctor.

—Buenas tardes. —Saludó. Todoroki dejó de estar apoyado en la pared, la madre de [Nombre] cambió su semblante serio y Bakugou se levantó de su asiento—. Su esposa está en estos momentos en proceso de dilatación, si quieren acompañarla para que este proceso sea más ameno...

—Soy su madre, ¡quiero verla! —gritó la mujer en un tono angustiado.

El doctor posó su vista en la mujer, y luego en el rubio.

—Las reglas del hospital solo admiten una persona dentro de la habitación. —El doctor le estaba dando una advertencia desapercibida a Katsuki. Si ella iba, él no entraría.

—Iré yo, soy su esposo —dijo.

Su suegra se giró a recriminar, pero al ver la actitud del chico se quedó callada. Bakugou no iba a perderse ningún momento, y no iba a dejar tampoco que alguien más lo viese.

El doctor llevó su mano al hombro de la señora.

—No se preocupe, podrá verla después del parto. Y a su nieto o nieta también.

Esta asintió, caminó hasta donde estaban los asientos del pasillo y se sentó. Todoroki dio una pequeña mirada al rubio y se alejó de ellos como lo hizo la mujer.

Bakugou iba a entrar, pero el doctor lo detuvo.

—Antes tengo que hablar con usted —habló más bajo—, acompañeme para que pueda cambiarse.

El doctor lo llevó dentro de la misma habitación donde el había entrado, aunque era más bien un pasillo con más puertas.

Mientras caminaban, el doctor empezó a hablar.

—No es inusual que los partos se adelanten a la fecha estimada, cualquiera puede ser el caso de su antelación, pero el problema no viene siendo solo eso. La bolsa amoniática se rompió antes de las mismas contracciones, no es imposible pero tampoco usual. —Abrió una de las puertas que se distinguían, dejando pasar al rubio antes que él, este entró sin más para darse cuenta de que dentro habían diferentes trajes y mascarillas—. Un bebé prematuro es un riesgo, tanto para el bebé como para la madre.

—¿A qué quiere llegar? —preguntó Bakugou mientras era vestido por una de las enfermeras de la habitación.

—En estos casos siempre preferimos una cesárea, pues las infecciones por parto natural no son pocas, pero esto siempre con el consentimiento de la madre. —El doctor hizo que el rubio se sentara en una de las pocas sillas que existían en ese metro cuadrado—. Pero su mujer no quiere tener a su hijo por cesárea, y tampoco podemos desistir ahora que el proceso de dilatación está en proceso.

Bakugou estaba listo para entrar a la habitación donde se encontraba su mujer, aunque los nervios le estaban fallando. El doctor le tomó del hombro, dándole unas palmadas.

—No se preocupe, ellos estarán bien.

En el momento que entró, pudo apreciar a su esposa en la camilla, en una posición de piernas abiertas, encima de ella un par de enfermeras, y ahora el doctor revisándola.

—Un centímetro más y estará lista —dijo el obstetra a su colega.

El rubio se acercó lentamente al lado de su pareja, sin decir nada. Solo llegó, buscó la mano tiritona de su mujer y dejó que esta liberara toda fuerza en él. La chica miró con nerviosismo al chico, no importaba su pelea anterior, ahora mismo lo necesitaba más que nunca.

—Tengo miedo, Katsuki —susurró apretando la mano del rubio por una de sus contracciones.

Los nervios, la abrumedad, el desespero y el dolor no solo eran parte de ella, también de él. Pero tenía que ser fuerte, por los dos.

—Todo va a salir bien. —Llevó la mano de [Nombre] a su boca, dándole un beso a sus nudillos—. No te dejaré sola, no otra vez.

Te amo.

Nota:
Una manera de decir te amo es no dejarla sola cuando está en problemas.