The Day You Went Away

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Bien, me pregunto si pudo ser

Cuando estaba soñando contigo, baby

Tú soñabas conmigo,Llámame loca, llámame ciega


Esa etapa, esa edad en la que dudas de todo, de tu futuro, de tu presente, de quien quieres ser, comienzas analizar todos los errores de tu pasado para no volverlos a cometer, esa etapa en lo que no sabes que te gusta o disgusta, pero sobre todo... esa etapa donde comienzas a experimentar para ganar experiencia.

La castaña irrumpió con resaltante energía en el aula de computación.

- Heeey – Grito al abrir la puerta.

- M-Mimi... - Volteo sorprendida la pelimorada. - ¡QUE ALEGRIA VERTE! – Tachikawa mufo, y camino hasta una de las mesas.

- Pensé que estaría Koushiro aquí y quería sorprenderlo.

- Lamento ser yo.

- ¡No, No quise decir eso!

- Lo sé, Lo sé. Koushiro tuvo que salir antes, pero si quieres le voy a buscar... - Miyako iba caminando hasta la puerta, pero un agarre en su brazo derecho la detuvo. - ¿Mimi?

- Puedes... ¿Quedarte un rato conmigo?

- ¿Eh? – La pelimorada volteo rápidamente, y tomo la mano que la retenía. - ¡CLARO QUE SI! – Se sentó a su lado, la castaña le sonrió.- ¿Qué sucedió? – Mimi no podía sostenerle la mirada.


Y estábamos dejando que se fuera algo especial

Algo que nosotros nunca tendremos de nuevo


- Miyako....

- ¿Huh? – La castaña actuó rápidamente y unió sus labios con Inoue. Un beso cálido pero por sobre todo tierno. La pelimorada quedo pasmada "¿Qué acaba de ocurrir?" procesaba en su cabeza; dos segundos después suspiro, y al volver abrir los ojos vio como Tachikawa se levantaba y se quería ir, se levantó sin pensarlo, tomo su muñeca y con su característica fuerza la atrajo a su cuerpo, devolviéndole aquel beso sorpresivo. Tachikawa se sorprendió por el acto, pero se lo correspondido introduciendo su lengua para jugar con la ella, el beso tierno se estaba convirtiendo en algo más excitante.


Lo sé, lo supongo, porque realmente lo se

Hey bien

Es tanto lo que necesito decir


Miyako guiaba el cuerpo de Mimi contra uno de los escritorios que se encontraban en el aula, la castaña guiándose con sus manos tiro sin querer un mouse, el ruido de este las asusto, como si lo que estaban haciendo se tratara de un crimen. Ambas cubrieron sus bocas y la misma expresión "¿Qué acabo de hacer?"

- Y-yo... L-lo siento... - Dijo muy apenada la castaña.

- No, No, soy yo quien lo siente... No sé qué en que estaba pensando.

- Sera mejor que vayamos a buscar a Koushiro ¿Quieres? — La pelimorada asintió. Se acomodaron sus uniformes, abrieron la puerta del salón y caminaron por el pasillo, sonriendo, hablando, como si lo que hubieran hecho quedo en el salón de computación.


¿Perdí mi amor de alguien mejor

Y ella te ama como yo?

Lo hago, sabes realmente, realmente lo que hago


Koushiro caminaba en la misma dirección que las muchachas.

— ¿Chicas? — Mimi miro hacia adelante y abrazo el brazo del pelirrojo. — ¿Huh? ¿Qué sucede Mimi?

— ¿Eh? ¿No puedo saludar a mi amigo? —El pelirrojo suspira.

— ¿Te peleaste con Taichí, de nuevo?

— Tks... es un tonto. —El pelirrojo volvió a suspirar.

— Miyako, Ken estaba esperándote afuera.

— ¡Ah! ¡Lo había olvidado! Sera mejor que vaya corriendo. ¡Nos vemos mañana!

— Escribime, ¿Si? — Dijo Mimi.

— Muy bien.

La pelimorada corrió para encontrarse con Ken, hace poco que habían empezado una relación y aunque iban a colegios distintos, Ken siempre venía a buscarla para acompañarla a su hogar. Aunque hoy, Miyako tenía una escena que no dejaba de rebobinar en su cabeza.



¿Por qué nunca sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos?

¿Cómo puedo continuar?

Desvió.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora