Capitulo 13: "A promise so untrue"

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Michael.

Caminé buscando a Helena por todo el hotel. Dónde todos nos estábamos quedando incluyendo mis hermanos y hermanas. Iba a invitarla a cenar. Ya que últimamente habíamos estado llenos de trabajo. De la nada ella y mi familia habían querido salir de vacaciones de la ciudad y meternos en este hotel. La verdad todo había sido idea de Helena de repente. Como siempre, nadie me escuchó y le hicieron caso solo porque sería buena idea. Yo no digo que no, pero lo hubiéramos planeado mejor. Pero ya estábamos aquí, ¿ya qué? La verdad la estábamos pasando bien, incluyendo Jermaine que se había sentido un poco mal últimamente por lo que me había dicho y yo había notado. Todos estaban tan raros y locos. La cosa es que no me queje mucho, pero si estaba harto de hoteles. Nos quedamos en hoteles demasiado seguido por nuestro trabajo. Eran como nuestras segundas casas.

-¿Dónde rayos se habrá metido esta pequeña traviesa?- Me pregunté a mi mismo en voz alta buscando al amor de mi vida con una sonrisa en mi rostro. Amaba a esta mujer mucho más que a mi mismo. Daba mi vida entera por ella si fuera necesario y creo, que ella por mi se siente igual. Cada ves que estaba con ella sentía una alegría en mi corazón y en mi alma muy grande e indescriptible. Y cuando nos alejábamos, cosa que no era muy seguido, pero cuando pasaba sentía que me faltaba una gran parte de mi corazón y de mi alma. Ella me completaba, era mi mitad. El aire que llenaba mis pulmones y la sangre que corría por mis venas. El significado más grande de mi vida era ella. Si alguna ves la perdiera, perdiera todo. Todo se fuera con ella. La esperanza, el amor a la vida, la salud, la credibilidad en las cosas, todo. Me quedaría tan vacío y oscuro que preferiría morir antes de vivir una vida tan miserable sin mi amada.- ¡Helena, amor! ¿Dónde te has metido, pequeña?- Era el tercer pasillo del tercer piso que caminaba buscando a Helena. Había caminado casi todo el hotel y todos los pasillos haber si se encontraba con algunos de mis hermanos. La habitación de mis hermanos; Jermaine y Marlon estaba media abierta, podía verlo desde el otro lado del pasillo.- ¿Qué hace esa puerta abierta cuando se supone que los chicos estaban abajo en la piscina?- Me pregunté en voz alta.- Oh, bueno. Habrán subido por algo. Con suerte y alguno sabe dónde está mi pequeña traviesa.- Me contesté a mi mismo caminando por el pasillo. 

Cuando iba de camino me encontré saliendo de su habitación a uno de mis amigos de infancia, Chris. De casualidad estaba aquí con su flamante esposa embarazada de tres meses. Cuanta envidia le tenía, pero de la buena. Yo no podía esperar a ver a Helena con una barritguita mía y con un anillo de matrimonio en su dedo. Era mi deseo más grande en este momento.

-¿Hermano, cómo vas?- Preguntó Chris con una gran sonrisa cerrando su habitación y parándose frente a mi en el pasillo.

-Todo en orden, viejo. ¿Y tu?- Le conteste dándole una palmadita en el hombro con una sonrisa.

-Todo perfecto. Ya sabes, tiene ganas de hot dogs con helado. Muy normal ella.- Dijo en tono sarcástico sonriendo y señalando al cuarto dónde se encontraba su esposa con sus típicos y extraños antojos.

-Bueno, hermano por eso tendremos que pasar todos.- Sonreí y él hizo lo mismo. Podía notar el brillo en sus ojos. Amaba a su esposa y también a su bebé y disfrutaba cada instante y cada "antojo" al máximo.

- Llevo rato buscando a Helena.- Reí.- Quiero invitarla a cenar pero no la encuentro.- Volví a sonreír y él me miró con otra sonrisa y medio extrañado me contestó.

-Yo la vi hace no mucho entrando con Jermaine a su cuarto.- Y señaló en cuarto de los chicos. Quizás por eso estaba abierto.

-Oh.- Dije con extrañeza.- ¿Solos?- Le pregunté y creo que él se sintió un poco cohibido de contestarme pero como quiera lo hizo.

-Si.- Se limitó a monosílabear.- Bueno, hermano te veo.- Se despidió dándome una palmadita y yo hice lo mismo. Arrugué mi nariz y con extrañeza en mi rostro caminé por el pasillo. Al menos iba a encontrar a Helena. Estaba a dos pasos de entrar cuando me asomé y vi a Helena sentada al lado de Jermaine sin camisa. Él estaba acostado también sin camisa. Que demonios. Me limité a quedarme allí parado. No me moví ni dije nada y mi corazón comenzaba a agitarse, empezaba a latir anormalmente y en horcadas.

Apreté mi mandíbula y seguí mirando. No pasaba nada por mi mente, estaba totalmente en blanco, paralizada. Es que no podía ser lo que estaba viendo tenía que ser un mal entendido. ¿Cómo le dices a tus ojos que es mentira lo que estas viendo en vivo y a todo color?

-¿Cómo le vamos a decir esto a Michael o incluso a toda la familia, Jermaine?- Dijo ella acariciándole el rostro. ¡¿Decirme qué demonios?! Cerré los ojos y los apreté con mucha fuerza. Luego los abrí y tragué seco y con mucha dificultad.

-No lo sé, pequeña.- Pequeña... así yo la llamaba todo el tiempo, esto no puede ser. Vi con dificultad como él acariciaba su rostro. Lentamente yo sentía como mi sangre prácticamente salia de mi cuerpo. Me quede frió, inmóvil.

-No sé que voy a hacer con mi bebé y el de Michael.- Abrí mis ojos como platos. ¿Bebé? En ese momento no pude sentir ninguna alegría porque ella estaba hablando en un tono muy desganado, no quería nuestro hijo.

-Ese bebé es de Michael y él lo va a querer.- Yo lo voy a adorar, pero ¿y ella? Ella no lo quería porque ellos dos tenían una relación, esto no es de Dios. No escuché lo que continuó diciendo. Nunca me había sentido tan traicionado en mi vida. Sentía como poco a poco y luego de cantazo mi sangre bajo y luego subió completo a mi cabeza. Mis manos temblorosas estaban azules de tanto apretar. Mi corazón paraba por segundos y luego latía a cien mil millas por hora. Mi respiración estaba tan dificultada que estaba rojo.

Mis ojos estaba humedecidos y yo sentía que mi vida se me caía en pedazos. Sentía literalmente mi corazón rompiéndose en pedazos y mi pecho apretado. No podía creer lo que me estaba pasando. Todas las promesas que alguna ves me hizo y nos hicimos en este momento se habían ido al demonio, al infierno junto con mi esperanza y mi credibilidad en la vida. Los miré a los dos y casi no podía ver lo que pasaba. Mis ojos estaban demasiados llenos de lagrimas, no podía ver bien, pero vi como Helena se acercó a él y lo besó. Un beso rápido. Otra parte de mi se había destruido. Mi hermano y el amor de mi vida.

- Y tampoco puedo hacer nada para no lastimarlo, Jermaine. Como quiera él saldrá herido.- Fue lo que escuché y la vi pararse. Se puso la camisa y por alguna razón Jermaine se quedó acostado.

- Yo lo sé, Helena pero...- Ella no lo dejo hablar.

-Ya no hay bebé, Jermaine.- Casi me desmayo cuando escuché eso. Gemí casi inaudible por el dolor que sentía y mis lágrimas bajaron cada ves más fluidas y en más cantidad. -Lo tuve que hacer por ti, por nosotros- Fue lo último que escuché de parte de ella.

-¡No, Helena! ¡¿Por qué hiciste eso?!- Y vi como mi hermano empezó a alterarse, se paró de la cama y cayó al piso. Me quede allí parado con mis lágrimas bajando y mi pecho encogiéndose cada ves más hasta que Helena abrió la puerta por completo y paro de gritar "Una ambulancia por favor" cuando me vió. Se quedó helada.

-Michael...- fue lo único que logró decir y yo me fuí. Desaparecí de allí.

Esto era como si me estuvieran sacando cada pedazo del corazón con un cuchillo y así seguían por todas mis venas. Mi cabeza estaba caliente y mi rostro rojo como un tomate. Una mezcla de destrucción en mi vida, coraje y traición se mezclaban explosivamente en mi mente y en mi corazón. Sentía como toda mi vida se iba abajo. Jamás había sentido este dolor y esta rabia y tuve que parar de bajar las escaleras para coger aire mientras las lágrimas en mi rostro con la mandíbula apretaba no paraban de bajar.

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Eso fue lo que paso. Había dejado a Helena callada con lo que le había dicho y todo lo que paso aquel día que comenzó este infierno se me había venido a la mente de nuevo. Me habían sacado el corazón y el alma poco a poco, por eso soy así. Ella se había encargado de hacerme así. Se quedó mirándome y no decía una sola palabra.

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