Que es la mar sino mi libertad,
mi barco navega y surca,
el azul brumoso de mi cognoscibilidad.
Ni tormentas, ni enemigos, ni infortunios,
obligan a torcer mi rumbo.
Las cuatros rosas soplan mi camino,
el sextante ilumina mi destino.
La lona se ensancha, ante la esperanza,
la musa compañera, nada la espanta.
La imaginación corre que vuela,
la musa de ella, se alimenta.
El sol ilumina el mar,
La tripulación navega sin parar.
El barco no se detiene,
Y a todos nos contiene.
La desidia, bajeza moral,
junto con la pereza.
Eliminadas tienen que ser,
de la carta astral.
El comienzo del fin,
la escritura no tiene confín.
Más el navegante,
con viento, con semblante,
con templanza y esperanza.
Termina creando,
un nuevo mundo.
Donde la imaginación,
no tiene parangón.
Que es la mar sino mi libertad,
lugar de imaginación, sin vejación.
Donde la expresión,
toma su máximo esplendor,
Y mi barco surca el resplandor,
del cuento cantautor.
*******
No olvides votar y/o dejar un comentario, si te ha gustado lo que has leído y quieres más...
Saber de vuestro interés siempre ayuda a seguir escribiendo con ilusión.
Un saludo y gracias por vuestro apoyo.
ESTÁS LEYENDO
Conmiseración
SpiritualeAcompáñame, a través de estos relatos cortos, en la aventura de vivir con sentimientos, de dejar aflorar diferentes emociones, de reflexionar, en definitiva, de sentir. Obra registrada en Safe Creative. Todos los derechos reservados.
