condena repetitiva.

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no la amas, te niegas a sentir con ella,
sabes que puede machacarte,
pero la curiosidad es bella,
tan tentadora y engañosa.

has querido olvidarla,
¿por qué te engañas tanto?

estúpidamente recurres a perseguir otros amores, pero ciegamente cometes los mismos errores... aquellos que te regresan a esos ojos marrones.

deja de engañarte, deja de condenarte,
ve con ella y dile cuánto la deseas,
deja de lamentarte,
ve ahora que puedes, ve ahora que quieres... porque llegará el momento donde ya no quieran, donde sean ajenos hundidos en eternos recuerdos.

la vanidad de tu egocentrismo te engaña, te susurra diciendo que no la quieres, que no te hace falta, que sin ella basta. Pero tú muy bien sabes que eso no pasa, que ella te llama con la mirada.

qué triste es ser mentiroso hasta con uno mismo.

has querido amarla,
¿por qué te niegas a aceptarlo?

hombre terco de corazón humilde,
abre tus alas que el tiempo no te olvide,
ve tras la mujer que enciende tu mente,
corre tras ella aunque te quemen los talones.

busca ser feliz aunque te orilles a perderla, porque todo ganas cuando intentas.

deja tus berrinches de repetir la historia con otras cabelleras, que ella es la única que te enreda entre cuerdas.

ya no busques más porque no lo hay,
no habrá nadie más que te ame como yo,
no existe otro ser que te anhele como lo hago yo, deja de huir mi pequeño corazón.

Al límite de mis dolenciasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora