Michael.
Se sentía bien haber aclarado algunas cosas de las cuales me culpaba diariamente. Sentía como si me hubieran quitado miles de kilogramos de mi espalda; como si me hubiera tirado un balde de agua helada y haya apagado el fuego que me estaba torturando. Me sentía realmente con un peso menos y podría decir que puedo respirar tranquilo. Las confesiones de Helena no me quitan el dolor en mi corazón de haber perdido a mi hermano, pero si me siento mejor de saber toda la verdad. Aunque habían cosas que todavía tenia que saber, como por ejemplo su alianza con los rusos, pero eso lo averiguaría mas tarde. Ahora quiero relajarme y acomodar un poco mi cabeza, definitivamente necesitaba un poco de descanso mental.
Me quite la camisa, la tire a un lado y fui hacia la pequeña pero acogedora cocina de mi apartamento. Abrí el refrigerador y analice la poca comida que tenia de mucha elaboración y los montones de comida rápida que tenia en el mismo lugar. Decidí por hacer algo elaborado ya que la cocina me relajaba y me gustaba mucho. Pollo a la parrilla, Papas Majadas y una Ensalada Verde con una salada y pimentosa Vinagreta, como me gustaba a mi. Termine la cena y ya que había hecho la comida decidí hacer la bebida, así que fui por ello. Saque unas cuantas naranjas del refrigerador, azúcar y algo de hielo e hice mi delicioso jugo de naranja. Cene viendo una película que la verdad no le preste mucha atención, pero me lamí los dedos de lo deliciosa que había quedado mi cena, sin presumir. Lave los platos y me fui a dar una ducha.
El agua estaba sumamente fría y se me erizo la piel cuando entre en la regadera. Y allí me encontraba en la ducha pensando e imaginando todo sobre mi vida como todas las personas hacen normalmente, creo yo. Tarareaba una canción suave mientras enrollaba una toalla en mi cintura y dejaba a la vista mi pecho y cabello mojado. Di dos pasos hacia el pasillo y un ruido en la sala no me dejo continuar. Fui hasta ella a dar un vistazo y me encontré con Helena.
POV.
-Que haces aquí?- Pregunto el chico un poco sorprendido.
-Pues...- Helena sonrió un poco avergonzada y le enseno la llaves. Ambos conservaban las llaves de sus respectivas casas todavía.- Y ademas vine porque... vine porque no podía quedarme allí sin saber nada, Michael.- Concluyo rápido y suspiro. Michael sonrió de lado y ella mordió su labio inferior.- Perdón.- Continuo avergonzada y se sentó en el sofá de la bonita sala.
-Voy a cambiarme, vale?- Le dijo con una sonrisa un poco burlona en su rostro ya que las reacciones de Helena le causaban gracia.
-Bien.- Contesto ella sin mirarlo a la cara.
El rizado salio de su habitación solo con un pantalón de algodón cómodo y secaba su pelo con la toalla. Helena se encontraba en el sillón con su espalda recostada del mismo y cuando vio a Michael salir del pasillo tan relajado y tranquilo se puso en pie.
-Michael yo...- Comenzó a decir nerviosamente pero el la callo y le sonrió dejando a la vista su hilera sumamente blanca y sin desperfectos.
-No digas nada, Helena.- La callo el chico poniendo su dedo indice en sus labios y ella lo miro un poco sorprendida.- Solo olvídate de todo el mundo, olvídate de que hay un mundo allá afuera que existe. Olvídate de los problemas y hazme compañiaOlvida nuestras diferencias y seamos felices por algunas horas juntos, solo nosotros dos; nosotros dos contra el mundo. Nosotros dos apartados de los problemas, de las personas, nosotros dos en nuestro entorno tranquilo. Solo... solo por un rato, por favor.- La miro con cara de perrito mojado y le sonrió de medio lado mientras le acariciaba la mejilla con sus dedos.
-Si, Michael.- Le dijo en susurro. Estaba embobada con la cercanía del chico y su hermosa sonrisa.
Era una tarde bastante tranquila. Sin sol pero tampoco nublada, muy callada y con una brisa bastante acogedora. Michael tomo a Helena de la mano y la llevo a la terraza de su apartamento donde habían unos bonitos muebles al aire libre. Los chicos se acostaron mirando el cielo y Helena se recostó encima del pecho del chico. Michael la acaricio con sus dedos y ella cerro sus ojos mientras la noche llenaba el cielo con un color oscuro brillantes por las tantas estrellas que se hacían presentes en el mismo.
-Son hermosas.- Dijo la chica suspirando y mirando al joven a los ojos.
-Como tu.- Dijo el ultimo acariciando suavemente su rostro.- Tu estas allí.- continuo Juguetón señalando el cielo con su dedo.
-Cual soy?- Pregunto ella de la misma manera.
-Eres la mas brillante.- Sonrió y la beso.
-Y Donde quiera que este, siempre te cuidare y te guiare desde allí arribita.- Dijo mientras reía y señalaba el cielo una ves mas.
-La mas brillante y la mas sobresaliente. La mas hermosa...- Repitió el rizado besándola una ves mas mientras sonreían.
Y se besaron bajo la luz de la luna; mientras Michael la hacia suya una ves mas. Pero era una ves diferente, en este momento no existía nadie mas y los únicos testigos eran la noche, la luna y las estrellas. Las estrellas donde se encontraban ambos, la estrella de Helena. La estrella del amor interminable de estos chicos.
-Te amo.- Dijo el chico mirando las estrellas otra ves.
-Cuando quieras sentir mi amor, mira las estrellas.- Le contesto ella sonriendo hacia el cielo y ambos rieron, suave y sin preocupaciones.- Allí estaré...- Volvió a decir la chica enamorada mirando el cielo y cerrando sus ojos al instante.
-Allí estarás siempre.- Y la apretó en sus brazos en un fuerte abrazo.
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Espero que les guste
Ya se acerca el final.
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Warzone
Fanfiction¿Alguna ves han amado tanto, que duele? ¿Han creído tanto, que mienten? ¿Han vivido tanto, que desean morir? ¿El amor? El amor no existe. Eso es solo una creación del humano para no sentirse tan vacío y estúpido en este mundo humillante en el que vi...