La apuesta de cinco reglas (mikayuu)

capitulo 8 - suplicas -

— estas demasiado ebrio yuu-chan. Por eso hay que aprovechar — sin más se lanzó a besarlo, un beso suave y luego desenfrenado que demandaba el cuerpo del otro.

   Así fue como las manos de el rubio viajaron por el torso del esmeralda. Este solo se estremecía al tacto.

— ¿te gusta? — le susurraba el rubio.

— s-si, apresurate y hazmelo. — demando el chico apretando la sabanas. Mika sabia muy bien como tocarlo.

— se nota que el alcohol te afecto mucho. ¿desde cuando te entregas así? — dice mientras sus manos aprietan sus tetillas.

— ¿quieres que me haga el difícil? Que hací sea entonces. — Dijo "ofendido" y como pudo se levanto caminando hasta la puerta a pasos lentos para no caerse. Vaya que el alcohol hizo mucho efecto en su sistema nervioso.

— ay yuu-chan~

  El rubio lo tomo de la cintura y acerco el trasero del pelinegro a su miembro el cual era prisionero de sus prendas.

— Yuu-chan ~, no puedes dejarme con este problema. Necesito tu cuerpo — decía mientras frotaba su pene a su culo del otro. Aun que estén con ropas aquel mínimo placer se hacia cada vez más grande.

Su mano llego hasta el pene del pelinegro, lo masturbaba. El contrario tiro su cabeza para atrás apoyándolo con el hombro de Mika.

— M-mika, s-sigue así — pedía mientras sus manos involuntariamente tocaban su propio torso.

   Dieron unos pasos atrás, hasta topar con la cama. Yuu quedo sentado en las piernas de Mika y este lo seguía masturbando. Uno que otro casto beso se hacia presente. En ambiente cada vez se ponía más caliente y a eso las prendas se hacían menos hasta que quedaron completamente desnudos.

— M-mika, por favor, metemela — suplicaba, mientras el chico jugaba en sus dentros con dos dedos.

— Debo prepararte Yuu-chan, sino mañana te dolerá.

— No importa Mika. Metemelo, a-ahora — pidió nuevamente apretando las sabanas.

— como ordenes 

Sin dudarlo metió su falo dentro de Yuu. Las embestidas fueron lentas al principio, luego vinieron más rápido. Los besos no faltaron. Mika paró de repente aquel vaivén.

— ¿Mi-mika? ¿Qué haces? Sigue — pide masturbándose un poco.

— suplícame yuu-chan, suplica que te llene y lo haré — sonrió con malicia mientras sus dedos juganban con su entrada rosada.

— n-no haré eso — replicó mientras sus manos ayudaban a que los dedos de Mika entren. Este no lo aceptó y simplemente se levantó. — ¿donde vas?

— iré a vestirme, ¿no quieres hacerlo verdad? — sonrió el rubio. Sabia hasta donde llegar — si me disculpas iré a "terminar" en el baño.

  Así con el falo aún erecto y tambaleándose un poco (ya que el también estaba ebrio), llego hasta el baño dejando la puerta entre abierta y con sus manos se dispuso a darse placer. No paso más de dos minutos para que el pelinegro retomará escena.

  Entro a él baño, se paro frente al rubio y luego se puso de cuchillas para estar frente a el erecto pene de Mika. Sin pensarlo empezó a lamerlo.

— Y-yuu-chan — dijo su nombre cuando lo tomaba del pelo haciendo que su pene viaje más profundo por la garganta del esmeralda. — ha-hazlo más rápido. — pidió a un paso de venirse.

  El pelinegro sonrió y saco su boca del pene de Mikaela. Este lo miro suplicante, quería venirse y el lo "corto".

— Yuu-chan, ¿qué haces? Sigue, solo un poco más — suplicó.