tengo frío el corazón y las orejas calientes, tú me haces querer beber la cerveza que te hace sentir la garganta hiriente.
me gusta quemarme los riñones con el cigarro, mientras luzco una apariencia fina y seductora.
tú me miras y me analizas de pies a cabeza, comprobando que no soy una fantasía, soy real como las ganas que te traigo y que me traes.
los coqueteos quedan de lado cuando llegamos a tu cama, pues en seguida me domas y me haces erguir la espalda.
he creado un perfecto arco mientras mis nudillos se aprietan e intento calmar la electricidad instantánea que recorre mi interior tras haber recibido todo tu amor y pasión.
es como una explosión de sabores en tu boca, solo que esta explosión emana desde mi entrepierna hasta mi cerebro.
enloquezco con esto y ahora soy yo quien te provoca estas sensaciones, tu cadera se menea al ritmo de los latidos de mi corazón y puedo notar esos pezones ponerse altaneros y provocadores.
sientes que no puedes más, que quieres que te haga llegar ya a la felicidad.
pero soy vil y me detengo para mirarte, después vuelvo a despojarte y así sucesivamente hasta que ya no sabes qué más hacer, estás a punto de estallar, harás explotar tu vientre si sigues resistiéndote más, así que lo dejas escapar con largos suspiros y gemidos donde no paras de moverte como si danzaras sobre tu colchón.
quedas exhausta y complacida, quedas repleta de aventura y tu llama vuelve a estar encendida.
volvemos a los explosivos carnales donde nos sujetamos con rudeza y besamos nuestros cuerpos con fiereza.
nos amamos, nos deseamos.
pero al otro día al mirarnos, nos ignoramos y volvemos a ser dos desconocidas que jamás se han tocado...
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Al límite de mis dolencias
PuisiSufro de tal forma que puedo expresarlo de un modo exagerado en palabras con sonido poético y melancólico, aunque el motivo sea banal y bruto.