Había pasado una semana desde que habíamos rescatado a Lea y desde que había ocurrido aquel extraño suceso con los octonianos. Kyle y yo habíamos acordado no contárselo a nadie de momento, pero tenía que averiguar qué había pasado, y todavía no sabía cómo hacerlo. Gracias a Las Cortes mi amiga no se acordaba de absolutamente nada ni los demás habían notado su ausencia, así que por suerte ningún humano se había dado cuenta de lo que pasó.
En clase mi mente viajaba por todo lo que ocurría y apenas estaba atenta, estaba empezando a preocuparme por mis notas académicas, y lo sé, sé que tengo mayores problemas en los que pensar que no sean las notas, pero el riesgo no es algo a lo que estaba acostumbrada.
—¿Te estás enterando de algo? —me preguntó buscando ayuda, Lea, que estaba a mi lado, mientras, la pizarra se iba llenando de ecuaciones del tema de matemáticas que estábamos dando.
—Sí, mira el 2 está dividiendo por eso se eleva eso al cubo. —le expliqué rápidamente señalándoselo en su libro y vi como suspiraba mirando de mala gana a la profesora.
—Está clase me está matando. —dijo bajando el tono de voz y me reí por lo bajo.
—Como todas. —respondí y me pego un pequeño codazo. Era extraño volver a tenerla allí en clase conmigo sabiendo que ella no tenía ni idea de dónde había estado, pero me tocaba mentirle también, no solo por mí, también por ella.
La clase acabó y yo tenía una clase avanzada en la cual no estaba Lea, por lo que nos separamos y yo avancé rápidamente hacía el aula que me correspondía. Me senté y sin esperármelo alguien ocupó el asiento vacío que había a mi lado.
—Hola, no te importa si me siento aquí, ¿no? —me preguntó Ben, uno de los chicos con quién compartía varias clases, no era mal chico y tampoco me importaba si decidía ponerse allí, por lo que asentí despreocupadamente.
—Recuerda que debemos quedar cuanto antes para terminar el trabajo de biología, la semana que viene hay que entregarlo. —dijo recordándome que aún nos quedaban algunos detalles de aquel trabajo y que mi vida últimamente tan ajetreada no me dejaba tiempo para casi nada.
—Lo sé. —suspiré —¿Cuándo puedes? —le pregunté sin pensármelo mucho, ya qué cuánto antes lo terminásemos antes podría olvidarme de ello.
—¿Quizás esté sábado, en la biblioteca? —me preguntó, y cruzando los dedos para que mi agenda polidimensional no estuviese ocupada, le dije que podría.
Cuando terminó el día estaba deseando hablar con Kyle sobre nuestra última misión y ver si había conseguido descubrir algo más sobre cómo funcionaban los encantamientos y los poderes. Llegué a mi casa, hice rápidamente mis deberes y, mintiéndole otra vez, le dije a mi madre que había quedado con Lea. Cuando salí, corrí hacía la academia intentando llegar lo antes posible. Cuando estuve ya allí llamé a la puerta y mientras esperaba a que alguien me abriese me recordé a mí misma que debía elegir un amuleto pronto para poder usarlo tras la hacer la prueba de niveles. Finalmente me abrió Víctor haciéndose a un lado para dejarme pasar y cuando cerró se hizo un silencio un tanto incómodo.
—¿Puedo ayudarte en algo? —preguntó al ver que yo no decía nada.
—No, solo he venido a mi sesión de entrenamiento con Kyle, gracias. —le dije esa mitad verdad y mitad mentira, ya que realmente hoy tenía entrenamiento, pero seguramente Kyle y yo estaremos más ocupados hablando que entrenando.
—Él no está aquí, puedes esperarle si quieres. —me informó y sentí como una pequeña desilusión me recorría por dentro.
—¿Sabes dónde está? —le interrogué mientras yo intentaba pensar en dónde se podría haber metido.
YOU ARE READING
Los guardianes del infierno
General FictionCantas en la ducha, bailas delante del espejo, sientes miles de emociones mientras lees un libro, haces lo que quieres cuando no hay nadie,¿cierto? Ahora imagínate que sí hay alguien. Alguien que ha estado contigo mucho tiempo y tú no lo sabías, alg...