Al límite de mis dolencias

aún.

Mis escritos aún siguen siendo para ti, siguen siendo pensados en ti y en tus arrugas que se te hacen al sonreír.
Siguen siendo inspirados en tu mirada quisquillosa, y en tu hablar gracioso.
Aún mis palabras figuran tu cuerpo que jamás toqué. Tan sólo en mi mente fuiste dueño de mi ser.

Te extraño.

Extraño hablar contigo por horas, extraño avergonzarme de que me conozcas tanto, extraño reír contigo, llorar contigo, enfadarme contigo. Extraño esos coqueteos indirectos donde ambos dábamos por sentado que éramos los mejores uno en la vida del otro. Donde ambos nos moríamos por confesar nuestros amares, pero preferíamos callar. Preferíamos guardar nuestro secreto porque ambos somos destructores.
Quizás la vida nos dé la oportunidad de saber qué se siente ser tan amado de alguien tan parecido a ti.
Quizás nos den otra oportunidad para aceptar que nos queremos y nos necesitamos.

Te amo.

Aunque me duela aceptarlo, te necesito.
Me quema la garganta cada que pienso que estás con otra, que piensas en otra.
Porque yo lo siento.
Siento cuando me piensas. Cuando me extrañas.
Te siento llegar como una brisa que recorre tu cabello alborotándolo, tú alborotando mi corazón.
Te amo, estoy segura de ello. Te amo, amo tus palabras, amo tus rimas, amo tu poesía, amo tu voz, amo tu pensar, te amo.

Te necesito.

Necesito saber que estás conmigo, necesito quererte y que me quieras. Necesito demostrártelo, que tú veas que es verdad. Que no necesitas sexo casual para sentirte querido. Que tan sólo mis besos pueden sanarte. Nos necesitamos, ¿por qué somos tan tercos para aceptarlo?...

Piensa en mi, cariño.
Ámame.
Ama mis cicatrices, ama mis alegrías, te fascina saber que tú eres la causa de ellas. Ama mis tristezas, eres perfecto para hacer parar mi llanto. Ama mis enfados, sabes cómo causarlos.
Ámame, ámame como nunca has amado, con la intensidad de tu alma, donde no veas un fin a mi lado.

Dejame.
No sabemos amarnos sin herirnos.
Huye, vete.
Que mis lágrimas no logren alcanzarte y te hagan sentir culpable.
Sí, revuelcate con la primera chica que encuentres. Tocala con furia, hazla tuya hasta que mis ojos dejen de pasearse por tu mente.
Por más que corras no dejarás de verme. Porque me tienes incrustada en tu mente, en tu alma, en tu cuerpo.

Heme aquí, aún escribiendo para ti.
Ves como aunque el tiempo pase tú sigues aquí, ¿lo ves?.
Aún mis rimas y mis lágrimas llevan tu nombre.
Aún mis risas son vacías por pensar en ti en medio de una carcajada.
Aún comparo a mis pretendientes contigo. Aún los considero estúpidos a lado tuyo.
Aún.