Capitulo 7: "Don't shoot to kill"

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Michael.

Llegamos al lugar y era un callejón de tren abandonado totalmente. Obviamente teníamos refuerzos escondidos por allí. Detuve el auto frente a la entrada del callejón y me asegure de que las cosas marcharan en orden. 

-Aquí, Agente Jackson, Cambio.- Ajusté mi correa, tomé mi pistola y ordené a Helena que revisara que todo estuviera en orden.

-Aquí Zack, cambio.- ¿Zack? Demonios. Nadie me dijo que venía él. No son tiempos de estar pensando en esto pero me hierve la sangre que este aquí y que sea él, el que me conteste. 

-¿Todo en orden?- Pregunté seco.

-Todo en orden.- Respondió él de la misma manera. No le debería hacer mucha gracia que yo fuera su jefe. Ni modo, los grandes mandamos. 

-Señor o agente para ti, niñito.-Respondí con picardía. Su vida sería un infierno conmigo.

-Todo en orden, señor.- Lo último lo dijo entredientes.

-Fuera.- Respondí y él respondió igual. Sonreí oara mis adentros.

-¿Estás lista?- Le pregunté y tragué saliva, esto parecía ser una operación un poco peligrosa. 

-Lista.- Bien, dije en mi mente. Confió en ti, también en mi mente. Solo le acerté con la cabeza y bajamos del auto. 

POV.

Los agentes bajaron del auto y Michael miraba a todos lados muy atento y serio al igual que Helena. Ambos estaban muy preparados y eran el mejor equipo de Los Ángeles, por algo los habían enviado allí. El lugar daba un tono de desconfianza y al adentrarse los chicos al callejón este tenía un fuerte olor a licor el mismo.

-Demonios.- Se quejó Helena por el olor.

-Bajen.- Habló Michael por el micrófono a los agentes encubiertos que se habían escondidos para que se acercaran al lugar. 

-Entendido.

-Helena, tu entra a este pasillo y yo a aquel.- Señaló Michael ambos pasillos a lugares opuestos. 

-Bien. 

Michael era muy seguro de si mismo y de lo que era capaz de lograr.  También estaba seguro de Helena, ambos eran excelentes. Mientras Helena entraba a su pasillo muy oscuro y lleno de humedad abría cada una de las puertas y apuntaba con su pistola para defenderse de alguien como era común en los agentes. Había una puerta en especifico que no pudo abrir y esa la pateó y con suerte la abrió. Tenía otro pasillo muy largo en ese lugar y ella miraba muy sospechosa.

-Como desearía que Michael estuviera aquí conmigo.- Dijo en voz audible. Y se adentró al otro pasillo. No pudo ver nada sospecho así que se disponía a salir del lugar. 

Michael. 

Aquí no había absolutamente nada. No sé si se equivocaron o que diantres, pero esto estaba totalmente vació.

-No hay nada.- Dije por el micrófono que tenía pegado a mi chaleco.

-¿Y Helena?- Respondieron al unísono.

-La voy a buscar. 

-Bien, Agente. 

Salí de mi pasillo y miré hacia los lados mientras me adentraba en el de Helena. Tenía muchas más puertas y pasillos que el mío, y apestaba mucho más también. Abrí algunas puertas y no encontraba a Helena hasta que escuché un fuerte grito.

-¡Aah!- Era Helena. 

-¡¿Helena?! ¡Helena!- Grité y miré hacia los lados y empecé a correr en dirección al grito.- ¡Helena!- Abría puertas y nada.

-Agente, ¿que pasa?- Me hablaron por el micrófono.

-No sé, pero vengan. ¡Vengan ahora mismo, necesito refuerzos!- No sabía que era lo que pasaba, pero tampoco me iba a arriesgar. Helena que estaba en peligro aparentemente. 

-Entendido.

-Helena, ¡Helena!- Estaba tan angustiado que mis ojos se empezaron a aguar.- Dios, por favor.- Murmuré. Era mi culpa, yo la había mandado aquí sola. 

POV.

El chico estaba totalmente desesperado, corría pasillos y abría puertas para encontrarla y nada. Hasta que se topó la misma puerta que Helena le dió trabajo de abrir. La pateo también y cuando lo hizo, dentro se encontró algo muy feo. Estaba Helena con un par de hombres muy altos y de color blanco, ojos azules y pelo grueso rubio. Eran rusos. Y la tenían agarrada del pelo y apuntándole con una pistola, con su propia pistola. 

-¡Michael!- Gritó ella y trato de correr donde él pero obviamente no la dejaron. Le halaron el pelo mucho más fuerte para mantenerla en su lugar.

-No la lastimes.- Dijo Michael alzando su mano en forma de suplica, mientras su corazón latía a mil por segundo y la miró con una angustia profunda.

-Oh, Agente Jackon a ti yo te conozco.- Dijo uno de ellos con un acento claramente ruso. Y Jackson apretó su mandíbula. Él también pudo reconocerlo y esto era una mala señal, obviamente.- Tu enviaste a mi hermano a la cárcel, ah, Agente.- Continuo de manera torturadora.- ¿Qué tal si ahora mando yo a tu prometida al infierno?- Siguió y le quitó el seguro de la pistola y pusó su dedo en el gatillo en la cien de Helena. Michael apretó su mandíbula y tragó seco.

-No fue mi culpa que tu hermano terminara allí. No la lastimes, por Dios. ¿Me quieres a mi? Tómame a mi, suéltala a ella.- Michael hablaba en tono rogante, alzando sus manos en señal de que lo tomaran a él. 

-Tu sabes que eso no va a pasar.- Continuo el ruso y se escucharon como los refuerzos iban entrando al pasillo. Los cuatro chicos que estaban detrás de esas puertas se miraron y los rusos tomaron el mando.

-Sal y no permitas que entren o voy a volarle los sesos.- Le dijo el ruso a Michael y tiró a Helena al suelo aplastando su brazo con una pierna y apuntándola con su pistola.

-Esta bien. Esta bien. Esta bien.- Decía Michael desesperado mirando a Helena y a los rusos alzando sus manos como en símbolo de que todos se calmaran.- Voy a salir pero, por Dios no la lastimen.- Dijo en forma de ruego, le dió una última mirada a Helena, respiro hondo y con mucha tristeza y dolor y salió de allí.

Michael.

Estaba totalmente muerto del miedo, no podía dejar que nada malo le pasara a Helena. Dios, si es que existes por favor te lo ruego, no dejes que la lastimen, por lo que más quieras. Corrí y me detuve de cantazo cuando choqué con uno de los refuerzos.

-¿Qué pasa, Agente? ¿Qué pasa?- Gritó uno de ellos y yo les expliqué casi sin aire.- Tenemos que entrar, Agente. Hay que salvarla.

-¿No entendiste lo que te dije? Si entran allí, la van a matar.- Dije fuera de mis cabales.- No puedo permitir eso, jamás me lo perdonaría.- Miré a Zack y él me miraba muy serio. Bajé la cabeza, sabía que era mi culpa. 

-Ojala y no le pase nada, Agente Jackson.- Dijo él muy sarcástico y muy serio. Yo solo tragué seco y bajé la cabeza. Y se escuchó un tiro. Abrí mis ojos, parecía que se iban a salir. Todo el mundo se calló había un silencio sepulcral y miré hacia el pasillo que conducía a la puerta dónde se encontraba Helena.

-No, por Dios, no. Por favor. Dios mío, no.- Susurré y las lágrimas bajaron por mis mejillas. 

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