Capítulo 6: La nueva

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Cira Woods

Desperté al sentir el lado frío de la almohada, que se pegaba a mi cara como pegamento y al notar que aquel calor que procedía de mi izquierda ya no estaba. Giré la cabeza hacia su dirección y pestañeé varias veces, Kyle no estaba allí y su lado estaba ya bastante frío lo que me dio a entender que se había marchado hace ya rato. Me desperecé y cerré un momento los ojos mientras bostezaba, no oí la puerta, pero en cuanto volví a abrir los ojos allí estaba él, con una sonrisa de boca cerrada, una ceja elevada y con una bandeja en las manos.

-Ya era hora de que te despertaras Caperucita, el lobo se estaba cansando de esperarte. -Dijo con un atisbo de diversión en su voz siguiendo con la misma broma de anoche y se acercó a la cama aún con la bandeja en las manos.

-Buenos días a ti también. -Dije con sarcasmo, la verdad es que era mejor no hablarme por la mañana. -¿Realmente, te has traído el desayuno a la cama? Y pensaba que yo era pariente de los perezosos.

-Es para ti también, tardabas en levantarte y pensé que debías disfrutar de mis increíbles dotes culinarias. -Dijo revelando su característica arrogancia.

-Muy gracioso, pero, ¿seguro que has hecho tú esto?

-Sí, lo he hecho yo. -Me dijo orgulloso de sí mismo.

-Genial, entonces iré a prepararme mi propio desayuno. -Respondí y saqué los pies de la cama dispuesta a levantarme, quién sabe si esa comida pudiese matarme.

-Oh no, tú no vas a ningún lado, vas a probarlo y después me rezarás como dios culinario. -Me echó una mirada llena de confianza y me acercó un plato que contenía un gofre cubierto de chocolate, y que, realmente no tenía mala pinta. Lo cogí y le di un pequeño mordisco intentando no mancharme, pero fallando en el intento.

-Ya puedes alabarme, pero recuerda que debes portarte bien para que puedas volver a disfrutar de mis platos. -Miré a Kyle escéptica y curiosa por su buen ánimo por la mañana. La comida no estaba nada mal, y me sorprendió que Kyle tuviese algún tipo de experiencia en la cocina, pero no le daría la razón ni muerta.

-Bueno, no está mal. Quizá la próxima vez te enseñe a hacerlo mejor. -Dije y reí sobre mi propio comentario y sobre la cara de Kyle al ver que no aceptaría que había hecho un buen trabajo.

-Si tú lo dices. -Dijo mientras dejaba la bandeja y se tumbaba en la otra cama para tomarse su café. Terminé de desayunar y fui a lavarme los dientes y la cara para poder despejarme, y me cambié, no quería seguir con ese pijama veraniego con Kyle dando vueltas por mi habitación. Cuando volví a la habitación hice la cama bajo la atenta mirada de él y recogí lo que quedaba del desayuno.

-Ese tal ángel, ¿por qué te gusta tanto? -Preguntó mientras yo miraba mi móvil y me sorprendí por su repentina pregunta. Al principio me costó entender de que me hablaba, pero finalmente recordé el libro que me había cogido prestado sin mi permiso.

-No lo sé, supongo que porque es el chico ideal. -Dije lo primero que se me ocurrió mientras Kyle me miraba con cara de concentración.

-¿Y, por qué lo es? -Volvió a preguntar y esta vez decidí elaborar más mi respuesta.

-Pues porque la ama a ella, tanto, que daría cualquier cosa por salvarla, porque es valiente, es tierno, comprende cuando ella tiene algún problema la apoya y bueno, porque es perfecto.

-¿Por qué piensas que él daría todo por ella? -Se apoyó contra el cabecero de la cama.

-Porque ya lo hizo, renunció a muchas cosas en su vida por ella y era capaz de morir por ella. -Dije segura de mi respuesta y confusa por su interés por este tema.

Los guardianes del infiernoWhere stories live. Discover now