Los guardianes del infierno

Capítulo 18: El comienzo

Canción: Fear of the water— SYML(acoustic)

La mente humana siempre me había parecido algo tan complicado, tan intrínseco. Era como un laberinto que nunca acababa, en el que siempre que pensabas que habías salido de él te dabas cuenta que seguías en el centro del embrollo. Y no porque tu quisieses, sino porque los problemas, las dudas, los sentimientos te obligaban a quedarte allí, a perderte en tu propio mundo sin final.

Así me sentía yo. Divagando en mi propia mente. Con ideas fluyendo de aquí para allá, con pensamientos lógicos y otros a los que simplemente no encontraba sentido alguno. Y sinceramente me empezaba a cansar, cada vez que lo pensaba, me dolía más y más. Sabía que, en el fondo, esto era lo que me había tocado y que lo había aceptado. Es más, incluso lo sentía parte de mí y quería que estuviese conmigo. Pero un pequeño trocito de mí también me decía que todo era mucho más fácil antes de comenzar este laberinto sin sentido.

No sabía a qué darle más prioridad, si al tema de los guardianes y todo lo que conllevaba; mis dones, Las Cortes, los octonianos. O despejar mi mente de todo aquello y tener ojos solo para mi familia y amigos; hablar con Lea, descubrir que le estaba pasando a mi hermano, intentar consolidar mi vida.

Y finalmente tras muchas deliberaciones entre mi parte coherente y otra, no tan coherente decidí que no tenía que dar prioridad a ninguno, que podía y debía luchar por todos los frentes, porque todos importaban. Lea y mi familia eran algo que me negaba a olvidar o perder, ellos eran mi vida humana. Y Kyle, Talía, Sam e incluso guardianes como Víctor, también tenían un gran significado para mí, ellos eran mi vida como guardiana. Y simplemente las fronteras, los octonianos y toda esa insania, afectaban a ambos. Porque perder un mundo, significaba perder al otro igual.

Esa mañana me desperté temprano, no sé si fue porque el nerviosismo no me dejaba dormir más, o porque directamente no había dormido nada. La casa estaba en total silencio, mi padre se acababa de marchar al trabajo y mi hermano y mi madre seguían acostados. Supe por lo que me dijo ayer mi madre que hoy ella debía ir al trabajo, por lo que me tocaba quedarme con mi hermano, y no me malinterpretéis, quería quedarme con él, pero me daba demasiada rabia e impotencia que ella no pudiese quedarse por su trabajo.

Mi madre trabajaba en una tienda de ropa de lujo, que esa última palabra no os lleve al error, porque cobraba lo que hacía cualquier persona normal. Llevaba con los dueños años y años de duro trabajo e incluso habían creado una relación más grande que la de jefes y empleada. Pero eso no quitaba el hecho de que fuesen como eran. Mi madre solo tenía un día libre a la semana y podía nevar, que hubiese en tsunami o que la Tierra se partiese en dos, que igualmente le exigían aparecer cada día a su hora estipulada.

Por lo que haber faltado ayer ya era una gran falta, y daba igual explicarles el motivo que ellos siempre encontrarían algún otro para quitarle importancia o darle la vuelta a la tortilla. Y bueno, te preguntarás qué porque mi madre sigue con ellos después de tanto, pero creo que de eso hablaré en otro momento.

En cuatro horas mi madre se marcharía, así que tenía esas horas de ventaja para hacer lo que necesitaba y para eso primero debía organizarme.

Punto uno: mi hermano, estaría con él todo lo que pudiese y le vigilaría mientras mis padres no pudiesen.

Punto dos: Lea. Este punto es más complicado porque debo pensar muy bien lo que le diré, así que de momento le dejaré su espacio, creo que ambas lo necesitamos.

Punto tres: mis dones. Este tampoco era sencillo. Tenía que pensar en alguien con quien hablar, alguien que pudiese realmente asegurarme que lo que dedujo Kyle era cierto, y que tan peligrosas podían ser Las Cortes.