Michael.
Llegamos al lugar y era un callejón de tren abandonado totalmente. Obviamente teníamos refuerzos escondidos por allí. Detuve el auto frente a la entrada del callejón y me asegure de que las cosas marcharan en orden.
-Aquí, Agente Jackson, Cambio.- Ajusté mi correa, tomé mi pistola y ordené a Helena que revisara que todo estuviera en orden.
-Aquí Zack, cambio.- ¿Zack? Demonios. Nadie me dijo que venía él. No son tiempos de estar pensando en esto pero me hierve la sangre que este aquí y que sea él, el que me conteste.
-¿Todo en orden?- Pregunté seco.
-Todo en orden.- Respondió él de la misma manera. No le debería hacer mucha gracia que yo fuera su jefe. Ni modo, los grandes mandamos.
-Señor o agente para ti, niñito.-Respondí con picardía. Su vida sería un infierno conmigo.
-Todo en orden, señor.- Lo último lo dijo entredientes.
-Fuera.- Respondí y él respondió igual. Sonreí oara mis adentros.
-¿Estás lista?- Le pregunté y tragué saliva, esto parecía ser una operación un poco peligrosa.
-Lista.- Bien, dije en mi mente. Confió en ti, también en mi mente. Solo le acerté con la cabeza y bajamos del auto.
POV.
Los agentes bajaron del auto y Michael miraba a todos lados muy atento y serio al igual que Helena. Ambos estaban muy preparados y eran el mejor equipo de Los Ángeles, por algo los habían enviado allí. El lugar daba un tono de desconfianza y al adentrarse los chicos al callejón este tenía un fuerte olor a licor el mismo.
-Demonios.- Se quejó Helena por el olor.
-Bajen.- Habló Michael por el micrófono a los agentes encubiertos que se habían escondidos para que se acercaran al lugar.
-Entendido.
-Helena, tu entra a este pasillo y yo a aquel.- Señaló Michael ambos pasillos a lugares opuestos.
-Bien.
Michael era muy seguro de si mismo y de lo que era capaz de lograr. También estaba seguro de Helena, ambos eran excelentes. Mientras Helena entraba a su pasillo muy oscuro y lleno de humedad abría cada una de las puertas y apuntaba con su pistola para defenderse de alguien como era común en los agentes. Había una puerta en especifico que no pudo abrir y esa la pateó y con suerte la abrió. Tenía otro pasillo muy largo en ese lugar y ella miraba muy sospechosa.
-Como desearía que Michael estuviera aquí conmigo.- Dijo en voz audible. Y se adentró al otro pasillo. No pudo ver nada sospecho así que se disponía a salir del lugar.
Michael.
Aquí no había absolutamente nada. No sé si se equivocaron o que diantres, pero esto estaba totalmente vació.
-No hay nada.- Dije por el micrófono que tenía pegado a mi chaleco.
-¿Y Helena?- Respondieron al unísono.
-La voy a buscar.
-Bien, Agente.
Salí de mi pasillo y miré hacia los lados mientras me adentraba en el de Helena. Tenía muchas más puertas y pasillos que el mío, y apestaba mucho más también. Abrí algunas puertas y no encontraba a Helena hasta que escuché un fuerte grito.
-¡Aah!- Era Helena.
-¡¿Helena?! ¡Helena!- Grité y miré hacia los lados y empecé a correr en dirección al grito.- ¡Helena!- Abría puertas y nada.
-Agente, ¿que pasa?- Me hablaron por el micrófono.
-No sé, pero vengan. ¡Vengan ahora mismo, necesito refuerzos!- No sabía que era lo que pasaba, pero tampoco me iba a arriesgar. Helena que estaba en peligro aparentemente.
-Entendido.
-Helena, ¡Helena!- Estaba tan angustiado que mis ojos se empezaron a aguar.- Dios, por favor.- Murmuré. Era mi culpa, yo la había mandado aquí sola.
POV.
El chico estaba totalmente desesperado, corría pasillos y abría puertas para encontrarla y nada. Hasta que se topó la misma puerta que Helena le dió trabajo de abrir. La pateo también y cuando lo hizo, dentro se encontró algo muy feo. Estaba Helena con un par de hombres muy altos y de color blanco, ojos azules y pelo grueso rubio. Eran rusos. Y la tenían agarrada del pelo y apuntándole con una pistola, con su propia pistola.
-¡Michael!- Gritó ella y trato de correr donde él pero obviamente no la dejaron. Le halaron el pelo mucho más fuerte para mantenerla en su lugar.
-No la lastimes.- Dijo Michael alzando su mano en forma de suplica, mientras su corazón latía a mil por segundo y la miró con una angustia profunda.
-Oh, Agente Jackon a ti yo te conozco.- Dijo uno de ellos con un acento claramente ruso. Y Jackson apretó su mandíbula. Él también pudo reconocerlo y esto era una mala señal, obviamente.- Tu enviaste a mi hermano a la cárcel, ah, Agente.- Continuo de manera torturadora.- ¿Qué tal si ahora mando yo a tu prometida al infierno?- Siguió y le quitó el seguro de la pistola y pusó su dedo en el gatillo en la cien de Helena. Michael apretó su mandíbula y tragó seco.
-No fue mi culpa que tu hermano terminara allí. No la lastimes, por Dios. ¿Me quieres a mi? Tómame a mi, suéltala a ella.- Michael hablaba en tono rogante, alzando sus manos en señal de que lo tomaran a él.
-Tu sabes que eso no va a pasar.- Continuo el ruso y se escucharon como los refuerzos iban entrando al pasillo. Los cuatro chicos que estaban detrás de esas puertas se miraron y los rusos tomaron el mando.
-Sal y no permitas que entren o voy a volarle los sesos.- Le dijo el ruso a Michael y tiró a Helena al suelo aplastando su brazo con una pierna y apuntándola con su pistola.
-Esta bien. Esta bien. Esta bien.- Decía Michael desesperado mirando a Helena y a los rusos alzando sus manos como en símbolo de que todos se calmaran.- Voy a salir pero, por Dios no la lastimen.- Dijo en forma de ruego, le dió una última mirada a Helena, respiro hondo y con mucha tristeza y dolor y salió de allí.
Michael.
Estaba totalmente muerto del miedo, no podía dejar que nada malo le pasara a Helena. Dios, si es que existes por favor te lo ruego, no dejes que la lastimen, por lo que más quieras. Corrí y me detuve de cantazo cuando choqué con uno de los refuerzos.
-¿Qué pasa, Agente? ¿Qué pasa?- Gritó uno de ellos y yo les expliqué casi sin aire.- Tenemos que entrar, Agente. Hay que salvarla.
-¿No entendiste lo que te dije? Si entran allí, la van a matar.- Dije fuera de mis cabales.- No puedo permitir eso, jamás me lo perdonaría.- Miré a Zack y él me miraba muy serio. Bajé la cabeza, sabía que era mi culpa.
-Ojala y no le pase nada, Agente Jackson.- Dijo él muy sarcástico y muy serio. Yo solo tragué seco y bajé la cabeza. Y se escuchó un tiro. Abrí mis ojos, parecía que se iban a salir. Todo el mundo se calló había un silencio sepulcral y miré hacia el pasillo que conducía a la puerta dónde se encontraba Helena.
-No, por Dios, no. Por favor. Dios mío, no.- Susurré y las lágrimas bajaron por mis mejillas.
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Warzone
Fanfiction¿Alguna ves han amado tanto, que duele? ¿Han creído tanto, que mienten? ¿Han vivido tanto, que desean morir? ¿El amor? El amor no existe. Eso es solo una creación del humano para no sentirse tan vacío y estúpido en este mundo humillante en el que vi...