Capitulo 21: " No where to run no where to hide"

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POV.

Ambos chicos quedaron frisados y Michael sintió un profundo miedo que calcomia sus huesos hasta lo mas profundo de sus entrañas. La idea de perder a otro de sus hermanos lo aterraba hasta morir. No había manera en el mundo infernal que vivía que el permitiera que le hicieran daño a su hermanita menor.

-Vamos.- Dijo Helena mirándolo preocupada.

-Vamos? A donde vamos, Helena? Ni siquiera se donde la tienen.- Le dijo con una preocupación en sus ojos que se veía a simple vista. Mordiendo su labio de frustración volvió a hablar. El tenia la razón- No puedo creer que me este pasando esto. Cuando demonios mi vida se fue al infierno de esta manera?- Grito y un puño de su mano voló a la puerta de cristal de su oficina, la cual rompió en miles de pedazos.- Ah..- Se quejo mientras agarraba su mano ensangrentada.

-Tranquilízate, por favor.- Helena le cogió el rostro con las dos manos.- Estoy contigo, estoy aquí.- Le soltó sin pensar e intento ofrecerle una sonrisa.

-De verdad lo estas?- Pregunto Michael incrédulo con facciones de dolor emocional y físico.

-Te lo prometo.- Dijo ella acariciando el suave rostro del joven agente.- La vamos a encontrar. Sana y salva.

-Ojala, Helena. Ojala...- Concluyo Michael saliendo de su oficina con Helena a sus espaldas.

Corrió cada uno de los pisos de la agencia buscando algún rastro de Chris que no aparecía y tampoco contestaba el teléfono. La desesperación se apoderaba cada ves mas del moreno. Todo el mundo los miraban y murmuraban pero eso a ellos no les importaba. La sangre de su mano bajaba como si estuvieran hablando de una fuente color rojo y Helena lo paro en seco con la respiración agitada.

-Hay que vendarte, Michael. Tu mano esta bastante herida.- Pudo decir y luego cogió una bocanada de aire.

-Hazlo rápido, por favor.- Y dejo que Helena se encargara de su brazo. Como agentes que eran tenían entrenamiento de primer auxilio y era una herida que requería vendaje, pero no requería doctor de urgencia.

-Listo.- Termino Helena y lo miro a los ojos. Una mirada larga y profunda. Pasaba cada ves que ambos se encontraban, el mundo se cerraba solamente en ellos dos y los sentimientos florecían como la flor del pantano. Entre tantos problemas el amor de ambos chicos crecía rodeado de desgracias, pero ahí se mantenía, aunque ellos no lo demostraran.- Tienes los mismo ojitos que cuando te conocí.- Soltó ella sin pensar y luego mordió su labio por la vergüenza se apodero de su ser.

-Sigo siendo el mismo, Helena. Yo sigo siendo Michael Jackson.- Dijo el firme.- Con muchas cicatrices y heridas en mi ser, pero tu sigues estando aquí.- El chico señalo su corazón con dos dedos , una sonrisa triste y camino hacia la entrada dejando a Helena boquiabierta. Era increíble que el admitiera aquello. Una sonrisa se pudo divisar en los labios de ella y sus ojos se aguaron de felicidad. Mordió su labio inferior y siguió a Michael.

-Donde demonios te metiste, Chris?- Pregunto el mirando a Helena con los ojos abiertos mientras conducía a toda velocidad.- Como?- Helena lo único que hacia era mirarlo esperanzada & de manera sorprendida.- A ver, a ver! es que no se de que me hablas.- Seguía hablando por teléfono mientras le pegaba al volante con su mano izquierda.- Maldición, Chris es mi hermana. Mi jodida hermana! Y la quiero conmigo de regreso.- Seguía manejando en zigzag por toda la carretera ignorando las bocinas y las personas molestas que dejaba atrás apunto de chocar con su irresponsable carrera.-No se de que me hablas. Juro por todos los cielos que no se de que me hablas, Chris.

-Que pasa, Michael?- Helena veía en el una mirada de sinceridad y preocupación extrema en el rostro del chico.- Michael!- Le cogió el brazo y el le hizo sena para que se quedara quieta y no molestara.

-Cierra la boca, Helena.- La chica le hizo caso a regaña dientes y el continuo el camino colgando el teléfono. Luego de algunos segundos el hablo.- Dicen que es venganza.- Michael trago saliva y Helena lo miro con una ceja alzada.

-Venganza? Contra ti, porque? Tu no le haces daño a nadie.- Hablo Helena incrédula.

-Por los dos chicos que mataste en la camioneta cuando me salvaste. Por eso tienen a Janet.- Soltó Michael seco con una mirada triste.- Yo no te pedí que me salvaras.- Siguió diciendo aguantando las lagrimas en sus ojos.

Las palabras de la chica no pudieron salir de su boca porque se le había ido el aliento. No podía ser cierto. El sentimiento de culpabilidad una ves mas se hacia presente e hizo que por un momento le fallara la respiración. Sus latidos se intensificaron y miro a Michael por el rabillo del ojo. Sentía su pecho apretado y sentía una gran decilusion hacia si misma. Ella había jurado jamas hacerle daño y en estos últimos meses lo mas que le había causado era eso. Incluso mas que en toda su vida y ella lo sabia, quería pararlo pero no tenia idea como.

-Lo siento.- Fue lo único que logro decir en susurro. Michael le dedico una mirada triste y apretó sus manos en el volante.

-No digas nada, ya no importa.- Le dijo resignado. Y mientras Michael conducía al apartamento de Chris recibió una llamada la cual puso en alta voz normalmente, era numero desconocido.- Buenas tardes.- Contesto el teléfono amablemente como siempre.

-Escucha bien, Jackson- hablo una voz ronca y lenta.- Soy Harry.- Dijo la voz y Michael paro el auto en seco haciendo que los autos de atrás también lo hicieran. Si no fuera por sus reflejos Helena hubiera salido disparada por el cristal, pero Michael la aguanto con su brazo antes de que eso sucediera. Ambos chicos se miraron aterrados y antes de que pudieran decir una sola palabra la persona al otro lado de la linea continuo.- No intentes encontrarnos porque eso no pasara. Sigue mis instrucciones y tendrás a tu hermana con vida.

-Porque demonios tienes a mi hermana, Harry?- El rizado no se contuvo.

-Sh, sh, sh...- Dije que las instrucciones las doy yo, Jackson. Harry era un chico muy joven, pero era la juventud lo que le daba fuerza para ser uno de los criminales mas peligrosos en toda américa.- Iras a esta dirección.- El chico le dicto una dirección que Helena apunto en una libreta.- Solo, Jackson. No puedes ir querida, Helena. Así que deja a Helena en esa misma calle y llega a la dirección.- El chico hablo como si los estuviera vigilando y los chicos se aterraron aun mas.- No miren a los lados. Si, los estoy viendo.- Soltó una carcajada burlona.- Baja del auto, Helena.- Ordeno.

-No puedo dejarla aquí sola, Harry.- Protesto Michael. El sabia que si la dejaba sola podría ser demasiado peligroso y no quería que nada le ocurriera. Quería salvar a su hermana y tener a Helena sana y salva. Pero no podía hacer ambas cosas y el lo sabia y era precisamente eso lo que lo estaba matando. El quería y deseaba tenerlas a las dos a salvo.

-Si quieres a tu hermana viva tendrás que hacerlo.- Y colgó el teléfono.

-Rayos! Maldita sea! Todos los infiernos me quieren llevar, maldición.- Gritaba Michael golpeando el volante.

-Michael.- Susurraba Helena y le cogió el rostro con sus dos manos.- Yo estaré bien, lo prometo.- Hablaba suavemente, aunque en el fondo sabia que no era cierto.- Haz lo que te piden.- Y Michael la miro e hizo una mueca de compasión mientras las lagrimas se asomaban. Helena bajo del auto y antes de que el arrancara ella continuo.- Michael,- El chico la miro por ultima ves.- No me dejes sola... vuelve con vida, por favor.- Y el sintió un nudo en su garganta imposible de deshacer.

-L-lo prometo.- Intento decir sin problemas pero no le fue posible. Su respiración se agitaba y las lagrimas bajaron por sus mejillas

-Creo en ti.- Volvió a susurrar entre lagrimas en sus ojos la chica y tomo la mano del rizado.- Vuelva agente, Jackson. Sin usted... mi equipo jamas sera el mismo y un equipo no puede estar incompleto- Le dijo torpemente porque su tristeza no la dejaba hablar. Michael asintió intentando darle una sonrisa pero lo único que logro fue una mueca a través de su rostro rojo por las lagrimas. Y este acelero poco a poco haciendo que ambas manos se soltaran y sus miradas llenas de lagrimas se alejaran.- Te amo...- Susurro Helena mirando el auto del chico que ya estaba a unos metros de ella. Y cuatro camionetas negras la rodearon. Ella sabia que esto pasaría, era inevitable.

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