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Me encantaría verte pronto.

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La atmósfera que se estaba creando en el campo de batalla era indudablemente agotador, la presión que se formaba entre los bandos allí presentes no dejaban de mantener un peso incómodo sobre el rubio. Pero allí estaba él, uno de los mejores héroes de la época en el frente de batalla, rodeado de un par de grupos de ladrones inútiles, o como el siempre les decía: escorias de la sociedad.

El movimiento de manos del supuesto líder de los antisociales alertó al héroe a mantener una posición de defensa, cualquier error en la operación sería una catástrofe para todos los meses de investigación que se llevó a cabo.

Pero antes de que cualquiera de los presentes pudiera siquiera mover un solo dedo, el sonido retumbante de un aparato sonando se escuchó con eco por todo el lugar destrozado.

Las caras desconcertadas de los villanos al ver como el pro héroe al frente de ellos paraba de mantener su posición y sacaba de su bolsillo lo que era su celular eran dignas de retrato.

Bakugou lo único que pudo hacer fue mantenerse quieto, dudando de si contestar al llamado o no. Tal vez nunca en su asombrosa existencia haría algo tan estúpido e ilógico como contestar durante una batalla de vida o muerte, pero quién llamaba del otro lado de la línea no era más ni menos que su mujer. Y su mujer era de temer a veces.

Bueno, siempre.

Suspiró una tres veces antes de apretar el botón de contestar. Le importaba una mierda las miradas que le estaban dando. Llevó el celular a su oreja y esperó a que la melodiosa voz de su mujer traspasara por sus oídos.

—Que quieres, estoy ocupado... ¡Claro que es importante! ¡No me fastidies!... Sí, ahora estoy peleando... ¡Yo qué sé dónde dejaste tu chocolate!... ¡No, no me lo comí!... ¡¡Qué no me lo comí!!

La cara de cólera innecesaria del rubio mantenía al margen a los ladrones, que en verdad no entendían qué mierda estaba pasando en ese momento. Pero todo terminó cuando el líder de la agrupación habló.

—¡Me estás jodiendo! Kurah —gritó con voz grave y una muletilla al final—, ¡Pon mayor atención a tu alrededor, héroe de pacotilla! Kurah.

Y después de eso, la mayoría de los ladrones se abalanzaron sobre el rubio, ya no esperarían por tonterías, lo acabarían ahora o nunca. Pero Bakugou lo único que hizo fue rechistar por el problema que iban a causar.

—Que fastidio... Ah, no. No te decía a ti... ¡Qué no era para ti! —Seguía hablando por celular, pero ahora mantenía un espacio prudente entre él y los maleantes.

Ante un golpe por la espalda y que casi cayera de bruces al suelo, este separó el aparato de su oído y apretó el botón de altavoz, dejando el celular en uno de sus bolsillos.

Ahora con las manos libres y su capacidad al 100 por ciento, era hora de terminar con todo, obviamente acompañado de la voz de su mujer.

—¡¿Me estás escuchando, Katsuki?! —La voz un poco apaciguada por las telas de la ropa del rubio se escuchó.

No pudo contestar, estaba en ese momento ocupado dándole una paliza a un par de idiotas.

—¿Qué fue eso? ¿Estás bien? —preguntó su mujer del otro lado de la línea.

—Mejor que nunca —contestó, su cara empapada de sudor mostraba una siniestra sonrisa. Y no era para menos, había terminado con el último de los malechores de ese lugar, o eso era lo que creía.

Desde atrás sintió como un golpe seco cayó sobre él, le habían golpeado con un tubo. Este fue a parar arrodillado en el suelo, dejando caer del bolsillo su celular.

Pero antes de que otro golpe llegara a la cabeza del rubio, este tomó de la pierna al villano con una de sus manos, haciendo que cayera al duro suelo. Ahora los dos en el piso Bakugou levantó medio cuerpo, quedando sentado apuntando con su mano al enemigo.

Mantuvo su mano, pero dejó de hacerlo cuando se dio cuenta que el golpe al caer dejó inconsciente al villano. Bufó por el problema y se levantó a duras penas, el golpe que le habían propinado le hizo marear un poco.

Cielo, ¿Estás bien?

Claro, se había olvidado que aún se  mantenía al habla con su mujer.

Buscó con la mirada el objeto por el suelo, encontrándolo cerca de sus pies. Se agachó de cuclillas y se quedó así mientras levantaba el celular y lo acercaba a su boca.

—Aquí estoy. Estoy bien, ya terminé con esto —respondió.

—... —No hubo respuesta a eso, y después de un pequeño silencio se escuchó la voz de la fémina—... ¿Significa que ya volverás a casa...?

Ahora quien estaba en silencio era el rubio. Si todo había terminado, ahora podría volver a su hogar con su mujer.

—[Nombre], ¿por qué llamaste en primer lugar?

—Ah, bueno... Es que... Extrañaba tu voz... Y sé que estabas ocupado, pero no pude resistirme. Perdón por molestar.

Una pequeña sonrisa apareció en el rostro del rubio, esas pocas palabras le daban a entender qué tan importante era él para ella, como ella lo era para él.

—Estos días han sido difíciles —dijo el rubio dejando de lado su faceta de héroe—. Quiero... verte.

Te amo.

Nota:
Otra forma de decir te amo es decirle que le quieres ver lo más pronto posible.

21 Maneras de decir «Te Amo». [Bakugou Katsuki | BNHA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora